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Moscú quiere frenar las adopciones de niños rusos y anuncia medidas de fomento de la natalidad

Pilar Bonet

Vladímir Putin calificó la demografía como "el problema más agudo" de la Rusia moderna. El líder ya había abordado la mengua poblacional en Rusia en anteriores ocasiones, pero esta vez esbozó las líneas maestras de un programa para estimular económicamente la natalidad, apoyar a la familia y respaldar a las mujeres que decidan arriesgar su vida profesional por la maternidad.

El número de habitantes en Rusia disminuye en casi 700.000 al año como media, dijo Putin. En 2005, el presidente se quedó corto: la población de Rusia disminuyó ese año en 735.500 personas. En enero de 2006, el país tenía 142,7 millones de habitantes, según las estadísticas oficiales. Eso, para poblar un territorio de más de 17 millones de kilómetros cuadrados, de forma desequilibrada, con gran concentración en la parte europea y escasa densidad en Siberia. De 1993 a 2005 la población rusa disminuyó en 5,8 millones de personas (un 4%), según el ministro de Sanidad, Mijaíl Zurábov. En 2005 la mengua fue más pronunciada que en 2004 y el crecimiento natural negativo fue de 843.000 personas (1.460.100 nacimientos y 2.303.100 defunciones).

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La emigración de los países de la Comunidad de Estados Independientes mitiga el problema de forma mínima, ya que ha ido disminuyendo con los años, en parte debido a las cortapisas de la misma política de emigración rusa. Como en otras ocasiones, Putin instó a estimular la llegada al país de emigrantes cualificados, que conozcan la cultura rusa y sus tradiciones nacionales.

Putin propuso incrementar el subsidio mensual por el primer hijo a 1.500 rublos, unos 43 euros (hoy es de 700 rublos), y a 3.000 para un segundo hijo. Según sus planes, las mujeres trabajadoras en baja maternal durante un año y medio recibirán el 40% de su sueldo como mínimo. El presidente abogó por extender las medidas de apoyo a los rusos que adopten a niños internados en los orfanatos, donde hay actualmente 200.000 pequeños, según dijo, aunque precisó que son muchos más. "Los extranjeros adoptan más a nuestros niños que nosotros en nuestro propio país", afirmó el presidente, que propuso incrementar a 4.000 rublos mensuales como mínimo la subvención para las familias rusas que se deciden a adoptar una criatura. El presidente propuso también la creación de un fondo de 250.000 rublos que las mujeres trabajadoras madres de un segundo hijo podrán utilizar bien para los estudios del niño, para su propia jubilación o para ayudar a pagar un piso.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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