Aute reivindica a Romero de Torres
El polifacético artista protagoniza Semanaute, cuatro días de homenaje al pintor cordobés, que arrancaron ayer con un recital poético
La segunda acepción del verbo reivindicar, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es "argumentar a favor de algo o de alguien". Luis Eduardo Aute (Manila, 1943) se ha propuesto reivindicar al pintor cordobés Julio Romero de Torres. Y los argumentos que utiliza Aute son sus propias canciones, pinturas y poemas.
Ayer empezó con la poesía. A eso de las ocho de la tarde, rodeado de cuadros de bellas mujeres desnudas de piel morena, la voz grave de Aute se transformó en versos. Fue en el Museo Julio Romero de Torres de Córdoba y, unas horas antes, el artista explicó que había elegido sus poemas menos densos y "soporíferos". No era cuestión de caer en la "sobredosis" de Aute, dijo.
El compositor ha preparado cuatro días de actividades -Semanaute lo han llamado- que giran en torno a la figura de Julio Romero de Torres. Las actuaciones y proyecciones forman parte de los actos de homenaje del 75 aniversario de la muerte del pintor que organiza el Ayuntamiento de Córdoba.
La voz de Aute se hará algo más aguda esta noche encima del escenario del Gran Teatro, cuando de su garganta salga música. Presenta el segundo volumen de Auterretratos, una selección de todos los álbumes que ha publicado desde 1968.
El miércoles, le tocará el turno al cine, con la proyección en la Facultad de Filosofía y Letras de la película de animación Un perro llamado Dolor, que Aute dirigió y pinto durante cinco años. Semanaute se cerrará el jueves con la presentación de la exposición Itinerancias, que estará abierta al público durante el mes de noviembre en la Posada del Potro y en la que se recoge una selección de pinturas del manileño.
"Quiero reivindicar la figura de Julio Romero de Torres para ponerla a la altura de la de Picasso", afirmó Aute. No tiene dudas: "Es para mi uno de los artistas más grandes de la pintura española". El problema, según Aute, es que Romero de Torres "no está valorado". En gran medida, el cordobés no ha podido quitarse la etiqueta de popular y folclorista después de su muerte. Pero Aute explicó que el pintor, en la última etapa de su carrera, se fue "despegando" de esa estética para acabar entroncando con el surrealismo e, incluso, siendo uno de los precursores del pop art con sus series de carteles sobre la feria. "Se consiguió despegar de su generación".
Para el compositor, Picasso y Romero de Torres son "la cara y la cruz de la misma moneda". Y así lo concibió Aute en su película Un perro llamado Dolor. Cada uno de los siete episodios en los que está dividida la cinta, se centra en la relación de un pintor con su modelo. Romero de Torres aparece junto a una de las bellas muchachas que pintó. Ella se va desprendiendo de la ropa. Cuando ya está desnuda, se empieza "a despojar de su propia estructura biológica". Los trozos que caen al suelo "se hacen cubistas". De las líneas clásicas del cuerpo de la mujer no queda nada... Romero de Torres se arranca su propio rostro: Debajo, está Picasso.
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