Zapatero pone a Chile como ejemplo de país "serio y moderno" en América Latina

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó ayer a Chile como ejemplo de país "serio y moderno" para "Latinoamérica y para el mundo", una afirmación que no es nueva, pues fue reiterada en Madrid desde mucho antes de la llegada de la socialista Michelle Bachelet a la presidencia, pero que sí cobra especial significación con el auge de los regímenes populistas. Zapatero y la presidenta chilena firmaron ayer un Plan de Asociación Estratégica, que pone precisamente en la globalización el cauce para solucionar los males del subcontinente, mediante su integración.

Ninguno de los dos líderes se arriesgó, sin embargo, a analizar en público la delicada situación regional, un tema central en sus conversaciones de ayer. Interrogada sobre la evolución de Bolivia, Bachelet se acogió a la idea de que no se trata de "volver a la etapa de la guerra fría y demonizar a unos u otros países", para estimar que "lo que ocurre no es sino la expresión de un conjunto de búsquedas políticas que los pueblos de América Latina hacen para atender demandas insatisfechas". "En Chile, somos respetuosos con los procesos de cada país", añadió, tras advertir de que "no debiera existir sorpresa" respecto a la evolución de los acontecimientos en América Latina.

Más conciso fue el diagnóstico de Zapatero, que habló de "un momento de cambios, fruto de procesos electorales dilatados" e insistió en que "el camino necesario" pasa por la integración regional y el reforzamiento de la relación entre América Latina y Europa. El presidente señaló "dos grandes objetivos" para el subcontinente: "Fortalecer la democracia y reducir las desigualdades sociales. Lo segundo dependerá mucho de lo primero".

Defensa del multilateralismo

El presidente elogió, el "Chile moderno", un país, donde dijo, "nuestras empresas están a gusto", que ha sabido "recorrer un camino con la democracia, con la libertad y que ha dado como fruto esencial un alto grado de progreso, de bienestar social, de reconocimiento de la ciudadanía y de jugar un papel en el mundo de defensa de valores como la paz, el entendimiento, el multilateralismo".

Bachelet insistió en que "los tremendos desafíos comunes" de la pobreza y las desigualdades, que están en la base de la agitación latinoamericana, se resuelven mediante la integración. En ese contexto dijo que "los países pequeños tienen dos alternativas: o aprovechar la gran oportunidad de la globalización, o quedarse abajo".

El proceso de globalización es el marco decisivo del Plan de Asociación Estratégica firmado ayer por España y Chile, para coordinar esfuerzos en todos los ámbitos multilaterales, contribuir al orden y a la paz en el mundo a través de iniciativas como la Alianza contra el Hambre y la Alianza de Civilizaciones, y su cooperación económica y el diálogo político mediante, al menos, un encuentro anual a nivel de presidentes y un "contacto permanente" entre los respectivos ministros de Exteriores. Chile es el cuarto Estado con el que España ha firmado este tipo de declaración, que señala a los países prioritarios en la zona, tras México, Brasil y Argentina.

El acuerdo se cerró con ocasión de la primera visita de la nueva presidenta chilena a Europa, que ha comenzado en España. La presidenta chilena y el presidente del Gobierno seguirán tratando hoy los mismos temas en la cumbre UE-América Latina, que se celebra en Viena. Zapatero dejó claro que piensa ver en la capital austriaca al presidente boliviano, Evo Morales, aunque "con distinto alcance de tiempo" y formato, según dijo, del que dedicará al presidente de México, Vicente Fox, y al brasileño, Luis Inazio Lula da Silva. Zapatero dio a entender que tampoco tiene tanto que hablar en este momento con el líder indigenista, ya que el establecimiento del "marco bilateral de negociación llevará tiempo".