Estallan en Navarra y Cantabria dos pequeñas bombas de las cuatro que anunció ETA
ETA intervino en la jornada de huelga general anunciando la colocación de cuatro bombas en los límites geográficos del País Vasco y Navarra, de las cuales sólo explotaron dos, en Cantabria y en Navarra, mientras que las dos restantes, situadas, según el aviso etarra, entre Álava y Burgos y en el límite de Navarra con La Rioja y Zaragoza, no fueron localizadas por la Guardia Civil ni por la Ertzaintza a lo largo del día.
El cuádruple aviso, realizado en euskera por una voz de mujer a las 6.33 a la Asociación de Ayuda en Carretera de Guipúzcoa (DYA), indicaba las zonas aproximadas -descritas en distancias de varios kilómetros- de la ubicación de las bombas, que deberían estallar entre las siete y las nueve de la mañana. Especialistas en explosivos de la Guardia Civil y de la Ertzaintza cortaron el tráfico en todas las zonas señaladas, lo cual originó importantes retenciones en la circulación de vehículos de estas carreteras, especialmente dos de ellos esenciales: la autopista A-8 y la A-1, en las proximidades de Miranda de Ebro.
La primera bomba estalló a las 8.10 de la mañana en Ontón (Cantabria), del municipio de Castro Urdiales, en el límite con Vizcaya. El artefacto explosivo era de escasa potencia y había sido colocado bajo el viaducto de la autovía. Su explosión no causó daños materiales ni personales. Sí produjo, sin embargo, un monumental atasco de 14 kilómetros y en las dos direcciones, ya que el tráfico no se restableció hasta una hora después de la explosión.
Escasa potencia
La segunda bomba que estalló lo hizo a las 10 de la mañana, cerca de la localidad navarra de Viana, en un camino de la ruta Jacobea, concretamente en el kilómetro 83,300 de la carretera N-111. Al igual que la anterior, era de escasa potencia y no causó ningún daño. La Guardia Civil no restableció la circulación por esta carretera hasta mucho después, tras haberse cerciorado de que no existía más peligro.
Respecto a la bomba cuya colocación había sido anunciada en la A-1, cerca de Miranda de Ebro, en la provincia de Burgos, la Guardia Civil sólo encontró un saco que levantó sus sospechas por contener alguna referencia de la banda terrorista, aunque posteriormente se comprobó que no contenía ningún explosivo que lo hiciera peligroso. Tras rastrear los alrededores por si existía algún artefacto en otro lugar, los agentes permitieron la circulación por la autopista.
El cuarto aviso de bomba, cuya ubicación afectaba a los municipios zaragozanos de Mallén y Gallur, provocó el cierre de la AP-68, entre Pamplona y Zaragoza, en el tramo comprendido entre ambas localidades. Los especialistas en explosivos, tras peinar la zona durante horas, no hallaron ninguna bomba. Según reconoció el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, los funcionarios no descartan que ésta hubiera estallado sin haber causado daños.
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