Marisa Flórez recuerda la transición con una exposición de fotografías

Las mejores fotografías son aquellas que muestran lo que no se ve a simple vista. Bajo esta máxima, Marisa Flórez, fotoperiodista y redactora jefe de EL PAÍS, ha retratado una España cambiante. La transición propició algunas de sus mejores instantáneas. Imágenes de la transición. Una mirada personal se puede visitar hasta el 31 de enero en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz.

"Fue un momento fantástico para la fotografía. Se abrió todo. Llegaron nuevos personajes que nos habían parecido mitos. Se vivían cambios profundos", reconoce Flórez. Un total de 31 momentos fotografiados resumen en una exposición aquella vertiginosa etapa de apertura. Sillones vacíos junto a un presidente del Gobierno. Un pecho al descubierto al lado de un alcalde. La mano de un poeta entrelazada en el brazo de una histórica comunista.

La muestra recoge imágenes donde los elementos que rodean a los protagonistas son igual de importantes. Marisa Flórez retrató la soledad de Adolfo Suárez en una foto que fue historia porque ocupó a cinco columnas una portada de EL PAÍS en septiembre de 1979. Ella estuvo también cuando a la actriz Susana Estrada se le deslizó la camisa delante del entonces primer edil de Madrid, Enrique Tierno Galván. Y su cámara guardó para siempre la entrada en julio de 1977 de Pasionaria del brazo de Rafael Alberti.

Preparación

"Las fotos son como los hijos. Los quieres a todos y de cada uno te gusta una cosa". Entre sus vástagos predilectos, destaca también la imagen del Rey, en cuclillas, saludando cariñosamente a un anciano José María Pemán.

Marisa Flórez no cree en la suerte del momento sino en la preparación del profesional. "Evidentemente puedes tener la fortuna de captar un momento excepcional. Pero las buenas fotografías, en general, salen de un trabajo previo de preparación, documentación y conocimiento de los personajes y las situaciones". Defiende a los fotógrafos como "periodistas que usan la cámara igual que los redactores usan el bolígrafo".

Flórez explica que al lector hay que conquistarlo en medio del bombardeo constante de imágenes de la televisión. "Una buena foto de prensa debe llamar la atención por algo diferente que haga pensar". Y no importa que sea un magno acontecimiento o un sencillo acto. Las mejores fotografías, según Flórez, son las que hacen grandes los pequeños detalles.