Las mujeres, más amenazadas que los hombres por el avance de los robots
El 11% de los empleos que ellas ocupan corren el riesgo de desaparecer por la automatización, un fenómeno que afecta más a ellas que a los hombres, según un estudio del FMI
¿Van los robots a destruir trabajo? ¿Afectará a todos por igual? Que las nuevas tecnologías suponen una amenaza para los puestos de trabajo tradicionales no es una sorpresa. Hace años que infinidad de estudios tratan de anticipar el futuro del trabajo, o el trabajo del futuro. Pero raramente estas investigaciones abordaban una perspectiva de género. Es lo que ahora hace un trabajo recién publicado por el FMI, que además arroja un resultado interesante: la mecanización afecta proporcionalmente más a las mujeres que a los hombres. Y, por lo tanto, los trabajos de ellas peligran más que los de ellos.
El argumento es claro: las mujeres suelen tener ocupaciones más rutinarias, con independencia del sector y el trabajo. Y son precisamente estas tareas las más amenazadas por las nuevas tecnologías. Es decir: la diferencia de género no se explica tanto porque vayan a desaparecer más puestos en fábricas, en la agricultura o en el comercio, sino que dentro de todos estos sectores el personal que se ocupa de tareas menos especializadas y más rutinarias son en mayor proporción mujeres, por lo que su empleo está todavía más en riesgo si la automatización llega.
Por ejemplo, apunta el informe, el comercio minorista es un sector expuesto a un fuerte riesgo de mecanización. Sin embargo, dentro de este sector, las mujeres suelen llevar a cabo menos "tareas abstractas y de gestión". Ese tipo de puestos de mayor decisión los ocupan en mayor proporción los hombres. Son posiciones que están más protegidas que, por ejemplo, las destinadas a cobrar en una caja registradora, donde ellas están más presentes.
Es un tema del que ya habló la semana pasada, antes de viajar a la reunión anual que se celebra en Bali, la jefa del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. Ya que las mujeres son las más perjudicadas por la tecnificación, dijo Lagarde, “los Gobiernos deben asumir una mayor responsabilidad por el coste humano de las tensiones, ya sean las derivadas de la tecnología, del comercio o de la reforma económica”.
El 11% de los empleos ocupados por ellas, amenazados
La novedad es que ahora se publica el trabajo que ha dado lugar a estas reflexiones. Y, según el texto que firman seis economistas del FMI, todas ellas mujeres, estiman que en 30 países —los 28 de la OCDE y Chipre y Singapur— hay unos 26 millones de mujeres cuyos trabajos estarán amenazados por la tecnología durante las dos próximas décadas (son aquellos que se considera que tienen una probabilidad mayor del 70% de ser automatizados). Extrapolando estos datos, las autoras llegan a la conclusión de que en todo el mundo serán 180 millones.
¿Y cuánto más expuestas están ellas a las inclemencias de las nuevas tecnologías respecto a los hombres? Las cuatro investigadoras estiman que el 11% de las trabajadoras corren el riesgo de perder su trabajo por las máquinas, mientras que en el caso de ellos es el 9%.
“Sin embargo”, advierten las autoras, “como hay más hombres trabajando que mujeres, esto se refleja en que la cifra absoluta de hombres que corren peligro por la automatización es ligeramente mayor que la de mujeres”. Además, los peligros no son iguales para todas: el riesgo es más grande cuando tiene menos formación tengan y son mayores. El peligro afecta sobre todo a las mujeres que trabajan en puestos poco cualificados en puntos de venta, oficinas o servicios.
Menos mujeres en ciencia o ingenierías
Las seis investigadoras recuerdan que las mujeres están infrarrepresentadas en la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, “sectores en los que el cambio tecnológico puede ser complementario con las habilidades humanas” y, por lo tanto, van a ser cada vez más demandados en el mercado. También señalan que en otros donde suele haber sobrerrepresentación femenina —educación, salud...— van a ofrecer posibilidades por su potencial para seguir creciendo.
“Creemos que la transformación digital va a aportar más flexibilidad en el puesto de trabajo, lo que beneficiará a las mujeres. Pero romper el techo de cristal será crucial. La infrarrepresentación de las mujeres en cargos profesionales y de gestión las coloca en una situación de riesgo de ser desplazadas por la tecnología”, concluyen las expertas.
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