Ella salió del infierno

Fue esclava sexual y salió del infierno. Ahora lidera un movimiento internacional contra la esclavitud y explotación sexual de mujeres y niños. Un negocio lucrativo que genera más de 9.500 millones de dólares al año (unos 7.084 millones de euros). Un traficante suele ganar 250.000 dólares (186.846 euros) por cada mujer que vende, una operación que puede ser realizada varias veces con la misma persona.

Somaly Mam, premio Príncipe de Asturias, fue vendida a los 13 años a un burdel por la familia que la acogía. Pudo ser una niña más sin futuro, una vida perdida en la arena de la industria sexual camboyana. Después de ser explotada durante ocho años, escapó con la ayuda de un ciudadano francés con el que finalmente se casó. Pero regresó al escenario del dolor, a la calle, a los burdeles para rescatar a chicas que quieren salir de ese círculo y devolverles la ayuda que en su momento ella misma recibió. En sus centros las chicas recuperan su equilibrio y aprenden un oficio que les permita integrarse en la vida laboral y acceder a una independencia esconómica.

Más de 3.000 camboyanas y vietnamitas han pasado por sus centros, sufragados al 80% con ayuda española. Cuando llegan a sus centros adolescentes que llevan en los ojos la misma herida que ella soportó durante años al mirarse en el espejo, revive su historia. La ventaja es que sabe que muchas de ellas recorrerán su mismo trayecto y serán libres.