La identidad 'superplana' de Japón
El mundo del futuro puede ser como Japón es ahora: superplano". Con esta frase empieza Takashi Murakami (Tokio, 1962) su manifiesto Superflat (superplano), que ha dado nombre a una de las corrientes más influyentes en el arte japonés de hoy. Actualmente coinciden en España varios artistas que, de una u otra manera, se engloban dentro de este fenómeno: el propio Takashi Murakami, en Madrid, Yoshitomo Nara, en Málaga, y la serie de artistas más jóvenes que participan en Barcelona en el ciclo de exposiciones Kawaii!
En sus aspectos histórico y sociológico, la teoría Superflat de Murakami trata de explicar cómo la sociedad japonesa se ha vuelto más y más plana, superficial. Asegura que, tras la Segunda Guerra Mundial, Japón queda traumatizado y empieza a negar su pasado perdiendo gran parte de su identidad y abrazando ciertos aspectos de la cultura popular estadounidense, como los dibujos animados. Así es como nace el fenómeno otaku, nombre con que se conoce a los aficionados a la cultura manga, como el propio Murakami. Esa fascinación, tanto en niños como en adultos, por los dibujos animados y los cachivaches como llaveros o colgantes, conocidos como fanshi guzzu -del inglés fanzy goods-, se ha convertido en un fenómeno tan masivo que es estudiado por filósofos y sociólogos. Para la francesa afincada en Tokio Hélène Kelmachter, comisaria de Kawaii!, esa moda es una vuelta deliberada a la inocencia de la infancia y supone una negación del presente social. "Es el reflejo de un malestar de la sociedad japonesa", contesta en un correo electrónico.
"Hemos tomado la mayor tragedia de nuestra historia y la hemos convertido en un chiste", explica Murakami en un documental que se puede ver en la exposición de Casa Asia. Así, uno de los personajes que pueblan la obra de este artista se llama Little Boy, nombre de la bomba atómica que en 1945 fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima. "Japón ha sido castrado y por eso no tenemos respeto por nuestra identidad cultural", dice Murakami. "Little Boy paralizó nuestro sentimiento por el pasado".
La influencia del manga es clara en la obra de Takashi Murakami, en la de Yoshitomo Nara (Hiroshaki, 1959) y también en la de la posterior generación de artistas que recoge Kawaii! (que en japonés significa algo así como mono o bonito, una de las palabras más utilizadas entre los jóvenes nipones). Aya Takano (Saitama, 1976), Chiho Aoshima (Tokio, 1974), Erina Matsui (Okayama, 1984), Tomoko Sawada (Kobe, 1977) y Kohei Nawa (Osaka, 1975). Todos ellos tienen en común la atracción por lo infantil, el cómic, la estética pop, la inclusión de personajes fantásticos, un cierto fetichismo sexual... Y la bidimensionalidad, el aspecto estético que constituye, junto al histórico y al sociológico, la tercera pata de la teoría superplana de Murakami. Una característica heredada tanto de los primeros trabajos de animación como de la pintura tradicional japonesa.
La teoría Superflat parece dirigir una mirada crítica a esa sociedad infantil de entretenimiento consumista, no obstante, Murakami se caracteriza por ser uno de los artistas más comerciales de la historia. Si Andy Warhol utilizaba latas de sopa Campbell en su trabajo artístico, Murakami no sólo se inspira en objetos populares sino que los fabrica y los vende en centros comerciales. De la misma forma que un pintor tradicional llena el lienzo de colores, Murakami parece llenar el mundo con sus objetos. Cuadros, esculturas, vídeos de animación, comisariado de exposiciones, muñecos seriados, camisetas, chocolatinas, chicles, llaveros, papel de pared, móviles, juegos de Monopoly... o la edición limitada de un bolso de Louis Vuitton. Todo a través de su propia fábrica, Kaikai Kiki (www.kaikaikiki.co.jp), que tiene 50 empleados en su oficina de Nueva York, además de representar a cinco jóvenes artistas, dos de ellos presentes en Kawaii!
"Algo impensable en nuestra sociedad", dice Santiago Olmo, crítico de arte y conocedor del fenómeno Superflat. Olmo mantiene que Yoshitomo Nara no ha desarrollado una maquinaria de merchandising tan refinada como Murakami. "Nara es menos plano, más artesanal". Y pese a que el artista participó en la exposición Superflat, comisariada por Murakami en 2001, él se define a sí mismo como punk. "Puede que mi trabajo parezca estar relacionado con Superflat porque utilizamos las mismas palabras, pero hablamos de cosas distintas", dice Yoshitomo Nara por correo electrónico. "Uno se da cuenta cuando se toma el tiempo suficiente para observar mi obra", sentencia. "Quizá lo que pasa es que desde Europa interpretamos estos trabajos como muy similares, mientras que ellos se ven muy diferentes entre sí", dice Olmo.
"Creo que la nueva generación de artistas tiene una libertad mayor que la anterior", explica la comisaria de la exposición Kawaii!, en la que participan artistas con edades comprendidas entre los 23 y los 33 años. "Esa libertad está presente en las técnicas que utilizan: una impresión más sofisticada o un mayor grado de experimentación por ordenador... Aunque Murakami y Nara continúen siendo sus padres espirituales". Para Hélène Kelmachter, estos artistas representan un Japón en busca de su identidad e inmerso en una cultura popular ligada al mundo de la infancia: "Expresión de lo absurdo y lo onírico, el arte japonés es el espejo de un mundo que se ha divorciado de la realidad".
Algunos aspectos de esta reinterpretación japonesa del capitalismo norteamericano son observados con interés desde Occidente. Se toman como ejemplo del futuro que se avecina en el imaginario de la ciencia-ficción, y se importan el manga, los videojuegos, las películas de animación, algunas tendencias juveniles, la fascinación por los cachivaches y otra serie de costumbres relacionadas con la tecnología. Puede que Murakami tenga razón. Que el mundo del futuro puede parecerse a cómo, según él, Japón es ahora: superplano. -
. Centro Casa Asia. Carrera de San Jerónimo, 15. Madrid. Hasta el 24 de noviembre.
Yoshitomo Nara + GRAF.CAC de Málaga.
. Hasta el 6 de enero de 2008.
Kawaii! Japón ahora.Espai 13. Fundación Joan Miró.
. Barcelona. Hasta el 20 de julio de 2008.
Takashi Murakami Calle Alemania s/n Parque de Montjuïc, s/n
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