"Estamos dejando atrás nuestros ideales de tolerancia"
La exitosa escuela de novela negra sueca es desde hace décadas una poderosa herramienta de introspección y denuncia de las zonas de sombra de la sociedad escandinava. Maj Sjöwall y su pareja, Per Wahlöö, abrieron la senda por la que más tarde pasarían los éxitos de Henning Mankell y Stieg Larsson. La pareja escribió a cuatro manos entre los años sesenta y setenta una serie de diez novelas protagonizadas por el inspector Martin Beck, que según la crítica trazaron el camino del género en la era contemporánea, y que esbozan un severo análisis de la sociedad sueca desde posiciones marxistas.
Wahlöö murió en 1975. La serie ha sido traducida a una treintena de idiomas y ha vendido unos 10 millones de ejemplares. Sjöwall, que tiene 75 años, mira hoy con profunda decepción al rumbo emprendido por la sociedad sueca. "Estoy muy preocupada. Creo que la gente está insatisfecha con nuestra sociedad y, lamentablemente, algunos intentan echar la culpa de los fracasos comunes a algún grupo determinado. El auge de la derecha xenófoba viene de ahí y el fenómeno se está profundizando", dice la escritora, con voz frágil, en una entrevista telefónica.
Pero Sjöwall apunta a una enfermedad más generalizada que la xenofobia en la sociedad sueca. "Me parece que hay una deriva hacia un cada vez mayor egoísmo. Nos da igual lo que le ocurra a los demás. Somos más consumidores que ciudadanos. Estamos dejando atrás nuestros ideales de una sociedad colectivista y tolerante. Es una sociedad cada vez más inhumana", manifiesta Sjöwall, quien asegura seguir escribiendo. "Pero ya no quiero publicar. Escribo para mí".
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