La incomodidad de la nostalgia
Nélida Piñón abre el 'Encontro' del PEN con un discurso sobre su relación con Galicia
El discurso fue épico. De esa épica que Nélida Piñón encuentra en la epopeya migratoria de los gallegos. El trayecto histórico de un pueblo del que la misma escritora brasileña procede. "Yo buscaba la galleguidad que se encarnaba en los abuelos, en los padres", explicó Piñón. El marco, el paraninfo de la Universidad de Santiago de Compostela; el texto, la conferencia con que en la mañana de ayer Nélida Piñón abrió el Encontro De pedra e de palabra, que se celebra esta semana en Santiago de Compostela.
La Premio Príncipe de Asturias de las Letras, encaramada en el altar de la sala de la Facultad de Historia, relató delante del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo y los 56 escritores que participan en los actos del PEN Clube, su descubrimiento de la patria perdida. "La saudade es incómoda", explicó apasionada, "y yo identificaba las distorsiones afectivas de la familia con la morriña". Nélida Piñón, a través de esa variante del gallego que conforma el portugués de Brasil, habló de cómo los emigrantes gallegos debían protegerse del "sentimiento corrosivo" de la distancia. "No lloraban, y sin embargo desaguaban la tristeza que se vierte por la patria que se perdió", afirmó.
La autora de A República dos sonhos no ahorró detalles -su pieza oratoria se titulaba A nostalxia da palabra-, de cómo su primer viaje a Galicia influyó decisivamente en su oficio de narradora. "En Galicia me acerco a las raíces del mundo", confesó. También desveló que en una iglesia del norte del país recitó versos de Rosalía de Castro. Y aseguró que "Rosalía es lo mismo para Galicia que Machado de Assis para Brasil, Camoes para Portugal o Dante para Italia". Después de explicar que metabolizaba Galicia mientras la recorría, que su interés por las meigas - "bruxas, decimos en Brasil"- nunca desapareció de su obra, terminó con optimismo y dijo, decidida: "La cultura gallega no perece, porque la cultura es lo que le da la imaginación".
Proyección internacional
El acto de apertura del Encontro había comenzado con el capítulo de agradecimientos, a cargo del presidente del PEN Clube de Galicia, Luís González Tosar. Además de a la ayuda institucional y al patrocinio de la Unesco, González Tosar saludó explícitamente a Alejandro Finisterre. El exiliado republicano, albacea de León Felipe y editor en México de, entre otros, Max Aub, acompaña, con sus 86 años, a los escritores reunidos en De pedra e de palabra.
El presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, que hizo uso de la palabra, destacó en su intervención la proximidad con Galicia de las literaturas lusas e hispanas y se refirió a la "necesaria proyección internacional" de la cultura y las letras gallegas. Pérez Touriño advirtió de la tendencia a la uniformización cultural "en este mundo globalizado".
Los protagonistas de De pedra e de palabra, los escritores, llevan ya varios días en la ciudad de Santiago. Llegados por tierra y aire, en ocasiones cruzando el mar -participan brasileños, angoleños, argentinos, guineanos, cubanos, chilenos, mexicanos o peruanos-, emocionados con la piedra compostelana pero también con la gastronomía, muchos de los autores reunidos en la capital gallega eran viejos conocidos. Si el poeta mexicano José Emilio Pacheco se preocupó de recordarle a Ana María Matute que no se veían desde hace 30 años, en Estados Unidos, los igualmente poetas, y compatriotas leoneses, Juan Carlos Mestre y Francisco Álvarez Velasco, no dejaron de mostrarse admiración por su trabajo literario.
Los actos públicos del PEN incluyeron en el día de ayer una presentación de Os libros arden mal, de Manuel Rivas, dos mesas de debate y un recital poético.
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