La Royal Shakespeare, Forsythe y una obra sobre la sequía, en la 10ª temporada del TNC

La décima temporada del Teatre Nacional de Catalunya, octava y última dirigida por Domènec Reixach, viene cargada de atractivos. A la presencia de nombres de primera fila internacional como la Royal Shakespeare Company, con un montaje de los Cuentos de Canterbury, de Chaucer, y de William Forsythe (Limb's Theorem, por el Ballet de la Ópera de Lyón), se suman el estreno de la nueva obra de Josep Maria Benet i Jornet (Salamandra) y una pieza de Joan Puig i Ferrater de 1907 sobre un asunto de tanta actualidad como es la sequía (Aigües encantades). La temporada ofrecerá cosas tan curiosas como ver a Georges Lavaudant haciendo de reina madre en una versión de Ricardo III o descubrir la peripecia del payaso Charlie Rivel cuando las SS le propusieron actuar para el cumpleaños de Hitler.

Reixach definió su última temporada -Sergi Belbel le sucede en la dirección del TNC- como "la más universalmente catalana" de las suyas. Compuesta por 18 espectáculos, se inaugurará el próximo día 29 con una obra en castellano, de Lope, El castigo sin venganza, por la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Le seguirá en noviembre, en la misma Sala Gran, Les falses confidències, la primera obra de Marivaux que se representa en el TNC y que montará Belbel. Reixach destacó ayer las similitudes entre las comedias clásicas de Marivaux y las comedias clásicas de Hollywood. A finales de enero Raimon ofrecerá cuatro recitales diferentes y en mayo Serrat actuará durante tres semanas. También en la Sala Gran se representará Aigües encantades (marzo y abril), con dirección de Ramon Simó, "un drama de pasiones e ideas del modernismo" centrado en el problema del agua en un pueblo del sur de Cataluña.

En junio llegará la danza de uno de los grandes grandes del género, Forsythe, con una de sus mejores coreografías, interpretada por el extraordinario cuerpo de baile del Ballet de la Ópera de Lyón. Al final de ese mismo mes, "un gran regalo para los aficionados al teatro", los Cuentos de Canterbury por la Royal Shakespeare, que se ofrecen en dos partes.

La Sala Petita alza el telón el 13 de octubre con Salamandra, de Benet i Jornet -"nuestro dramaturgo más popular", dijo Reixach-, obra sobre una amistad "y la búsqueda de una identidad". En febrero se estrenará como homenaje al fallecido Arthur Miller Panorama des del pont, dirigido por Rafel Duran. Y el 20 de abril se presentará La fam, de Joan Oliver, en montaje de Pep Pla que supone "hacer justicia por fin" en el TNC al escritor. A final de junio, Marta Carrasco estrenará en el mismo espacio su nuevo espectáculo de danza, 1995.

En la Sala Tallers se iniciará la temporada el 20 de octubre con "otro bijoux", dijo Reixach: La rose et la hache, histórico montaje de la versión de Carmelo Bene del Ricardo III de Shakespeare con Ariel García Valdés como el deforme y malévolo retoño de los York. El título proviene de la cita de Cioran: "Todo el teatro de Shakespeare es el encuentro de una rosa y un hacha". El director es Georges Lavaudant, que hace también de reina madre en el montaje. El 3 de noviembre y como parte del programa de nueva dramaturgia T6 se presenta Uuuuh!, de Gerard Vázquez (dirección de Joan Font), sobre la actuación de Charlie Rivel en Berlín durante el nazismo y un complot que pudo cambiar el curso de la historia...

Aurora De Gollada, de Beth Escudé, dirigida por ella misma, sobre la violencia de sexo, y Jo sóc un altre, de Esteve Soler, con dirección de Tamzin Townsend; así como la danza de Color Danza y la del Mal Pelo son los otros espectáculos programado en la Sala Tallers. Por Navidad, el TNC montará Les aventures extraordinàries d'en Massagran, de Josep Maria Folch i Torres, con dirección de Joan Castells. Con motivo del décimo aniversario, el TNC prepara un libro, una exposición y una fiesta de fin de temporada.

Despedida de Reixach

Al presentar su última temporada, Domènec Reixach leyó ayer con una voz que se le fue haciendo progresivamente más trémula una despedida en la que tuvo palabras de agradecimiento para su consejo asesor, el personal del teatro y, sobre todo, el público. Reixach defendió sus líneas programáticas y tuvo un recuerdo para los fallecidos Joan Grau y Franco de Francescantonio. Destacó que Belbel tiene todo su "apoyo y amistad" y confesó que si le ha quedado algo por hacer ha sido programar a determinados autores y lograr una mayor proyección internacional para el TNC, algo que se ofreció a seguir intentando desde fuera.

Joan Francesc Marco, gerente del TNC, calificó de "ejemplar" la transición en la dirección del teatro y alabó la etapa de Reixach, que ha conseguido, dijo, "cohesionar el mejor equipo profesional posible en Barcelona" y convertir el TNC "en un centro de cultura de referencia querido y respetado".