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Las sanciones a reclusos de ETA se reducen al mínimo desde la tregua

Los presos presentan una decena de recursos frente a los 200 de febrero de 2010

Los presos son la gran incógnita. ¿Qué van a hacer tras la presentación de los estatutos de Sortu, la nueva formación de la izquierda abertzale rechazando la violencia de ETA? ¿Van a seguir los postulados de la banda en caso de que les reclame en algún momento acciones en la cárcel? ¿Van a firmar cartas rechazando la violencia como sus compañeros disidentes para poder acogerse a beneficios penitenciarios? El colectivo de presos ha apoyado las últimas decisiones de la izquierda abertzale y, según las palabras de Rufi Etxeberria, están en "sintonía absoluta con los nuevos tiempos y con el proceso que se ha abierto". Por el momento, y desde el mes de enero, el número de sanciones disciplinarias impuestas a reclusos por terrorismo ha bajado a mínimos históricos.

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De los 8.300 asuntos que resolvió el año pasado el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional -el que controla el cumplimiento de las condenas de todos los presos por delitos de terrorismo-, unos 2.300, más de un tercio, correspondían a recursos presentados por presos de ETA contra sanciones impuestas por plantes y otras protestas orquestadas bajo las directrices de la banda.

Ese aluvión de recursos, que ocupaba a tiempo completo a dos de los funcionarios del juzgado de vigilancia que no daban abasto, supuso el año pasado unos 200 escritos mensuales de presos. En el mes y medio escaso que corre del 2011, que coincide sustancialmente con el tiempo transcurrido desde la declaración de alto el fuego permanente, general y verificable de la banda y la reconversión de la izquierda abertzale en Sortu, con su rechazo a la violencia, esos recursos se han reducido a unas decenas, según esas fuentes.

Los presos, salvo algún conflicto puntual, se muestran tranquilos -aunque según fuentes penitenciarias, la mayoría sigue haciendo el ayuno acostumbrado de cada viernes, día en el que devuelven la comida como protesta-. Pero tampoco la banda, ahora en tregua, los ha emplazado a realizar acciones concretas. Por ahora, el clima es de esperanza, según fuentes penitenciarias. Los reclusos creen que la apuesta de la izquierda abertzale por vías políticas puede beneficiarlos.

Y eso se reflejaría en este ambiente de calma en las cárceles. Como explicó el dirigente de la ilegalizada Batasuna y promotor de Sortu Rufi Etxeberria en una entrevista con EL PAÍS, el colectivo de presos respalda el giro de la izquierda abertzale y su distanciamiento de ETA. "Una reciente declaración del colectivo hace causa común con nuestras resoluciones y pide que se llegue hasta el final", afirmó Etxeberria. Fuentes de la izquierda abertzale aseguran que los reclusos de ETA han aprobado mayoritariamente la ponencia Zutik Euskal Herria, que abogaba por una actuación "por vías estrictamente democráticas y pacíficas". Ese documento fue el que sirvió de base para los estatutos de Sortu con sus seis menciones al rechazo a la violencia de ETA.

Hasta el momento, los presos que se apartaban del férreo control de la banda acababan siendo expulsados del colectivo -aunque en la mayoría de los casos ellos mismos lo abandonaron-. Son los reclusos disidentes a los que el Gobierno ha ido acercando a cárceles próximas al País Vasco y, como último paso, a la prisión de Nanclares de Oca (Álava). La división entre los afines a ETA y los disidentes era total. A estos últimos se les ha tratado como traidores tanto por el colectivo de presos como por la banda.

El nuevo discurso de la izquierda abertzale, sin embargo, mantiene que ya no hay diferencias entre ambos grupos. "En el fondo, el planteamiento actual de los presos politicos vascos es único", aseguraba Rufi Etxebarria en una entrevista en la cadena SER la semana pasada. "Hay que aprovechar que se ha creado una situación política y unas condiciones políticas en las que hay que incidir para definitivamente superar la situación que vivimos".

Cabecera de la manifestación de apoyo a presos de ETA celebrada en Bilbao.
Cabecera de la manifestación de apoyo a presos de ETA celebrada en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA
Asistentes a un acto organizado por Batasuna en Bilbao en 2007 muestran carteles con imágenes de presos de ETA
Asistentes a un acto organizado por Batasuna en Bilbao en 2007 muestran carteles con imágenes de presos de ETATXETXU BERRUEZO

Rechazar la violencia no basta para los beneficios

El Código Penal exige más a los terroristas para poder beneficiarse de permisos o terceros grados que la Ley de Partidos a las formaciones para registrarse. No basta demostrar su independencia de la banda y la promesa de usar vías políticas pacíficas para defender sus ideas.

La norma es clara: el preso por terrorismo que quiera ser tratado como los demás debe tener un "pronóstico favorable de reinserción", lo que se acredita con una declaración expresa de repudio de sus delitos, de abandono de la violencia y una petición expresa de perdón a las víctimas. Los estatutos de Sortu solo hablan de un reconocimiento general a todas las víctimas. Sus dirigentes, además, no han condenado el pasado violento.

Para acceder a esos beneficios es necesario, además, haber cumplido un porcentaje concreto de la pena, una regla aplicada a todos los reclusos.

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