El yacimiento perpetuo
Medina Azahara sigue deparándonos sorpresas. El yacimiento arqueológico medieval más importante de toda Europa todavía encierra bajo tierra tesoros para la ciencia, el arte y el conocimiento. El califa cordobés Abderramán III ordenó construir sobre las laderas de Sierra Morena, a escasos kilómetros de Córdoba y en la solana del monte de la Desposada, un excepcional conjunto palaciego y ciudad administrativa que causó el asombro y la admiración de propios y extraños. Se conservan testimonios escritos tanto por embajadores cristianos como musulmanes que alaban sin límites la belleza y suntuosidad de una ciudad única. Construida sobre niveles y terrazas, su traza constituye un alarde tanto en su estética como en sus soluciones técnicas constructivas y por su revolucionario concepto de arquitectura del poder.
Efímera como una flor, Medina Azahara fue destruida durante la pavorosa guerra civil que enfrentó a diversas facciones cordobesas a principios del siglo XI. Desde entonces, y acentuado desde la conquista castellana, el olvido cayó sobre sus ruinas, que fueron bautizadas como Córdoba la Vieja y equívocamente consideradas como romanas hasta principios del siglo XX.
La Medina Azahara que hoy podemos visitar es fruto de décadas de excavaciones, consolidaciones, puestas en valor y reconstrucciones, realizadas con distinto grado de acierto. Durante estos últimos años se está realizando un impecable trabajo científico tanto en las tareas de excavación como de consolidación e interpretación, sabiamente dirigido por Antonio Vallejo. Los premios obtenidos por los trabajos sobre el patio del palacio de Yafar reconocen la excelencia de las actuaciones en marcha.
En la actualidad, Medina Azahara se enfrenta a un doble reto. La construcción, de una parte, de un centro de recepción que pueda atender a un público creciente sin causar un impacto paisajístico traumático y, por otra, los trabajos de excavación sobre la muralla sur. Al hilo de estos segundos ha aparecido una mezquita previa, que habla de la existencia de arrabales a los que atendía. El importante descubrimiento servirá para ubicar la ciudad en su contexto territorial y humano. El yacimiento sigue arrojando sus tesoros ocultos.
Manuel Pimentel fue ministro de Trabajo y es editor, novelista y experto en temas de arqueología.
Babelia
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