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La UE llega a un acuerdo para impedir el geobloqueo en las compras por Internet

Las empresas no podrán impedir a clientes de otros países europeos beneficiarse de sus ofertas pero quedan exentos, vídeos, música, libros y videojuegos

Álvaro Sánchez
Imagen de un concierto de Gorillaz en Budapest (Hungría), la semana pasada.
Imagen de un concierto de Gorillaz en Budapest (Hungría), la semana pasada.BALAZS MOHAI (EFE)

La Unión Europea da un paso decisivo para acabar con las restricciones geográficas en las compras por Internet. Los negociadores de las tres principales instituciones comunitarias—Comisión, Parlamento y Consejo— alcanzaron en torno a la medianoche de este lunes un acuerdo que permitirá a los consumidores hacer sus compras online en los sitios web que elijan, sin ser bloqueados, obligados a pagar con una tarjeta de crédito de un determinado país o redirigidos por las empresas a páginas de su país de origen para evitar que se beneficien de mejores precios.

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El pacto pretende reforzar la existencia de un verdadero mercado único digital europeo, más homogéneo y libre de barreras geográficas. Sin embargo, pese a la presión ejercida por los eurodiputados, la propuesta ha quedado en parte descafeinada: quedarán exentos de estas normas los servicios audiovisuales y contenidos como la música, los libros electrónicos o los videojuegos, protegidos por derechos de autor.

Está previsto que la iniciativa entre en vigor en las Navidades del próximo año, pero antes deberá ser refrendada por la Eurocámara y el Consejo Europeo —que representa a los Estados de la UE—. A partir de entonces, los consumidores no tendrán ningún obstáculo para adquirir, por ejemplo, servicios como entradas para conciertos, dispositivos electrónicos o alquilar coches en páginas web de otros países, donde en ciertos casos pueden encontrar los mismos productos o servicios a un precio inferior. Ello no quiere decir que se obligue a las compañías a vender al exterior: tienen libertad para no exportar sus productos.

Uno de los antecedentes que sirven de ejemplo de las prácticas con las que la UE quiere acabar es el del parque temático Disneyland Paris. La Comisión Europea le abrió una investigación en 2015 ante las numerosas quejas de visitantes a los que se cobraba tarifas distintas según su país de residencia. Además, se les impedía comprar los paquetes vacacionales en la versión web del parque disponible para los clientes de otros países europeos, con entradas más baratas. Ante la presión de las autoridades comunitarias, finalmente Eurodisney renunció a su política de aplicar precios diferentes al internauta que compraba desde Londres o Roma respecto al que lo hacía desde París o Lyon. No ha sido el único caso. El grupo hotelero español Meliá también afrontó una investigación similar por incluir cláusulas que impedían a los clientes de determinados países ver la disponibilidad real del hotel o reservar habitaciones a los mejores precios.

La UE da libertad a las empresas para elegir qué tarifa fijar, pero no permite la discriminación geográfica ni denegar el acceso a ciertos servicios o compras en función del domicilio del cliente. La Comisión Europea ha criticado recurrentemente que las empresas utilicen ese método para impedir a los internautas aprovechar las diferencias de precio de un país a otro, y obliguen al consumidor a comprar en su país de origen, aunque sea más caro.

La práctica está bastante extendida a juzgar por los datos que maneja la Comisión. Según un informe comunitario, el 63% de las webs aplicaban geobloqueo en 2015, por lo que aquellas que permiten a los consumidores de otros países hacer compras son una minoría. El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de la Agenda Digital, Andrus Ansip, ha aplaudido el acuerdo porque "pone fin a la discriminación injustificada". Mientras que la comisaria de Mercado Interior e Industria, Elzbieta Bienkowska, ha avisado de que Bruselas quiere ahora actuar para reducir los precios en el sector del reparto transfronterizo de paquetes, dado que sus elevadas tarifas desincentivan las compras de los europeos en el resto de la UE.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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