Ámsterdam prohíbe los apartamentos turísticos en su centro histórico
La medida entrará en vigor el 1 de julio e incluye los arrendamientos de vacaciones en el Distrito Rojo y parte del cinturón de canales de la ciudad
Los alquileres de viviendas vacacionales a través de páginas como Airbnb estarán prohibidos en varios barrios del centro histórico de Ámsterdam a partir del 1 de julio en diversas partes del centro histórico. El Ayuntamiento no menciona a la plataforma en su comunicado oficial para evitar recursos, pero es la primera vez que impone una norma de esta clase. La justifica aduciendo la presión sufrida por zonas como el Distrito Rojo y dos tramos del cinturón de los canales, los tres barrios que figuran en la lista publicada este viernes. Pretende así recuperar la calidad de vida de la capital de los Países Bajos.
El concejal de Urbanismo, Laurens Ivens, ha atribuido la decisión a los estudios encargados por el Consistorio que muestran la presión soportada por los vecinos de las partes más turísticas de la ciudad. “Los residentes habituales tienen que estar tranquilos en su hogar, en su barrio, porque ya lidian con el turismo en las calles. Esta medida pretende contribuir a ello”, dijo, antes de presentarla. Según datos municipales, el alquiler de pisos turísticos ha aumentado mucho en la ciudad “y una de cada quince casas ha figurado en las páginas de diversas plataformas digitales”. Por otra parte, la oferta de residencias temporales para vacaciones “asciende a unas 25.000 al mes, en varios sitios de web del ramo”.
El Ayuntamiento ya había intentado reducir esta tendencia, y se ha decidido a dar el nuevo paso después de que el Consejo de Estado fallara en enero pasado que rentar la casa a un veraneante únicamente será posible si se cuenta con un permiso. Sin excepciones. Como en Ámsterdam ningún particular poseía dicho permiso, se ha impuesto ahora, pero las tres zonas del centro señaladas no lo han recibido. En la página de web municipal se describe así una renta de veraneo: “Cuando se deja la vivienda entera al turista y en ausencia del titular”. En el resto de la ciudad, la obtención del permiso —que vale 45 euros— solo valdrá para treinta noches anuales y cuatro personas a la vez en el mismo piso, como máximo. Cada nuevo alquiler de esta clase deberá ser comunicado. Saltarse las normas puede suponer una multa de hasta 20.750 euros.
La medida fue consultada a los vecinos de Ámsterdam, 780 de los cuales dieron su opinión. “Más de un 75% estaba de acuerdo con la prohibición, y de estos, una parte propuso ampliarla al resto de la urbe. Sin embargo, “no es posible según la legislación vigente”, aseguran fuentes del Ayuntamiento. El pasado mes de abril, cuando la medida actual era solo una propuesta, Airbnb señaló que se esfuerza en reducir las molestias ocasionadas. Luego expresó su “preocupación ante unos planes que pueden ser ilegales y vulnerar los derechos fundamentales de los residentes, reduciendo sus ingresos en estos momentos tan difíciles”.
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