Emirates se impone en la batalla con Aeroméxico y conectará la capital mexicana y Barcelona este año
La antigua aerolínea de bandera de México cancela sus planes de volar esa ruta después de haber empezado a vender billetes y acusa a su rival emiratí de "competencia desleal"
Emirates se impone a Aeroméxico en su pugna por la ruta que conectará la Ciudad de México con Barcelona. Tras varias semanas de tira y afloja y presiones por parte de todos los actores implicados, el Gobierno mexicano ha dado su visto bueno a los planes de la compañía emiratí para volar este mismo año a la capital catalana en un régimen de quintas libertades, que le permitirá vender billetes entre ambas ciudades y no solamente entre Dubái y México. Emirates quiere iniciar sus operaciones en México antes de que termine el año, pero la fecha definitiva está aún en el aire pendiente de que el aeropuerto Benito Juárez -uno de los más saturados de América Latina- le conceda las pertinentes autorizaciones de aterrizaje y despegue. México es el único país de más de 80 millones de habitantes al que todavía no vuela y será su quinta ruta latinoamericana, tras São Paulo, Rio de Janeiro, Buenos Aires y Santiago de Chile -estas dos últimas, vía Brasil-.
El miércoles, Aeroméxico canceló definitivamente su proyecto de retomar la ruta a Barcelona a partir del próximo otoño, incluso después de haber iniciado la venta de billetes. "[La decisión] obedece a que le fueron otorgadas quintas libertades a una aerolínea de los Emiratos Árabes Unidos que le permitirán ofrecer vuelos entre México y España como si se tratara de una aerolínea de nuestro país", justifica la antigua aerolínea de bandera. En el comunicado, la dirección de Aeroméxico acusa a Emirates de recibir "subsidios y facilidades" por parte de las autoridades emiratíes que constituyen, a su juicio, "una competencia inequitativa frente al resto de las aerolíneas". "No nos importaría que volase el Dubái-México, pero no entendemos que les den la autorización para comercializar el México-Barcelona y el Barcelona-México", agregan fuentes la empresa en declaraciones a EL PAÍS. Este diario intentó, infructuosamente, recabar la opinión de un portavoz de Emirates.
"No estamos de acuerdo con la competencia desleal y subsidiada, que se traducirá en pérdida de empleos mexicanos y debilitará la conectividad de nuestro país", agrega Aeroméxico en la nota publicada este miércoles. Fuentes de la antigua compañía de bandera, privatizada hace una década, reconocen que ya habían empezado a comercializar billetes para el vuelo a Barcelona desde hace tres semanas. La única solución para los que ya los habían comprado pasa por aceptar el reintegro del dinero o el cambio de la ruta -hacia Madrid, París, Londres o Ámsterdam, sus destinos más cercanos a la ciudad condal y que la aerolínea estudia ahora reforzar con los recursos que se iban a destinar a la conexión con la segunda ciudad española-. Un daño importante para quienes ya habían adquirido los boletos, que este jueves ya no estaban a la venta en su página web.
La queja de Aeroméxico es recurrente entre otras compañías aéreas europeas y, sobre todo, estadounidenses, que critican la política de subsidios del combustible por parte del Gobierno emiratí. El carburante representa, al precio actual del petróleo, en torno a un tercio de los costes de una aerolínea. A la mayor facilidad de Emirates para reducir tarifas sin dañar sus márgenes gracias al supuesto combustible subvencionado se suma el creciente entorno de presión para la industria aérea mexicana: tras años de crecimiento de la oferta y de alta competencia tarifaria, los beneficios se han resentido en el primer trimestre de 2018 y han llevado a las compañías a recortar sus planes de expansión como medida de cautela. La aerolínea de bajo coste Volaris, por ejemplo, sufrió un severo varapalo en Bolsa a finales de abril después de presentar unos resultados peores de lo esperado.
Aeroméxico dejó de conectar la Ciudad de México y Barcelona en 2012, en plena crisis económica y con el petróleo en máximos, tras casi cinco años de operaciones en El Prat. La aerolínea veía ahora una ventana de oportunidad para recuperarla con sus nuevos Boeing 787, un modelo de avión mucho más eficiente que el ya vetusto 767 con el que volaba entonces. "Entonces, los costes eran muy altos y se optó por consolidar la ruta de Madrid. Ahora, con los equipos nuevos, sí nos salían las cuentas. Era una película completamente diferente", subrayan desde la antigua compañía de bandera. Su plan pasaba por iniciar operaciones el próximo 1 de noviembre con una frecuencia de cuatro vuelos semanales. La autorización gubernamental a Emirates ha trastocado por completo su proyecto, pero no se dan por vencidos: fuentes de la aerolínea mexicana reconocen haber perdido una primera batalla, pero insisten en que no tirarán la toalla. "En EE UU ya se han revertido las quintas libertades en alguna ocasión, y aquí podría suceder también", concluyen en el cuartel general de Aeroméxico.
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