Las remesas hacia México baten previsiones en julio
Los envíos de dinero de los migrantes aumentan un 9,4%, la mayor subida para el séptimo mes del año de toda la serie histórica
Las remesas siguen deparando buenas noticias para México. Los envíos de dinero de dinero de mexicanos residentes en el exterior a sus familias repuntaron en julio un 9,4% interanual, hasta los 2.460 millones de dólares, en la que constituye la mayor subida para el séptimo mes del año de toda la serie histórica. El dato dado a conocer este viernes por el Banco de México es mucho mejor de lo que preveían las principales casas de análisis, pero la apreciación del peso frente al dólar en los 12 últimos meses tuvo un efecto indeseado sobre las remesas: en moneda local, los envíos crecieron solo un 4,9%. La inflación –superior al 6% en lo que va de año– también merma la capacidad real de compra de sus receptores, para quienes muchas veces constituye su única fuente de ingreso: sumando este factor a la revalorización del peso, las remesas registran una evolución negativa en el último año.
El incremento registrado en julio superó con creces los pronósticos de los analistas. “Esperábamos que las remesas crecieran un 5,6%”, reconoce Rafael Camarena, economista sénior del Santander en México. Otro banco, Citibanamex, era algo más optimista y preveía un aumento del 6,3%, pero también se quedó corto. La pauta es similar a la registrada en el primer semestre del año, cuando las remesas batieron un récord histórico y excedieron holgadamente las previsiones de las principales casas de análisis mexicanas.
Detrás de este dato subyace el mejor clima económico en Estados Unidos, de donde procede el grueso de las remesas enviadas hacia el país latinoamericano, y la buena marcha del mercado laboral estadounidense. El bache de la ocupación laboral en agosto, publicado este viernes, no empaña la tendencia del último trimestre, cuando EE UU creó una media de 185.000 empleos mensuales. “Se puede decir que están cerca del pleno empleo y eso es una buena noticia para los trabajadores mexicanos allí y para sus familias en México”, añade Camarena. A ese factor hay que añadir la incertidumbre de muchos migrantes sobre su futuro en EE UU tras el reciente aumento de las deportaciones, lo que les lleva a incrementar los montos y a hacer envíos más regulares.
Que las remesas crezcan con solidez es una noticia muy positiva para la economía mexicana: es su segunda mayor fuente de divisas, solo superada por el sector automotriz –por mucho, la manufactura más importante de México– y por delante del turismo, otro de los motores que propulsa al país norteamericano. Y lo es aún más para un ramillete de Estados –Michoacán, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Jalisco o el Estado de México–, de donde son originarios la mayoría de migrantes que se han marchado en las últimas décadas a EE UU en busca de un mejor futuro económico. En esas regiones, las remesas son una fuente importante de ingresos para miles de familias y su buen o mal comportamiento condiciona la marcha del consumo privado.
Mejores pronósticos para la economía mexicana
Renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) al margen, la semana deja muy buenos indicadores para la economía mexicana. Al dato de remesas se suma la revisión al alza de las previsiones de crecimiento del Banco de México para este año y el próximo por una combinación de mayor actividad económica en todo el mundo y “resiliencia” del mercado frente a la incertidumbre desatada desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. De cumplirse el augurio del banco central, México debería crecer entre un 2% y un 2,5% este año –medio punto más de lo que esperaba anteriormente– y entre un 2% y un 3% en 2018, tres décimas más de lo pronosticado hace tres meses. Es la segunda revisión al alza de las previsiones de crecimiento en lo que va de 2017. Algo a lo que no estaba acostumbrado un país que lleva años instalado en una dinámica de atonía económica.
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