Los peritos dicen que la matriz de Bankia estaba quebrada al salir a Bolsa
Los técnicos del Banco de España ratifican ante el juez sus demoledores informes
La salida a Bolsa de Bankia, lejos de ser una solución para su matriz, el Banco Financiero y de Ahorro (BFA), fue su final. Según los peritos del Banco de España, Antonio Busquets y Víctor Sánchez, cuando BFA decidió que vendía su filial Bankia en Bolsa al 26% del valor que lo tenía anotado en sus libros, “debían haberlo anotado en su contabilidad, para apuntarse el deterioro inmediato que les hubiera supuesto entrar en causa de disolución”.
BFA se vio obligado a abaratar tanto las acciones de Bankia que se quedó sin patrimonio suficiente para hacer frente al gran deterioro de los activos inmobiliarios, por lo que, tras salir a Bolsa, BFA estaba quebrada. Esta fue una de las conclusiones más tajantes que ratificaron ayer los expertos del Banco de España a preguntas del fiscal, Alejandro Luzón. Hoy tocará el turno a los abogados de Bankia y el fondo de rescate (FROB), que son los perjudicados por las conclusiones del informe, lo que hace suponer que las preguntas serán más incisivas, buscando incongruencias y fallos en las conclusiones acusatorias.
Los inspectores también se reafirmaron en que las cuentas de 2010 y 2011, bajo la presidencia de Rodrigo Rato y José Ignacio Goirigolzarri, “tenían errores contables y no reflejaban la imagen fiel de la entidad”, según comentaron abogados presentes en la sala.
Respecto a la salida a Bolsa, Busquets y Sánchez afirmaron que tanto los inversores instituciones como los particulares “obviamente no conocieron los verdaderos estados contables”, aunque sí sabían las cuestiones técnicas que estaban en el folleto de la CNMV, según estas fuentes.
Maquillaje en las cuentas
El 4 de diciembre pasado, Antonio Busquets y Víctor Sánchez, los peritos escogidos por el Banco de España para asesorar al juez de la Audiencia, Fernando Andreu, sobre la veracidad de las cuentas de BFA-Bankia, emitieron dos duros informes. En ellos, sostenían que los balances “no reflejaban la imagen fiel de la entidad” en 2010 y 2011. Los expertos estuvieron trabajando para la Audiencia desde noviembre de 2012.
Las afirmaciones de los informes suponen cuestionar las cuentas y la gestión de Rodrigo Rato y las de su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, así como el papel del auditor Deloitte y el del supervisor, el Banco de España, organismo al que los dos expertos pertenecen.
En sus informes, los peritos señalaban que tanto en las cuentas de Rato, con 309 millones de beneficios en 2011, como en las de Goirigolzarri, con 2.975 millones de pérdidas, “había ajustes de importancia material no contabilizados”. Los expertos apuntaban a que había activos morosos que no se registraron como tales, por lo que los resultados eran peores de lo que se publicaron.
Según los inspectores, los errores contables constatados “son resultado de omisiones o inexactitudes resultantes de fallos al emplear la información cuando los estados financieros fueron formulados y que el grupo BFA-Bankia podía y debía haber empleado en la elaboración de estos estados”, concluían.
Esta afirmación suponía cuestionar incluso las cuentas que sirvieron de base para pedir el rescate financiero a Bruselas para Bankia. No obstante, la Comisión Europea, no ha querido entrar en esta polémica por el momento.
El otro gran frente abierto por los informes de los peritos es el de la salida a Bolsa de Bankia. Si hubo maquillaje en las cuentas, los accionistas que perdieron casi toda su inversión al acudir a la OPV, podrían reclamar judicialmente su inversión. Bankia captó 3.000 millones en el mercado de unos 300.000 pequeños accionistas.
Los dos informes ratificaron las acusaciones de UPyD y el 15paRato, que sostienen que hubo fraude en esta salida a Bolsa. Incluso afirmaron que hubo compras y ventas cuyo único objetivo era dar una imagen falsa de interés en el mercado, así como mantener unos precios irreales. Según los peritos, incluso Bankia conminó a algunas empresas a las que había concedido créditos, a que realizaran compras y las mantuvieran en cartera. Algunas realizaron fuertes ventas muy poco después de la salida a Bolsa, lo que hace pensar a los peritos que tenían un escaso interés en adquirir estos títulos.
El informe destaca el caso de Gestamp, que llegó a un acuerdo con Bankia que le cubría de posibles problemas si caía la acción. Al final, Bankia le tuvo que compensar con 26 millones por los descensos que registró.
Los peritos estuvieron cuatro horas y quince minutos respondiendo preguntas. El primero que empezó el interrogatorio fue Alejandro Luzón, el fiscal anticorrupción, seguido del abogado de UPyD, Andrés Herzog, y otras partes acusadoras. Luzón fue el que se mostró más escéptico y realizó repreguntas a los peritos cuando no parecía convencido de sus respuestas.
Esto ocurrió cuando les cuestionó si no creían que en las cuentas no aparecían algunos deterioros porque sucedieron con posterioridad a junio a 2011, fecha límite de sus informes. Los peritos coincidieron en señalar que “había deterioros que procedían de 2008 y que no estaban reflejados”.
Luzón les volvió a cuestionar por el deterioro de la economía, que se agudizó en el verano de 2011, o los decretos Guindos de febrero y mayo de 2012 que obligaron a realizar más provisiones por lo que los gestores no podían conocerlos en el primer semestre de 2011. Los peritos insistieron en que los problemas venían de antes y los gestores los conocían, aunque no dieron más explicaciones.
En donde los peritos sí mostraron divergencias entre ellos fue en el cálculo de los créditos fiscales de Bankia. Mientras para Busquets, Bankia tenía 1.428 millones en estos créditos que podía haber activado para reducir las pérdidas, Sánchez sostuvo que la entidad tenía hasta 1.900 millones en esta partida.
El interrogatorio comenzó explicando a la sala (tan abarrotada de abogados que algunos no tuvieron silla y siguieron el acto de pie) que hicieron dos informes y no uno conjunto porque así mostraban más independencia y mejor coordinación ya que los dos no abordaban exactamente los mismos temas. Comentaron que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu les autorizó a realizarlos por separado.
Los dos expertos explicaron su larga trayectoria en el Banco de España e insistieron en que trabajaron con independencia, dedicación exclusiva durante casi dos años “y sin hablar con nadie de la auditoría Deloitte ni del Banco de España”.
Una de las quejas que mostraron los expertos fue sobre la salida a Bolsa de Bankia. Dijeron que habían reclamado los NIF de los clientes que realizaron compras al salir a Bolsa, para entender si tenía lógica estas operaciones y las ventas rápidas posteriores, pero la entidad financiera no se los facilitó.
Sánchez destacó que una de las mayores irregularidades fue la forma en la que se actuó con el Banco de Valencia. “Se sabía desde mucho antes de la intervención el mal estado de su balance, pero no se abordó hasta noviembre de 2011, después de la salida a Bolsa de Bankia”. Esta quiebra es uno de los casos más llamativos de la crisis financiera.
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