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Del ordenador al puzle: los grandes éxitos de ventas del confinamiento

Forzados a permanecer en casa, los españoles compran por internet productos para el teletrabajo y para el ocio

Piezas esparcidas de un puzle por hacer, en Mérida.
Piezas esparcidas de un puzle por hacer, en Mérida.Jero Morales (EFE)

Encerrado con su familia en su casa en cumplimiento del estado de alarma por la pandemia de coronavirus, a finales de marzo un redactor de este periódico se vio forzado a comprar, por internet, claro, zapatillas de andar por casa a sus hijos. Los partidillos en el salón fueron demasiado para las viejas pantuflas. No fue fácil encontrar modelos con existencias para las tallas que necesitaba. Es solo un pequeño ejemplo de cómo el confinamiento no solo ha alterado rutinas -no habría permitido esos partidillos en otro momento- sino que también ha afectado a las compras en España, causando roturas de stock en algunos productos antes inimaginables.

Ante la perspectiva del encierro, los españoles se lanzaron a los supermercados, dejando escenas de otras latitudes. La demanda de productos de primera necesidad no perecederos se disparó como una crecida otoñal, y como tal va volviendo poco a poco a su cauce. Y evolucionando, pasando de la histeria (compra masiva de papel higiénico, arroz o legumbres) hacia la resignación (endulcemos el confinamiento, hemos pensado, disparando la venta de productos para la repostería o la cerveza). Sin embargo, metidos en casa, con apenas la posibilidad de salir a comprar comida, ¿en qué nos estamos gastando el dinero?

En general, salvo en alimentación, que pasadas cuatro semanas de confinamiento sigue creciendo a doble dígito, estamos gastando menos en casi todo lo demás. Anged, la patronal de las grandes superficies, entre las que está IKEA, El Corte Inglés, Leroy Merlin o MediaMarkt, estima que el cierre de tiendas, sin fecha aún de fin, puede restar hasta un 10% a la facturación del comercio español en 2020, unos 25.000 millones de euros. El comercio online se ha disparado en estas semanas un 20%, según UNO, la patronal de la logística, pero no compensa ni de lejos el parón en los mostradores. Fuentes de Amazon reconocen que está vendiendo más, pero, como es habitual, sin cifras.

No resulta fácil arrancar a los minoristas datos sobre lo que más están vendiendo estos días, ni siquiera por categorías. La competencia aprieta en circunstancias normales y más aún en estado de alarma. Pero una fuente de un gran distribuidor da una clave: “En general, se vende bien todo lo que sea para estar en casa”. Eso deja fuera, por lo que se ve, los productos de cuidado personal. “Nos cuidamos menos porque no salimos”, resume Enrique Porta, socio responsable de consumo y retail de KPMG. En esta categoría solo sube la coloración, por el cierre de las peluquerías. Mercadona ha informado que las ventas de sus tintes se han duplicado con creces: de una media de 11 ventas diarias por tienda a 25.

Fuentes de El Corte Inglés señalan que está funcionando todo lo relacionado con el teletrabajo o el telecolegio, como ordenadores, tabletas o impresoras, así como lo asociado al ocio: consolas, vídeojuegos, libros o discos. Fuentes de FNAC corroboran que el incremento de las ventas de todo tipo de material que facilita la comunicación a distancia. “Los productos más demandados en este momento son los equipos de informática y todo lo relacionado con el teletrabajo, esto es, portátiles, webcams o discos duros”, además de los teléfonos móviles, cuya venta online “se está doblando con respecto a meses anteriores”. La consultora Nielsen, que recoge datos de los principales distribuidores, señala que las ventas de equipos portátiles (ordenadores y tabletas) creció un 21% en la segunda semana de encierro, por un 42% los de sobremesa y un 57% los consumibles de informática (ratones, etc).

La cadena de grandes almacenes destaca también la línea blanca de electrodomésticos, lavadoras, neveras y, especialmente al principio del confinamiento, congeladores. Nielsen corrobora que en la semana del 23 al 29 de marzo la venta de electrodomésticos de frío se duplicó respecto al mismo periodo del año anterior. Pasado el primer furor, destaca el electrodoméstico pequeño, más asociado a un consumo de placer, como batidoras o cafeteras, y otros accesorios de cocina. En la web de Lidl, el producto más vendido esta semana es una batidora/amasadora, aliada de lujo para la nueva obsesión por la repostería que ha disparado la demanda de harina y levadura.

También ocupa lugares de honor en ese ranking la ropa de bebé. Si bien la ropa no está siendo el producto preferido estas fechas -nadie quiere estrenar nada que no puede lucir-, con caídas de entre el 75 y el 90%, según datos de los 900.000 usuarios de la aplicación de finanzas Fintonic, hay categorías que se desmarcan. Por ejemplo, la ropa de bebé o infantil -los niños siguen creciendo, incluso en casa- o la ropa deportiva/cómoda. “El athleisure, la ropa de estar por casa y hacer ejercicio está manteniendo unos ritmos de venta buenos; lo de moda, más aspiracional, sufre”, resume Enrique Porta, socio responsable de consumo y retail de KPMG.

En cualquier caso, ante las largas horas de estar en casa, el entretenimiento es el rey. NIelsen estima que el consumo de series y películas en plataformas como Netflix creció un 18%. Parte del ocio sale también de las pantallas. Miguel Ángel Carrasco, director de marketing de Toys’R’Us, explica que lo más vendido estos días son los juegos de mesa (Monopoly, Cluedo), las manualidades (Play Doh) y los puzzles, además de los productos de aire libre. “Las ventas por internet de estos productos se han multiplicado hasta por 15, aunque han reducido sus ventas si comparamos con su histórico (incluyendo tiendas físicas)”.

El de los puzzles es caso aparte. Alfonso Álvarez-Ossorio, presidente de la Asociación Española de Puzzles, explica que la demanda se ha disparado desde la declaración del estado de alarma. “Las tiendas especializadas están vendiendo el doble, el triple, o hasta 10 veces más de lo habitual”, asegura. Muchos vendedores y algunos fabricantes, como la italiana Clementoni, están teniendo ya problemas de stock. “La escasez se nota en los modelos; los más llamativos o los de obras de arte están agotados y hay que conformarse con lo que hay”, cuenta. “Con las horas que tenemos para estar en casa, es una forma de despegarse de las pantallas”, dice, rezando para que tras la pandemia “se quede algo de esta locura puzzlera”.

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