Los ríos llevan un 57% menos de agua que hace un año

El recién concluido año hidrológico (que va del 1 de octubre al 30 de septiembre) ha sido el más seco de los últimos 15 años, según el balance difundido ayer por el Ministerio de Medio Ambiente. Los ríos llevan un 56,8% menos de agua que hace un año, las reservas de los embalses siguen cayendo -medio punto la última semana- y están ya al 39,4% de su capacidad. La actual sequía es "inédita" por su intensidad y su "crudeza", según los responsables del ministerio.

De "dramático" calificó la titular de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el año hidrológico que acaba de terminar, pues los pasados 12 meses han sido los más secos de los últimos 15 años. Durante ese año ha llovido una media de 403,4 litros por metro cuadrado, una cifra inferior incluso a la precipitación anual media registrada en España desde 1930 (627 litros) y a la de los cinco años del último ciclo seco, que duró de 1990 a 1995 (453 litros).

Los caudales de los ríos reflejan la escasez de lluvias de los últimos meses. Basta con ver los datos de las estaciones medidoras de las cuencas hidrográficas: los principales ríos han perdido en 12 meses el 56,8% de su caudal. Es incluso nulo en el Tajo a su paso por las localidades cacereñas de Alcántara y Valdecañas, y en el Tiétar -uno de los principales afluentes del Tajo- a la altura de Torrejón. El año pasado por las mismas fechas pasaban por Alcántara 22 metros cúbicos de agua por segundo, por Torrejón, 45 y por Valdecañas, 66, según datos del Ministerio de Medio Ambiente.

La del Duero es la cuenca que ha registrado los descensos más acusados. En la del Segura, la que menos reservas tiene, el caudal del principal río es un tercio del de hace un año.

Mientras, el nivel de agua de los embalses prosigue su descenso. Durante la última semana -en la que las precipitaciones han sido "casi nulas en todo el territorio nacional", según informó el ministerio- han perdido 265 hectómetros cúbicos, lo que supone un 0,5% respecto a la anterior. El nivel medio es del 39,4%, lo que supone 20 puntos por debajo del de hace un año.

La cuenca del Segura, con el 10,3%, es de nuevo la que menos reservas tiene.

Segura, cuenca prioritaria

Narbona aseguró, en un desayuno informativo en Madrid, que el abastecimiento a poblaciones de la cuenca del Segura -sus embalses están al 10,3%- es la prioridad de su ministerio, que espera poder garantizarlo hasta octubre de 2006, por lo que habrá "poca agua" para los regantes de Murcia y se estudiará, junto con el Ministerio de Agricultura, cuál es el momento más eficiente para aportarla a través del trasvase Tajo-Segura.

La decisión que tomó el viernes el Consejo de Ministros de trasvasar del Tajo al Segura sólo agua para consumo humano, y no para regadíos, supone "tener garantizados los suministros" para entre 2,5 y tres millones de personas, afirmó Narbona, del sistema que abastecen los Canales del Taibilla para el próximo año. "Los poderes públicos tienen que ejercer la responsabilidad más allá de cualquier batalla partidista, y si no hay agua eso nada tiene que ver con las distintas fuerzas políticas que gobiernan en un sitio o en otro", declaró la ministra en referencia a las críticas de los Ejecutivos de La Región de Murcia y la Comunidad Valenciana, ambos del PP, al último trasvase.

La titular de Medio Ambiente explicó que las desaladoras son uno de los instrumentos para hacer frente a la sequía. Anunció la construcción de una en Alicante, que abastecerá con 60 hectómetros cúbicos a los regantes del Tajo-Segura, y aseguró que las de la cuenca mediterránea permitirán obtener 600 hectómetros.

Ahora desalar cuesta 0,45 euros por metro cúbico y los regantes pagarán un precio máximo de 0,30, con lo que la subvención del agua para la agricultura será de un tercio del total, destacó Narbona. También insistió en la necesidad de transformar el sector agrario para que "se utilice el agua con mayor eficiencia".

La ministra recordó que España sufre sequías cíclicas y aunque recalcó que "queda mucho por hacer", valoró que en la actualidad existan tecnologías nuevas (para la desalinización de agua marina y el reciclado de las residuales) para afrontar esa situación.