Ezentis se aferra a un salvavidas
La tecnológica española amplía capital para consolidar su expansión latinoamericana
Para escapar de las crisis que han plagado su última década, Ezentis (antes Avanzit, antes incluso Radiotrónica) se centró en lo que siempre ha sabido hacer: conectar a los hogares y empresas con las infraestructuras de telefonía, gas y electricidad y mantener esas infraestructuras. Además, apostó más que nunca por el mercado latinoamericano.
Las oportunidades eran (y son) gigantescas: el continente es la región emergente del mundo que gasta menos en infraestructuras (un 2,8% del PIB, frente al 7,7% de Asia oriental) y la especialidad de Ezentis es la más receptiva al saber hacer de un grupo internacional. “El desafío del último kilómetro puede ser más complejo que los anteriores, y requiere innovación en tecnología, ejecución y financiación”, explica un informe publicado este año por el Banco Mundial acerca de los retos de las infraestructuras en América Latina.
Hoy más del 90% de los 191 millones de euros que Ezentis facturó en 2016 vienen de la región. Pero para esa expansión la firma, con sede en Sevilla, ha tirado de crédito. “La compañía tenía una situación complicada anteriormente, por lo que tuvimos que crecer con deuda”, explica el presidente de la firma, Guillermo Fernández Vidal. “Y, como consecuencia, tenemos un balance desequilibrado”. Ezentis cerró el primer semestre de 2017 con una deuda neta de 108,5 millones de euros, más del triple del beneficio bruto de explotación (Ebitda).
Ampliación de capital
Es por eso que la empresa ha abierto un proceso de ampliación de capital —que tiene previsto cerrar el jueves— que busca inyectar 65,8 millones de euros, cerca del doble de la capitalización actual. El principal objetivo de la ampliación, según el presidente de Ezentis, es “reducir los gastos financieros, dando prioridad a la deuda operativa, y fortalecer el balance”. Y pone un ejemplo: “al final de 2016, aunque tuvimos un Ebitda de 32 millones de euros, los beneficios antes de impuestos fueron solo de algo más de un millón. Fueron 20 millones de euros de gastos financieros”.
Pero no solo es una cuestión financiera. “En esta ampliación estamos haciendo énfasis, sobre todo, en los grandes fondos internacionales”, indica Fernández Vidal. El objetivo de la compañía es alcanzar un bloque de inversores institucionales que reduzca el peso del capital flotante (el 86,7% del total al cierre del ejercicio 2016); dé estabilidad al próximo plan estratégico y disipe el mal recuerdo de la crisis de 2011, cuando nuevos y viejos accionistas se enzarzaron en una disputa pública. El primer paso en ese sentido fue un acuerdo firmado el año pasado entre 12 accionistas (que sumaban algo más del 3% del capital) para comprometerse a respaldar las decisiones del presidente.
Para atraer nuevos accionistas, la dirección de Ezentis pone en valor el potencial de la compañía generado por su expansión de los últimos años, con contratos obtenidos en Brasil y Colombia y la entrada en el mercado mexicano. “Tras la reestructuración de 2012, la empresa se ha situado como una de las punteras del sector en el que opera”, considera César Sánchez Grande, director de Análisis de Ahorro Corporación. “Todas sus cifras han mejorado de forma brutal”.
“Las empresas no siempre consiguen hacerlo bien, pero hay épocas en que todo te viene de cara”, reconoce Fernández Vidal. “Nosotros ahora estamos en un buen momento, con crecimientos superiores al 20% anual, aunque también es cierto que el viento sopla a nuestro favor”.
Sobre todo, el presidente destaca el ensanchamiento de la cartera de clientes, lo que reduce uno de los riesgos tradicionales del grupo: su gran exposición al que aún es su principal cliente, Telefónica. “En este momento, nosotros trabajamos para todas las grandes empresas: no solo Telefónica, sino también [la mexicana] América Móvil, [la italiana] TIM, que es muy importante en Brasil, [la chilena] Entel... prácticamente todos los operadores importantes”, apunta el presidente de Ezentis.
Al mismo tiempo que se amplía la cartera de clientes, estos cada vez buscan un menor número de proveedores. “Es lo que quieren las grandes compañías, por dos razones: asegurar la calidad y facilitar la operativa”, señala Sánchez Grande. “La mayor parte de las empresas del sector eran pequeñas y familiares”, apunta Fernández Vidal. “Muchas de ellas mueren, otras ven que no pueden competir y buscan un socio más grande”. ¿Y una vez el negocio esté consolidado? “Calidad”, responde el presidente.
En su mayor parte, América Latina está saliendo de un difícil momento económico. Sin embargo, Fernández Vidal recuerda que su sector es bastante impermeable a las depresiones. “Las empresas de telefonía no van a dejar de instalar el 5G por la crisis”, señala. “Si no lo hacen, se quedarían fuera del mercado”.
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