Un astronauta con ángel
Hace medio siglo, pasados siete minutos de las nueve de la mañana, hora local, del 12 de abril, un artefacto de cinco toneladas llamado Vostok 1 despegó con estrépito en el cosmódromo de Baikonur, en la actual Kazajistán. Minutos después, cuando la nave alcanzó la altura máxima de 300 kilómetros, su único tripulante, Yuri Gagarin, se convirtió en el primer ser humano puesto en órbita. El Vostok 1 dio una sola vuelta a la Tierra, en hora y media, y a las 10.55 ya había aterrizado, de forma bastante aparatosa, en un descampado de Saratov. Gagarin, que había saltado en paracaídas unos segundos antes del aterrizaje, recogió sus aperos, echó a andar sin quitarse el traje espacial, se encontró con un granjero y su hija y, al ver que estaban a punto de echar a correr, les dijo: "No se asusten, soy soviético como ustedes, solo que acabo de caer del espacio y necesito un teléfono para llamar a Moscú". Era el estilo sencillo de un hombre de campo, como le gustaba considerarse a sí mismo.
Gagarin se convirtió en un héroe del país, y sigue siéndolo. Sobrevivió solo siete años a su hazaña -murió pilotando un Mig durante un vuelo de rutina en 1968-, pero su imagen es todavía uno de los iconos más queridos por el pueblo ruso, y los sondeos le confirman hoy como una de las tres figuras del siglo XX mejor valoradas por los ciudadanos de ese país. Los documentos que el Gobierno ruso ha desclasificado con ocasión del cincuentenario no harán nada por empañar esa imagen. Se sabe ahora, por ejemplo, que el vuelo del Vostok 1 fue restringido a una sola órbita porque los lanzamientos anteriores, con perros como tripulantes, habían revelado que los animales se sentían mal a partir de la segunda vuelta. También parece probable que Gagarin no fuera el primer cosmonauta de la historia, sino el primero en volver con vida, detalle este no carente de importancia.
Putin ha querido celebrar el cincuentenario con una expresión de apoyo al programa espacial. Rusia ya no está para echar carreras, pero su experiencia y capacidad la convierten en el pilar básico de la Estación Espacial Internacional. Ojalá el carisma de Gagarin atraiga aún a jóvenes talentos a la exploración espacial.
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