El peso chileno prolonga su sangría frente al dólar pese a las medidas del banco central
La moneda supera el umbral de los 800 pesos por billete verde y acumula ya una caída del 12% en un mes
Caso omiso a las medidas de urgencia del banco central chileno. La moneda del país sudamericano, inmerso en la mayor crisis política y social de las últimas décadas, prosigue su fuerte caída frente al dólar ajeno a la inyección de 4.000 millones de dólares del instituto emisor. La moneda chilena llegó a cambiarse este jueves a 806 pesos por dólar, un nuevo récord histórico —el tercero consecutivo— tras dejarse un 1% en la jornada y un 12% en el último mes. Tampoco ha ayudado la decisión del Ministerio de Hacienda del Gobierno de Sebastián Piñera de liquidar 1.000 millones de dólares del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), constituido en 2007 y que permite financiar eventuales déficits fiscales y realizar amortizaciones de deuda pública.
La inyección de 4.000 millones de dólares del Banco Central de Chile consiste en varias operaciones semanales de aquí al 9 de enero próximo, con la esperanza de que para entonces los ánimos se hayan calmado sin grandes rasguños sobre la macroeconomía. El objetivo del organismo autónomo apunta a asegurar liquidez en el mercado cambiario para estabilizar los precios, pero sin reducir sus reservas, como lo haría en una intervención tradicional. Busca, explica, “mitigar eventuales tensiones que pudieran producirse en los mercados financieros, al combinarse los acontecimientos sociales recientes con la menor liquidez que usualmente se observa en la última etapa del año”. La primera de las subastas, sin embargo, debutó hoy con escaso interés: el monto ofertado para esta jornada era de 250 millones de dólares en derivados a 28 días, pero la demanda llegó a menos de un tercio del total: 70 millones. La licitación de papeles a 91 días que tenía disponibles 200 millones de dólares, en tanto, se declaró desierta: no hubo interés del mercado.
Los mercados, siempre temerosos ante la zozobra, responden —con un severo castigo sobre la divisa chilena— a la incertidumbre reinante por un conflicto que está cerca de cumplir un mes y del que no se vislumbra una salida. El mundo político negocia con dificultad y contra el reloj un acuerdo para cambiar la Constitución de 1980 —a lo que se abrió el Gobierno y la derecha— y tratar de contentar a los desencantados, que ponen el grito en el cielo contra el encarecimiento de la vida y la desigualdad. Pero no es ni mucho menos evidente que el reemplazo de la carta fundamental vaya a calmar a la calle. En paralelo, el Ejecutivo no logra controlar el desorden público, lo que llevó al presidente Piñera a un llamamiento por la paz a los diferentes actores políticos y sociales.
Morgan Stanley cree las medidas adoptadas por el Banco Central no serán suficientes para estabilizar al peso chileno frente a la divisa norteamericana y que los mercados probablemente seguirán probando un valor superior a los 800 pesos chilenos por dólar hasta que el organismo envíe una señal de mayor fuerza. Las medidas, subrayan los técnicos del banco de inversión, son de carácter preventivo. En paralelo, la consultora Oxford Economics ha situado este jueves a Chile entre las monedas del mundo emergente más vulnerables ante un potencial fortalecimiento del dólar, junto con la lira turca, el rand sudafricano, el peso argentino y el ringgit malasio, informa Ignacio Fariza.
La crisis ha arrastrado a la economía chilena hacia un estado de atonía. Como ha reconocido el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, "funciona a media velocidad". Este mismo jueves, el propio Briones ha reconocido el desempleo aumentará considerablemente en los próximos meses: "Vamos a tener un incremento del desempleo con alta probabilidad de tres puntos (porcentuales): 300.0000 personas de aquí a fin de año y principios del año próximo…", según Diario Financiero. El consumo de electricidad ha caído un 10% desde el estallido del pasado 18 de octubre, mientras que los ingresos del IVA han disminuido hasta un 20%. De acuerdo con los cálculos de la Cámara Chilena de la Construcción, la reconstrucción de la infraestructura pública costará al menos 4.500 millones de dólares, un 15% de lo que debió gastar el país para recuperarse del terremoto y maremoto de febrero de 2010. Las proyecciones de la gremial, sin embargo, son anteriores al martes pasado, cuando las manifestaciones de una huelga general derivaron en una de las jornadas de mayor violencia de las últimas cuatro semanas, que dejó destrozos todavía incalculables en diferentes ciudades y pueblos del país.
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