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Reportaje:Las secuelas del temporal

La riada ahoga Alcalá de Guadaíra

El temporal provoca dos muertes, 18 heridos y daños en bienes públicos por 3,5 millones

El mejor resumen de lo ocurrido el martes en el centro de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) podía leerse en lo alto del expositor de libros de terror de una tienda arrasada por el agua: "Pesadillas". Una granizada espesa que taponó las alcantarillas, un torrente de lluvia y un vendaval de 100 kilómetros por hora convirtió la calle principal en una riada pavorosa. Dos mujeres perecieron y 18 vecinos resultaron heridos. Una treintena de establecimientos ofrecían ayer una estampa posbélica de escaparates rotos, verjas arrancadas, suelos enlodados y materiales inutilizados. El Gobierno declarará al municipio "zona afectada por desastre natural" para compensar las pérdidas. Sólo los daños en bienes públicos ascienden a 3,5 millones de euros.

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Media hora bastó. En ese lapso de tiempo, las tiendas de la calle principal de Alcalá de Guadaíra (65.000 habitantes) se convirtieron en ratoneras para comerciantes y clientes, aterrados ante la subida imparable del nivel del agua y la dificultad de refugiarse en pisos superiores. Los coches, arrastrados por la riada, se iban golpeando unos contra otros y embistiendo puertas. La peor parte fue para Pastora Hermosín Jiménez, una anciana de 80 años, que falleció debido a un infarto en la calle, y para María Adán Cantero, una profesora del colegio Reina Fabiola de 36 años que pereció con politraumatismo, tras ser sorprendida por el temporal en un coche junto a una compañera y sus dos hijos. Por ellas, el Ayuntamiento decretó dos días de luto oficial durante un pleno extraordinario celebrado ayer.

La evaluación completa de los daños económicos tardará unos días. Tanto el Gobierno estatal como la Junta de Andalucía arroparon al municipio de inmediato. Está previsto que el Consejo de Ministros -esta semana o la próxima- declare a la localidad "zona afectada por desastre natural". El presidente José Luis Rodríguez Zapatero telefoneó al alcalde para expresarle su solidaridad. De igual modo, el presidente andaluz, Manuel Chaves, informó durante su visita a la zona afectada que adoptará las "medidas económicas necesarias" para apoyar la recuperación rápida de los pequeños comerciantes, los más perjudicados por el temporal.

La virulencia del temporal no fue advertida por el Instituto Nacional de Meteorología, que declaró la alerta amarilla para Sevilla y la naranja para otras provincias andaluzas. "En la periferia de Alcalá de Guadaíra cayeron 58 litros por metros cuadrado en 35 minutos. Un fenómeno muy localizado. Se esperaba que al pasar el frente por Sevilla se debilitaría, por eso dimos la alerta amarilla, nunca se puede saber con certeza en qué punto exacto va a llover", aclaró ayer Juan de Dios del Pino, jefe del grupo de predicción y vigilancia del Instituto Nacional de Meteorología en Andalucía occidental, informa María Morgado. Del Pino agregó que los efectivos que preparan los municipios "son los mismos" cuando se declara un nivel amarillo o uno naranja.

El alcalde de Alcalá de Guadaíra atribuyó el desastre a la suma de tres elementos meteorológicos: "En el centro cayeron 80 litros por metro cuadrado en 15 minutos junto a un viento de 100 kilómetros por hora y, sobre todo, el grosor del granizo de unos 40 centímetros taponó las alcantarillas". Gutiérrez Limones agregó: "La calle se convirtió en un río de metro y medio de altura que arrasó todo lo que podía, era imposible evitarlo porque un fenómeno así es impredecible".

La orografía del municipio es, de hecho, otra característica que favoreció la intensidad de la riada, citada por el profesor de Climatología de la Universidad de Sevilla, Juan Mariano: "Alcalá está en una colina, y cuando se produce la escorrentía, el agua circulante lo hace a mucha velocidad".

Dos mujeres retiraban ayer el granizo en una tienda de ropa de la calle de La Mina.
Dos mujeres retiraban ayer el granizo en una tienda de ropa de la calle de La Mina.GARCÍA CORDERO

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