La nueva devaluación en Venezuela tendrá poco impacto en las empresas españolas
Mapfre y BBVA ya habían anticipado la depreciación del bolívar en 2016 y el resto habían reducido su peso
La devaluación del bolívar anunciada este miércoles pasará una factura desigual a las empresas españolas que operan en Venezuela, pero tendrá un impacto menor que en anteriores ocasiones. Llueve sobre mojado y el peso de Venezuela en las cuentas de resultados y los balances de las empresas españolas se había ido reduciendo considerablemente como consecuencia de las sucesivas devaluaciones que han llevado al bolívar a perder el 99% de su valor en poco más de siete años, desde que en enero de 2010 Hugo Chávez devaluó un 50% la moneda. Desde entonces, el cambio ha pasado de 2,15 a 2.010 bolívares por cada dólar.
Con todo, las empresas sí notarán aún algo de efecto sobre sus cuentas, especialmente las que habían sido menos conservadoras. Al cierre del ejercicio 2016, las compañías habían aplicado diferentes tipos de cambio al convertir a euros sus cuentas en bolívares, dada la poca credibilidad de los tipos de cambio oficiales. Las diferencias entre los cambios aplicados por unas empresas y otras eran de hasta el 400%. Curiosamente, en todos los casos los auditores dieron por buenas esas cifras. La nueva devaluación decidida por el Gobierno de Nicolás Maduro afectará sobre todo a Telefónica y Meliá, mientras que BBVA había descontado buena parte de esa depreciación y Mapfre la había anticipado con creces. Repsol, por su parte, usa el dólar para la mayoría de sus operaciones en el país.
A Telefónica, por ejemplo, la devaluación le afecta de lleno. Formuló sus cuentas de 2016 con un tipo de cambio de 673,762 bolívares por dólar, la referencia oficial del tipo de cambio llamado DICOM o Sistema Complementario de Divisas, que es el que el Gobierno ha devaluado. Y al cierre del primer trimestre ya tenía en cuenta una depreciación hasta 710 bolívares por dólar (750 bolívares por euro). Por ello, la devaluación hasta 2.010 bolívares por dólar (unos 2.250 bolívares por euro) supone mermar en casi dos tercios sus ingresos y patrimonio neto en Venezuela al pasarlo de bolívares a euros. La compañía facturó el año pasado 432 millones de euros en Venezuela y tuvo un resultado bruto de explotación de 111 millones de euros, el 0,8% y el 0,7% del total del grupo, respectivamente.
Meliá Hotels International también aplicó el tipo de cambio DICOM a sus negocios en Venezuela. La constante pérdida de valor del bolívar ya le supuso un impacto cambiario en sus cuentas de 317,5 millones en 2015 y de 337 millones en 2016, según sus cuentas anuales. La nueva devaluación puede hacer surgir nuevas diferencias de cambio, pero ya de un orden mucho menor, de varias decenas de millones.
En el otro extremo, Mapfre fue la firma española más conservadora en sus cuentas de 2016 y reconoció una depreciación del bolívar del 88% el año pasado. Convirtió sus cuentas en Venezuela a un tipo de cambio de 3.598,3 bolívares por euro, con lo que fue la primera gran empresa española que empezó a aplicar en sus cuentas un tipo de cambio similar al paralelo o de mercado para sus negocios en el país. Con ello, Venezuela pasó a representar solo un 0,2% de los ingresos de Mapfre, únicamente 45,5 millones, frente a los más de 1.000 millones que suponían en 2014. Por tanto, la devaluación decretada ahora no le afecta.
En un punto intermedio se sitúa BBVA. A cierre de 2016 estimó el tipo de cambio en 1.893 bolívares por euro, Con ello, redujo el total de su balance en Venezuela al equivalente a unos 1.000 millones de euros y su patrimonio contable en unos 150 millones de euros. Con la devaluación de este miércoles, el tipo de cambio se deprecia un 15% adicional, pero el impacto será mínimo, tanto en patrimonio como en resultados.
La empresa española con mayores intereses en Venezuela es Repsol. Sin embargo, como explicaba en sus cuentas anuales, Repsol mantiene el dólar como moneda funcional de la mayor parte de sus negocios de exploración y producción de hidrocarburos en Venezuela. El bolívar es solo la moneda de referencia a efectos fiscales para las liquidaciones de impuestos. Solo en algunas compañías menores (principalmente Quiriquire Gas) Repsol utiliza el bolívar como moneda funcional. En esos casos también utiliza el tipo de cambio DICOM, el que ha sufrido la devaluación, con lo que tendrá un pequeño impacto en sus cuentas consolidadas. La exposición patrimonial de Repsol en Venezuela a 31 de diciembre pasado ascendía a unos 2.273 millones de euros, que incluyen fundamentalmente la financiación en dólares otorgada a las filiales venezolanas. La compañía logró el pasado año recibir dividendos pendientes de los años 2010 a 2013 tras el otorgamiento por Repsol de una línea de crédito de hasta 1.200 millones de dólares a la empresa mixta Petroquiriquire con la garantía de la petrolera estatal PDVSA.
En todo caso, incluso el nuevo tipo de cambio oficial de algo más de 2.000 bolívares por cada dólar está lejos del cambio paralelo o de mercado. Según dolartoday.com, que actúa como referencia extraoficial en esta materia, el cambio paralelo está en más de 6.000 bolívares por dólar. De ese modo, ajustar el tipo de cambio DICOM al de mercado supondría una devaluación adicional de otro 66%, que tendría impacto en todas las empresas españolas con negocios en el país.
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