Las empresas españolas ganan atractivo

Se ha dicho ya tantas veces que la economía española está saliendo del hoyo que se había convertido en un lugar común. Para los inversores internacionales, al menos. "El año pasado, les hablaban de la situación y no se lo terminaban de creer", comenta Estefanía Ponte, directora del departamento de Economía y Estrategia en Cortal Consors. Pero, con el repunte de los datos macroeconómicos, los grandes fondos internacionales ya se lo toman más en serio. "Éste año, según ellos, ha sido el de la consolidación".

El Spain Investors' Day, un punto de encuentro entre 39 grandes empresas españolas (incluido el 80% de las del Ibex 35), surgió hace cinco años como una forma de vender la economía española a un mercado internacional reticente.

Sin embargo, el evento de éste año, celebrado esta semana en Madrid, ha sido más un encuentro con viejos amigos. En 14 reuniones plenarias y 700 entrevistas, los inversores han pasado en revista la situación de las grandes empresas españolas, "El [inversor] que viene aquí viene a reforzar su conocimiento del mercado español, no a buscar chollos", comentan de BNP Paribas. El acto fue organizado por Estudio de Comunicación y entre sus patrocinadores está PRISA, grupo editor de EL PAÍS.

"El perfil del participante en el Spain Investors' Day es un fondo internacional, basado o con presencia en Londres, que ya tiene inversiones en España, que conocen y se reúnen regularmente con las empresas españolas", afirman desde la organización. "Por otro lado, en su mayoría las empresas participantes están ya consolidadas". En total, 1.500 personas pasaron por el evento.

Algunos de estos inversores habían reducido su exposición al mercado español; otros, los menos, se habían ido. "Les ha sorprendido el ritmo de recuperación de la economía española", comenta Ponte. "Incluso la situación de los precios se ve con optimismo. Una situación de deflación habría hecho que la gente retrasase sus decisiones de consumo a la espera de que bajasen los precios. Pero no está siendo así".

Sin embargo, los inversores aún tienen sus dudas. La corrupción, el auge de Podemos, el independentismo en Cataluña... El ministro de Industria, José Manuel Soria, había hablado sobre ello el primer día del encuentro para quitarle hierro y garantizar a los inversores la estabilidad del país como destino de negocios.

Para Prem Thapar Martínez, director de inversiones de BNP Paribas en España, no hacía falta. "Al mercado esos asuntos ahora le son indiferentes, incluso podría en ese mismo saco la situación política de Grecia, las primas de riesgo están bajando porque no se ve voluntad ni en Bruselas, ni en Alemania ni en el partido Syriza de una salida del euro, es más probable una renegociación de los plazos de pago de la deuda", explicó en el marco de las reuniones del SID.

Martínez destaca los beneficios que la fortaleza del dólar y el debilitamiento del euro para alimentar la hoy por hoy renqueante recuperación europea y, muy especialmente, la suerte de regalo que supone la caída del precio del petróleo. "Es una inyección de liquidez para el consumidor, tiene más ventajas que inconvenientes", apunta, pese a la presión a la baja de los precios y la inestabilidad en los mercados que genera.

Esa volatilidad parece descontada para el mundo de la inversión y hay visiones más negativas. "En términos macroeconómicos estamos mucho mejor, pero también hay mucho ruido", apunta el estratega de una firma de inversión, que prefiere guardar el anonimato. "Vamos a ver un periodo de muchas fluctuaciones, y en España el tema de Cataluña sí puede llegar a estallar (en términos de mercado)".

Para otros inversores, las dudas residen en saber si las reformas estructurales de las que tanto presume el Ejecutivo se han producido en realidad. "¿Cómo hará el Gobierno para que las administraciones públicas no se vuelvan a endeudar en demasía?", preguntó un inversor extranjero al ministro de Economía, Luis de Guindos, durante la segunda jornada del evento. "¿Cómo es compatible la defensa del crecimiento de la economía digital con la prohibición sin más de aplicaciones como Uber?, afirmaba otra. Guindos afirmó que, en efecto, las reformas aún no han terminado y que "no hay lugar para la complacencia".