La economía española aguanta en el tercer trimestre y crece un 0,6%
En términos anuales el crecimiento se mantiene en el 2,5%. El consumo de los hogares vuelve a coger impulso mientras que las exportaciones retroceden por primera vez en cinco años
La economía española creció un 0,6% trimestral entre julio y septiembre, justo la misma tasa de crecimiento que en los dos trimestres anteriores. En términos anuales el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) se mantiene en el 2,5% que se registró entre abril y junio, según el avance publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese a la ralentización de los mercados europeos conocida el martes, la actividad en España aguantó y encadena ya 20 trimestres de crecimientos ininterrumpidos. Es más: su tasa de avance triplica el 0,2% anotado en la zona euro.
No obstante, la incertidumbre proteccionista y la ralentización de los mercados de exportación se nota. La demanda externa, que tanto ayudó en los peores momentos a tirar de la economía española, restó 0,5 puntos anuales al PIB. Y en el trimestre las exportaciones retrocedieron un 1,8%, entrando por primera vez en tasas negativas desde el tercer trimestre de 2013. Si bien es cierto que las importaciones también disminuyeron un 1,2%. "Se trata de una sorpresa negativa que no esperábamos", señala Rafael Domenech, economista de BBVA. El sector exterior llevaba cinco años arrojando cifras positivas incluso cuando se frenaba el comercio fuera. Sin embargo, esta vez no ha ocurrido así y parece que cae con los demás.
La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual se situó en tres puntos, tres décimas inferior a la del segundo trimestre, subraya la nota del INE. A pesar de que el ahorro de los hogares se encuentra en niveles mínimos y de que la inflación erosiona el poder adquisitivo, el consumo de las familias volvió a tomar impulso entre julio y septiembre con un 0,6% de incremento, justo después de que en el segundo trimestre apenas creciese un exiguo 0,1%.
El gasto de las Administraciones Públicas también contribuyó a que la actividad no perdiese fuelle: aumentó un 0,8% frente al 0,1% que sumó en el trimestre precedente, seguramente debido al desembolso aparejado a la revalorización de las pensiones y de los sueldos de los funcionarios. En definitiva, pese a que la actividad sostiene el pulso, la composición pinta un poco peor: con menos exportaciones y más consumo de los hogares y del sector público.
Aunque se desacelera, la inversión volvió a arrojar un buen registro: se elevó un 1% trimestral, un dato que sin embargo se antoja bastante peor que el 3,5% que se dio entre abril y junio. De momento, la incertidumbre por la desaceleración exterior todavía no acaba de palparse como sería previsible en los guarismos que se anota la llamada formación bruta de capital. Doménech apunta que "las adquisiciones de maquinaria y bienes de equipo se han comportado muy favorablemente".
"El consumo privado se ha vuelto a recuperar y mantiene una fortaleza sorprendente, dentro de la tendencia de moderación que tiene. Una moderación que en todo caso es mucho más lenta de lo que esperábamos. La inversión mantiene un buen tono. Y las exportaciones manifiestan una debilidad bastante significativa este año", explica María Jesús Fernández, analista de Funcas. En distintas ocasiones la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha reconocido que hay una "tendencia a la moderación" en el crecimiento de la economía española, aunque siempre ha asegurado que "no resulta preocupante" y que las bases son "sólidas".
En términos trimestrales, el empleo se ralentiza ligeramente y crece un 0,7% en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. Pese a que todavía se trata de una ratio de crecimiento robusta, esta cifra supone una décima menos que en el trimestre anterior. Los costes laborales unitarios suben en el trimestre un 1,1%, reflejando un repunte de los salarios. En los últimos doce meses, la ocupación engorda a ritmos del 2,5%, una tasa idéntica a la del segundo trimestre. Semejante incremento representa unos 450.000 trabajadores más a tiempo completo. El hecho de que el PIB y el empleo aumenten al mismo ritmo implica que todo el crecimiento se hace a fuerza de mano de obra nueva y no de mejorar la productividad, una señal de que los puestos creados no son de calidad.
Por sectores, aunque desde unos niveles todavía bajos, la construcción sigue exhibiendo crecimientos robustos y avanza un 1,8%. En medio de los anuncios de cierres de plantas, la industria entra en tasas negativas con una pérdida trimestral del 0,5%. Por otra parte, "llama la atención que se hayan acelerado los servicios a pesar de la menor llegada de turistas", destaca María Jesús Fernández. Estos suben un 0,9% frente al 0,5% del trimestre previo.
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