¿Cómo lo supo el doctor House?
Uno de mis bloggies comparó el otro día al doctor House con Sherlock Holmes, y tiene toda la razón. Hasta el bastón tiene algo que ver con la génesis del mítico inquilino del 221b de Baker Street, como verán. Arthur Conan Doyle -el doctor Watson de carne y hueso- se inspiró para caracterizar a su detective de papel en Joseph Bell, uno de sus profesores en la facultad de Medicina de la Universidad de Edimburgo. A Bell le gustaban los golpes de efecto más que al mago Tamariz. Una vez llevó a clase a un paciente real y pidió a los estudiantes que le hicieran un diagnóstico. "Dispepsia", apuntó uno. "Neumonía", probó el de más allá. El profesor Bell afectó el gesto de fastidio que ahora nos resulta tan familiar y reveló a sus alumnos: "¡Artritis! ¿O no han visto el bastón que dejó al lado de la puerta?"
Hace un par de semanas, el investigador forense José Antonio Lorente presentó las pruebas de ADN de que los restos enterrados en la catedral de Sevilla pertenecen a Colón. Pero, para saber que ésa es sólo la mitad de la historia (literalmente), no había que esperar tanto. Llamé a Lorente hace tres años, en cuanto obtuvo los permisos para abrir el sarcófago.
-¿Cómo está el almirante?
-Repartido entre Sevilla y Santo Domingo, seguramente.
-¿Cómo pudo saberlo?
-Porque es obvio que aquí no hay suficientes huesos para completar una persona.
Doctor Watson, le faltó añadir.
Hace años, un grupo de ecólogos reunió las evidencias de que cierta especie vegetal seguía una distribución bimodal respecto a la altitud: abundaba cerca de la cima, desaparecía en la ladera y volvía a medrar en el valle. Al volver al pueblo tras su expedición de un mes, le contaron su deducción a un lugareño. "Claro", dijo el hombre. "Porque arriba cae el agua y abajo se remansa". No sé si llegaron a publicar el trabajo.
El editor John Brockman ha preguntado a la élite científica: ¿qué viejo caso reexaminaría con las técnicas modernas? Yo invierto la pregunta para ustedes: ¿Qué nuevo caso reexaminaría con una vieja y profunda mirada? (http://blogs.elpais.es/elenigma/)
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