Méritos discriminatorios

TV-3, el canal de televisión autonómico catalán, emite una programación especial en estos días (La setmana de TV-3) sobre la profesión docente. Es una iniciativa loable, ya que los profesionales de la educación necesitamos que la sociedad reconozca el esfuerzo de esta tarea, necesaria y a la vez vocacional, y generalmente -a pesar de los pesares- grata.

El próximo 4 de junio comienzan en Cataluña unas esperadas y convenientes oposiciones a maestros y profesores. También es una buena noticia. Lamentablemente, en la convocatoria adivino una discriminación que puede perjudicar a la selección del profesorado y la calidad de la educación que se ofrezca a las familias y a los alumnos. Es una oposición concurso, en la que, una vez superados los exámenes de competencia profesional, se valoran los méritos.

En el baremo de los méritos descubro un innegable trato discriminatorio en la valoración de la experiencia profesional, ya que los años de trabajo en colegios no públicos cuentan sólo el 50% de la misma tarea realizada en los que los son. Me gusta trabajar, me alegra enseñar, y lo haría del mismo modo, con la misma ilusión y entrega, en cualquier centro educativo. Trabajando igual -o algunas horas más- los cinco años que, como máximo, se pueden alegar, valen sólo 2,5 puntos en el primer caso y 5 en el de los centros públicos. En breve, quien supere las pruebas de aptitud (la oposición) se verá humillado en sus posibilidades en la fase de concurso de méritos, en cuanto a su experiencia, por la discriminación de la valoración del lugar de trabajo. Esta astucia del procedimiento se suma a otras discriminaciones factuales. Acepto que los procedimientos de selección cuenten con picardías para tranquilizar a algunos sindicatos y grupos de presión, pero nadie niega que el mérito de la experiencia será valorado de modo sesgado por el Gobierno catalán y se atentará contra un derecho: el de la igualdad de posibilidades.