Mil partidos y cientos de goles en la hora del adiós
Zidane jugó ayer su último partido como profesional. Sus compañeros de aventura, Thuram, Barthez y Makelele, seguirán jugando, pero sólo con sus clubes respectivos. Tampoco defenderán nunca más la camiseta del gallo. Dejan la selección francesa. Para siempre. No son los únicos que han decidido que el Mundial de Alemania ha sido la última parada del tren de su carrera internacional.
Puede que también el italiano Totti deje de jugar para su selección. "Hay un noventa y cinco por ciento de posibilidades de que no vuelva a jugar para Italia", ha declarado el centrocampista romano, de 30 años. También el central Cannavaro, que ayer cumplió 100 partidos con la azzurra, medita su retirada del combinado transalpino, a los 33 años y después de haber coleccionado una larga ristra de elogios a su actuación en el torneo. Tampoco estos nombres ilustres son los únicos futbolistas que han decido dejarlo llegados a este punto, con el fin del campeonato. El fútbol les va a echar de menos. A ellos y a su talento.
Figo deja como último recuerdo un centro maravilloso que cabeceó Gomes ante Alemania
Kahn colgó los guantes el sábado. En su caso, muchos se alegrarán de que se marche
Al Jaber, delantero de Arabia Saudí, que llegó a defender los colores del Wolverhampton, se va después de 162 partidos. Tiene 33 años. Su compañero, el portero Al Deayea, que como él ha estado presente en cuatro Mundiales consecutivos, también. Suárez, de México, es otro de los veteranos que lo deja. No ha jugado un solo minuto en este Mundial y, a los 38 años, va siendo hora de dejar la camiseta verde y dedicarse sólo al Chivas, equipo de Estados Unidos en el que juega. Como el de João Ricardo, el portero de Angola, éstos son los nombres menos conocidos en la hora del adiós.
Los hay de alto copete también. Tras perder contra Francia el tren a Berlín, el capitán de Brasil, Cafú, se jubiló de la amarelha. Son cuatro Mundiales, dos títulos de campeón del mundo y 142 partidos defendiendo a la canarinha. Roberto Carlos (125 partidos, 33 años) también dijo que se iba. Visto su rendimiento, se fue cinco minutos antes de que le jubilaran. Con 40 entorchados y 31 años, Juninho Pernambucano también lo deja. Son las secuelas de un fracaso estrepitoso de la selección de la que todos esperaban que ganase sin bajarse del autocar y jugando bien. No jugó bien y se quedó en el cruce de los cuartos.
Quien ha jugado muy bien y ha capitaneado a su equipo hasta la cuarta posición es Figo, que deja como último recuerdo en un Mundial un centro maravilloso que le sirvió a Nuno Gomes para marcar el gol del honor en la final de consolación que Portugal perdió el sábado contra Alemania en Stuttgart. En la selección ibérica se intuye otro adiós, el de Pauleta, compañero del delantero del Inter en aquella inolvidable selección sub 21 que ganó el Mundial de su categoría.
En el mismo partido, Kahn colgó los guantes. En su caso, muchos ex compañeros se alegrarán de que abandone y se marche.
En el polo opuesto, Cocu, otro ilustre que se va: 36 años, 101 partidos con la oranje y una trayectoria que le convierte en referente del fútbol holandés en el último decenio. Con Cocu, el jugador extranjero que más partidos ha jugado con la camiseta del Barcelona, se va una manera romántica de entender la profesión de futbolista. Él también lo ha anunciado oficialmente.
A otros, como a Larsson, el delantero sueco, o Van der Sar, el portero holandés, tal vez les jubile su edad antes que su deseo porque no se han manifestado aún al respecto.
Más de mil partidos y cientos de goles les contemplan en la hora del adiós. A todos, el fútbol les echará de menos. Otros vendrán a coger su testigo. Pero su huella, en muchos casos, será imborrable en la memoria de quienes les vieron jugar.
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