"El inversor no debe meter en Bolsa dinero que necesite"
¿Qué va a pasar? ¿Están a salvo los bancos y cajas españoles, y sobre todo, los ahorros guardados y manejados por ellos? Las paredes del despacho de Joan Hortalà, presidente de la Bolsa de Barcelona, llevan horas, días, incluso una semana, oyendo las mismas preguntas. Rodeado de pantallas que vomitan caídas de las cotizaciones -esta entrevista se realiza horas después de que la Cámara de Representantes de EE UU diera el gran susto al rechazar el superplan de rescate-, Hortalà pide "calma".
Pregunta. El Gobierno federal de EE UU había presentado las cosas así: o aceptáis el plan o viene la catástrofe...
Respuesta. Cuando la economía de un país anda maltrecha, tiene que aplicarse algún programa. Ya veremos de dónde se sacan 700.000 millones de dólares [507.062 millones de euros]. ¿Es que le vamos a dar a la maquinita? ¿O les diremos a los chinos que nos compren más deuda? Hubiera sido más útil aprobar un programa y dejar el sí definitivo para cuando se supiera de dónde sacar el dinero. Pero los planes tienen una faceta de medidas concretas, y otra psicológica, se lanza el mensaje de que alguien se ocupa del problema.
"La gente hace bien en no inquietarse por la solvencia de la banca, otra cosa es la liquidez" -6d4Content-Disposition: form-data; name="datos[destacados][][destacado]""Cuando la Bolsa sube, todos saben mucho, pero es muy complicada"
P. ¿Qué le parecen las medidas tomadas en España?
R. Echo en falta medidas que mejoren la liquidez. No podemos hacer política monetaria, pero sí una política crediticia.
P. ¿Está tan protegido como presume el sistema financiero español?
R. Está bien organizado, ha estado sujeto a una esmerada supervisión prudencial y sus ratios de solvencia son aceptables comparadas con las de los bancos de otros países. No hay que temer ningún problema.
P. Los mismos que dicen hoy que todo está bien dijeron hace meses que lo peor de la tormenta ya había pasado.
R. Insisto en que las ratios de solvencia son razonables. Cuando la gente habla de la banca, ve la garantía y la confianza respecto de los depósitos que tiene en el banco. Salvo alguna excepción, no hay preocupación real por los depósitos.
P. ¿Y debería?
R. La gente tiene razón en no estar preocupada por la solvencia de la banca. Pero sí tiene razón en estar preocupada por la liquidez. Se le hace difícil mantener la relación que tenía con la banca, eso de llamar a su puerta y pedirle un crédito. El problema es la restricción, con alguna justificación pero exagerada, del crédito. Tiene gran impacto sobre el comportamiento de las familias y la inversión de las empresas.
P. Para crecer, las empresas o salen a Bolsa o se endeudan. Ahora tienen las manos atadas...
R. Ése es el problema grave. La Bolsa, al margen de concepciones ideológicas, es un mecanismo de financiación empresarial. ¿Adónde van a ir si no es a la Bolsa o al banco? La ventaja de la Bolsa es que el dinero que obtienen allí no debe pagar intereses y además no debe devolverse, las empresas pagan en función de los dividendos. De modo que la financiación vía Bolsa es más interesante que la financiación vía endeudamiento. Por eso intentamos abrir la Bolsa a las empresas medianas. Hemos creado el Mercado Alternativo Bursátil, para que puedan entrar empresas medianas en condiciones ventajosas.
P. La crisis no animará a las empresas a salir a Bolsa.
R. Obviamente, la tormenta actual es un freno. Pero además para ir a la Bolsa se necesita alguna dimensión, ser una sociedad por acciones y ser transparente, y esto cuesta. Y a las empresas familiares no les gusta porque plantea el peligro de ser opadas.
P. Invertir en ladrillo es la ruina. Hacerlo en Bolsa asusta. ¿Qué decirle a un inversor con un puñado de ahorros?
R. ¡Ah!, ¿hay muchos de esos inversores? Quienes tienen un puñado, un buen puñado, ya lo tienen colocado. No creo que se preocupen muchísimo. Y los que se inquietan ahora no creo que sean personas con mucha capacidad de poder colocar mucho ahorro. El panorama es ciertamente complicado para invertir. Los títulos de buenas y grandes empresas del sector servicios, o del energético, o algunas empresas industriales, incluso financieras... comprados hoy o si se espera uno a que bajen un poco, a medio plazo son rentables y están infravalorados.
P. A corto plazo...
R. En Bolsa, el corto plazo es un juego de suerte. Cuando la Bolsa sube, todo el mundo sabe mucho. Cuando baja, la Bolsa es muy complicada. Debe pensarse en el medio y largo plazo. Una norma de oro para los no profesionales es que el dinero que metan en Bolsa no sea dinero que precisen para otras necesidades alternativas.
P. Habíamos oído que la cultura financiera ha aumentado. Pero toda esta crisis prueba que nadie sabe bien dónde invierte.
R. A veces, la cultura financiera no es más que el margen de confianza que le da a uno el director de una sucursal. Lo que diga él va a misa. Cultura financiera quiere decir que la gente mira más las páginas del periódico donde salen las cotizaciones, igual que los resultados del fútbol. En la década de 1990, cuando bajaron los tipos de interés, la gente vio que sus depósitos no eran rentables y vio en la Bolsa un buen lugar donde meter su ahorro. Algunos empezaron a hablar del capitalismo popular, que no deja de ser una chorrada. No significa que aprendieran de verdad. Hoy hablamos de operaciones cruzadas, de estructurados, derivados... ¡Hay que saber mucho de eso para entenderlo! ¡Hasta a los profesionales nos cuesta a veces entender los productos!
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