Sarkozy deja abierta la posibilidad de ausentarse de los Juegos de Pekín
El presidente francés dice que todo depende de cómo maneje China la crisis tibetana
Tras diez días de "silencio ensordecedor" -la frase es de un dirigente socialista-, Nicolas Sarkozy, presidente de la República francesa, declaró ayer que "todas las opciones están encima de la mesa". Se refería a la posibilidad de, por ejemplo, no acudir a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín o de enviar a alguien de bajo perfil en representación del Gobierno. "Todo depende del sentido de responsabilidad de los dirigentes chinos", añadió Sarkozy, al tiempo que se ofrecía como mediador para reanudar el diálogo roto entre el poder comunista y los líderes tibetanos, concretamente el Dalai Lama. "Quiero que el diálogo comience y mi respuesta se adecuará en función de cuál sea la respuesta de las autoridades chinas".
Por coincidencia de calendario, Sarkozy acudiría a Pekín no sólo como presidente de la República, sino también como presidente de la Unión Europea. Y durante diez días ha evitado pronunciarse sobre la cuestión. El pasado sábado telefoneó al presidente chino para pedirle "contención y que pusiera fin a la violencia a través del diálogo".
El ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, teorizador del llamado "derecho de injerencia", tampoco se ha mostrado muy cómodo ante el comportamiento de Pekín en Tíbet, retrasando pronunciarse públicamente para no interferir en la "toma de una posición común europea" el próximo viernes, en Eslovenia. En cualquier caso, a Kouchner la "represión" no le resulta "soportable", pero dice "no querer ser más tibetano que el Dalai Lama". [El líder espiritual de los tibetanos se ha mostrado a favor de los Juegos].
El Elíseo, a diferencia de Washington o Berlín, no ha recibido oficialmente al Dalai Lama, lo que supone una baza ante Pekín. Además, el ex embajador francés en EE UU y actual consejero de Sarkozy para asuntos exteriores, Jean David Lévitte, ha servido de mediador entre la diplomacia china y el emisario del Dalai Lama en la capital estadounidense. "El diálogo empezado hace años debe reemprenderse y profundizarse para que todos los tibetanos se sientan en condiciones de vivir su identidad cultural y espiritual en el seno de la República Popular China", le dijo Sarkozy a su homólogo Hu Jintao. Para la socialista Ségolène Royal, "la amenaza del boicoteo puede ser eficaz". Según ella, Sarkozy ha sido "demasiado débil" ante los chinos. "Organizar los Juegos como si nada ocurriera sería una derrota para nuestros valores y principios", señaló.
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