Populares en el limbo
Con la suspensión temporal de Bárcenas, Rajoy insiste en sortear responsabilidades políticas
Pese a las resistencias iniciales, el Partido Popular se ha visto forzado a una mínima reacción al levantamiento del secreto del sumario del caso Gürtel, induciendo o aceptando la solicitud de suspensión temporal de militancia del senador por Cantabria y ex tesorero Luis Bárcenas. No ha sido sólo por la contundencia de las pruebas que recoge la investigación, sino también y, sobre todo, porque persistir en el cierre de filas atizaba la división interna. El equipo más joven de Rajoy ha dado signos de querer desembarazarse cuanto antes de los responsables de un asunto que considera ajeno, en tanto que los dirigentes que permanecen en activo desde la época de Aznar, incluido Rajoy, han mostrado reticencias a actuar con contundencia.
Revoloteando entre unos y otros, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se exhibe entre los partidarios de la firmeza, tratando de ocultar que su Gobierno contrató en más de 300 ocasiones con la red de Correa. Su desparpajo llega al extremo de presentarse como pieza esencial en el desmantelamiento de la trama, pasando de puntillas sobre el hecho de que esta alcanza a consejeros que nombró e, incluso, a fundaciones que ha dirigido. Aguirre parece no haber reparado todavía en que lo que está en juego no es una cuestión de imagen, sino la depuración de responsabilidades judiciales y políticas por graves delitos de corrupción.
Puede que la suspensión temporal de militancia de Bárcenas contribuya a apaciguar las tensiones, pero al precio de burlarse de los ciudadanos. Es revelador de la mentalidad que reina en el PP el que, ante un caso de corrupción de extensión sin precedentes, considere digno de permanecer en el Senado a quien a la vez aparta de sus filas. Con el agravante de que la suspensión de militancia no viene acompañada del abandono del despacho que el ex tesorero mantiene en la sede de Génova ni la interrupción del pago de su defensa jurídica con cargo al partido.
Bárcenas ha ingresado en la extensa nómina de dirigentes populares suspendidos voluntaria y temporalmente de militancia, entre los que se cuentan consejeros, alcaldes, diputados e, incluso, ex ministros y ex presidentes autonómicos como Jaume Matas. El último en elegir esta fórmula ha sido el diputado por Segovia Jesús Merino, que lo ha hecho cinco horas después de que Rajoy diera por apartados a todos los relacionados con la trama Gürtel.
La dirección nacional del PP, con Rajoy a la cabeza, parece confiar en que la invención de este limbo le permita persistir en su estrategia de no acusar recibo político de los avances en la investigación y en el proceso judicial por corrupción. La consigna de que las arcas del partido no han recibido un solo euro de la trama corrupta, repetida una y otra vez por los portavoces populares, es una media verdad que disimula una enorme y escandalosa mentira. Decenas de actos del PP corrieron a cuenta de los corruptos, que ahorraron al partido este gasto en tanto se resarcían generosamente con cargo a las arcas del Estado.
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