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Antonio López vuelve a sus orígenes

El artista recibe ante 'Las meninas' el galardón de Artes Plásticas y califica el acto de "muy hermoso"

Con Las meninas como telón de fondo, el pintor Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) rememoró ayer con emoción los primeros años de su carrera al recibir el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2006. El artista dedicó su discurso a su tío Antonio López Torres, quien desde los 12 años alentó y posibilitó su dedicación a la pintura y a la tarea de pintar. El acto, presidido por los príncipes de Asturias, se celebró en el Prado. La familia del artista ayudó con su presencia a templar el nerviosismo: su mujer, la pintora realista María Moreno; sus dos hijas y tres de sus cuatro nietos. "Ha sido un acto muy hermoso. He estado tranquilo y disfrutando del privilegio, y el discurso del Príncipe ha sido muy expresivo y muy cálido", declaró el pintor.

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El Premio Velázquez de Artes Plásticas 2006, concedido por el Ministerio de Cultura al pintor y escultor Antonio López el pasado 24 de mayo, destaca la obra de un creador que "hunde sus raíces en la más pura tradición realista española, siendo la obra de Velázquez uno de sus referentes fundamentales por su solidez pictórica y su verosimilitud".

El jurado añadió por mayoría que Antonio López es "un clásico en su concepción de la pintura, en sus cánones y composición, al que le interesa la realidad, los objetos y los sucesos de la vida cotidiana, dotándoles de un sentido poético que le ha valido el reconocimiento internacional". El premio está dotado con 90.000 euros, como el Cervantes de las Letras; una exposición en el Museo Nacional Reina Sofía, donde celebró una antológica en 1993, y una beca de 30.000 euros para un artista menor de 35 años. "Todavía no lo he elegido. Conozco a varios por los talleres de verano pero me tendré que asesorar, ya que hay mucha distancia generacional".

Antonio López ha dedicado el último mes a preparar el discurso del Premio Velázquez, desde que le notificaron el galardón mientras terminaba en el parque de bomberos de Vallecas una gigantesca panorámica de Madrid, que desde el 1 de junio está depositada en la Asamblea de Madrid. El artista se centró en la relación personal con su tío Antonio López Torres y el aprendizaje de la pintura, una vinculación artística que se demostró en la exposición celebrada en el Centro Cultural de la Villa, de Madrid. "Mi tío ha tenido un significado cada vez mayor como artista, y también ha influido en mi vida y en mi destino", declaró al final.

Antes de evocar sus inicios en la pintura de la mano de Antonio López Torres, recordó a los galardonados en las ediciones anteriores (Gaya, Tàpies, Palazuelo y Soriano) para situar la práctica del arte como "un privilegio que debía bastar para llenar una vida y una vida larga". En su opinión, la búsqueda y el respeto de la expresión individual, como una gran conquista de nuestro tiempo, "han barrido tantos dogmas, estéticas, sistemas, creencias, que fueron el fundamento para adentrarse en la interpretación y valoración de la obra artística".

Antonio López vuelve a estar en la sala de Velázquez, que conoció a los 13 años, cuando llegó a Madrid con sus padres y su tío para preparar el ingreso en la Escuela de Bellas Artes. Ayer se refirió al Museo de Reproducciones, situado en el Casón, donde se ejercitó en el dibujo y descubrió el arte de la escultura en los calcos de yeso. "Y visitamos juntos por fin el Museo del Prado. Por fin veía las obras de los grandes pintores, sobre todo de Velázquez". Contó que a la salida le dijo a su tío que le gustaba más su pintura, "y todavía recuerdo la cara que puso al oírme". Tras el acto, el pintor declaró que la opinión había sido un producto de la ignorancia y de la adoración por su tío.

Ha pasado más de medio siglo desde los tiempos evocados en Tomelloso y el pintor asegura que entró en la pintura como en un jardín que se había convertido en "un bosque, prodigioso, arriesgado". Al final de su discurso señaló que en su descubrimiento del arte se había encontrado con el arte antiguo, Vermeer, Velázquez y el gran arte español, "tan cercano a la vida, tan noble", pero también se refirió a la música, la arquitectura, la literatura y el cine. Entre los asistentes estaban Jesús López Cobos, Ian Gibson y Rafael Moneo, que había llegado a Madrid en las mismas fechas que Antonio López, con la intención de hacerse pintor. "Antonio López es un artista excepcional, está poseído por la pintura y ha evolucionado mucho más de lo que la gente cree".

En su intervención, el príncipe de Asturias también se refirió al "prodigioso ejercicio de integración de las artes" y su huella en la estética del cine español más reciente. Don Felipe es modelo del pintor en el retrato de la familia real, por encargo de Patrimonio Nacional, que tendrá acabado a finales de octubre. "Está muy avanzado y durante todo el verano estaré trabajando en una sala del palacio Real que me dejan".

Para el artista, el discurso de don Felipe "parecía muy sincero", que realizó, según dijo, en nombre propio y en el de toda la familia real, "que admira y aprecia tanto su obra como su persona". "Nuestra admiración se extiende tanto hacia sus espléndidas creaciones primeras, llenas de sentido poético, profundidad y connotaciones oníricas, como hacia toda su gran obra posterior, de un realismo renovador y trascendente, en la que ha sido capaz de incorporar casi todos los hallazgos técnicos propios del informalismo".

En nombre de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, que convalece de una operación ginecoló-gica, el subsecretario de Cultura, Antonio Hidalgo, recorrió la obra del "estimado maestro" como máximo representante de la escuela realista de Madrid, vinculada con la tradición y con un carácter vanguardista. "Aparentemente, es el pintor más fácil de ver y de entender a primera vista, pero creo que es el más difícil de explicar, de contar. Su pintura suscita interrogantes sin fin, y el misterio y la emoción que emanan de toda su obra le confieren un carácter que la hace inconfundible".

Antonio López, durante el acto de entrega del Premio Velázquez.
Antonio López, durante el acto de entrega del Premio Velázquez.BERNARDO PÉREZ

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