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Crónica:JUEGOS MEDITERRÁNEOS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sara Pérez, primer oro acuático

La catalana consigue el triunfo en los 200 braza, y Erika Villaécija sólo puede ser segunda en 1.500

Diego Torres

Hay deportistas que no duermen en los campeonatos. Pierden el color. Se les ve inhibidos. Y hay deportistas que sólo se expresan cuando aparece otro que los desafía. De esta pasta está hecha la nadadora Sara Pérez, que tiene 16 años y no ha parado de reírse bajo el gorro de goma desde que entró en la piscina de las Almadrabillas, el viernes por la mañana. Ese día se colgó una medalla de plata en los 100 metros braza. Y ayer hizo algo extraordinario: ganó un oro. El primer oro español en la piscina de Almería, por lo visto, ámbito hostil a la natación local, que hasta ayer no pasaba de los segundos puestos por detrás de italianos o franceses. Eso fue a las 17.08 de la tarde. A las 17.32 -hora oficial del torneo- Sara se volvió a lanzar al agua para disputar los 400 estilos, una prueba completamente distinta. Sin apenas recuperarse de la final. Quince minutos después. Ganó el bronce.

Por esas paradojas del deporte, la nadadora que sirve de faro a Sara Pérez, su compañera en el CAR, Erika Villaécija, se hundió en la prueba que mejor preparada traía: los 1.500. Villaecija estuvo lejos de su mejor tiempo y la italiana Elisa Pasini batió el récord de Italia con 16m 30,16 segundos. Y Villaécija, que ostenta el récord español -quince segundos por debajo del italiano- fue plata.

Sara Pérez tuvo una de esas tardes que incitan a pensar en una nadadora de jerarquía. Su marca no rompió el ránking mundial pero fue su mejor marca de siempre. Tenía el récord de España en 200 braza en 2m 29,40s y lo mejoró en más de un segundo sin estar en el mejor punto de preparación de la temporada. Ayer se impuso en los 200 braza tocando la pared de llegada tres segundos por delante de su perseguidora más próxima, a un tiempo de 2m 28,87s. Fue un récord de los Juegos Mediterráneos y la carrera anima a pensar en los próximos Mundiales de Montreal. Pero, como apunta su entrenador, Jordi Murio: "En Canadá, para entrar en la final, creo que habrá que hacer menos de 2m 27s".

"Me lo esperaba bastante", dijo ella, al salir de la piscina, contradiciendo al propio Murio. Prudente, el técnico había dicho que la nadadora "no estaba fina" todavía. Hasta hace dos semanas permanecieron concentrados en la localidad de Font-Romeu, a 1.800 metros de altura, en los Pirineos, haciendo muchos kilómetros. Cantidad de volumen. Preparadno la temporada y con el enfoque puesto en la segunda quincena de julio, en los Mundiales de Montreal.

Ayer, con la carga de entrenamientos de Font-Romeu metida en el cuerpo todavía, Sara Pérez estaba lejos de haber alcanzado su pico de forma. Ese momento en el que los pura sangre alcanzan el punto exacto de agilidad, resistencia y fuerza. Todo junto.

Y sin embargo, la chica afrontó la carrera sonriente. Porque como dice Murio: "Hay nadadores que disfrutan entrenando y se sienten incómodos en la competición. Sara disfruta compitiendo".

"Yo", explica Sara, cuando habla de su estilo; "no me revoluciono mucho; yo intento coger agua".

Con ese ánimo tranquilo, pensando más en abarcar mucho en cada brazada que en aumentar la frecuencia al límite de la capacidad, Sara se lanzó al agua en la carrera de 200. En los primeros 50 metros, la italiana Sara Giovannoni hizo algo que le costaría caro: aceleró al máximo y encendió a su enemiga. La española lo recordó más tarde: "Yo me esperaba el oro bastante; sólo necesitaba forzar, o que me forzaran ellas [las rivales]. Lo más seguro era que yo aguantaría".

"Sólo había que tener cuidado en el cincuenta y en el cien", dijo Sara; "con la croata y la italiana". Consciente de que va peor que vuelve, que tiene algún problema en la salida, en la brazada bajo el agua -la que llama "filipina"- Sara Pérez se limitó a aguantar el ritmo a Giovannoni. Siguió su estela con el rabillo del ojo y no la perdió. En los primeros 100 metros ya le había adelantado para no perder la ventaja. Nadó sola los últimos 50. Ganó, batió su propio récord, y a los quince minutos, con un poco de ácido láctico en el organismo, compitió en los 400 estilos, una prueba más lactácida todavía. Y volvió a batir su mejor marca. La tenía en 4m 49,11s y ayer hizo 4m 47,77s.

El equipo español estaba admirado ayer ante la calidad de Sara Pérez. El veterano srpinter madrileño, Javier Noriega, empleaba términos taurinos para definir el carácter de la campeona: "Antes de nadar lo comentábamos con los chicos: 'éste deporte no es justo para todo el mundo'. Pero mira: Sara Pérez ha demostrado que tiene calidad para competir. En estas ocasiones saca toda la casta que lleva dentro".

Sara Pérez, durante la final de 200 metros braza, que conquistó ayer en Almería.
Sara Pérez, durante la final de 200 metros braza, que conquistó ayer en Almería.REUTERS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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