Playas patas arriba
La arena para el litoral de Vilassar y Cabrera se vierte en temporada de baño
"Debería estar con mi nieto en la playa, pero allí sólo hay excavadoras", se lamenta Ricard Doménech, presidente de la plataforma que reclama la recuperación de la playa de Cabrera de Mar, en el Maresme, que se quedó una vez más sin arena tras el temporal del pasado mes de diciembre. En la actualidad, de los seis accesos existentes en la playa, los bañistas sólo pueden utilizar dos. Desde el balcón de su casa, desde donde se aprecia claramente la desaparición de la playa, que ahora transcurre casi junto a las vías ferroviarias, Ricard explica indignado que los desperfectos causados por el temporal no se comenzaron a reparar hasta mediados de este mes, en plena temporada de baño.
El temporal del pasado invierno dejó sin arena las playas del Maresme
Más allá del temporal, la causa principal de que esta zona del litoral se haya quedado sin arena son los puertos deportivos que allí se han ido construyendo en los últimos 20 años. Las corrientes marinas transportan los sedimentos de norte a sur. Los muelles o diques que se han construido en la costa del Maresme, recta y poco accidentada, se convierten automáticamente en un obstáculo que frena este flujo natural, de forma que la arena se queda almacenada en la cara norte de los espigones, mientras que los arenales del sur se van vaciando paulatinamente.
En Cabrera (2,2 km de litoral) y Vilassar de Mar (2,5 km), las dos localidades que se encuentran inmediatamente al sur de Mataró, los vecinos conocen bien la teoría, ahora quieren soluciones. Como ocurre en otros puertos deportivos, los trasvases de arena necesarios, entre 50.000 y 100.000 metros cúbicos anuales, no se han realizado. Salvo en contadas ocasiones, dos concretamente, según la Dirección General de Puertos, Aeropuertos y Costas, dependiente de la Generalitat. El Gobierno catalán afirma a través de un portavoz que a partir del año que viene la alimentación de las playas sí se realizará anualmente.
Mientras tanto y para reparar los destrozos causados por el temporal de diciembre pasado, el Ministerio de Medio Ambiente ha enviado dos barcos-draga para aspirar arena del fondo marino y verterla en las playas del Maresme. Se trata, en palabras de Manuel Novoa, ingeniero jefe de la Demarcación de Costas de Cataluña, de una "aportación de arena complementaria y de emergencia". Desde el Ministerio indican que la magnitud de estas obras sería mucho menor si los puertos cumplieran con la condición de alimentar anualmente las playas adyacentes. Estos trabajos de regeneración, calificados de "obras de emergencia", aunque el temporal se produjera hace seis meses, tendrán un coste total de 8,7 millones de euros. A mitad de esta semana, aseguran desde Medio Ambiente, las playas de Cabrera de Mar volverán a tener arena.
Pero los vecinos del Maresme están cansados de que las administraciones se pasen unas a otras la patata caliente. "Estas obras son un parche que no soluciona nada, con el siguiente temporal nos volveremos a quedar sin arena", denuncia Antonio Abel, presidente de la Asociación de Vecinos de Pla de l'Avellà, en Cabrera. Desde Vilassar de Mar, donde las obras de regeneración de Medio Ambiente concluyeron la semana pasada, Antoni Esteban, presidente de la Asociación de Vecinos de la Xinesca, argumenta que "si se cumpliese la ley, estas cosas no pasarían", pero "el puerto de Mataró está pasando olímpicamente de regenerar las playas". "Asumimos la responsabilidad de la restitución de la dinámica del litoral, pero ante un temporal, no podemos hacer nada", defiende Joan Bellavista, gerente del puerto de Mataró.
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