La pandemia profundiza la brecha de género, especialmente para las mujeres con hijos
Las mujeres ampliaron en una hora la diferencia de tiempo dedicado al hogar durante el confinamiento
Las mujeres trabajadoras se vieron en 2020 ligeramente más golpeadas por la pandemia que sus compañeros hombres, una brecha que fue mucho mayor para aquellas a cargo de una familia. El colectivo femenino fue el que más empleo perdió el pasado año y el que acabó con mayor facilidad en los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), especialmente entre las mujeres con hijos de entre 0 y 15 años, según un informe de Esade firmado por las investigadoras Claudia Hupkau y Jenifer Ruiz-Valenzuela.
Los datos de la Encuesta de la Población Activa (EPA) muestran que en el último trimestre de 2020 la tasa de empleo femenino cayó casi tres puntos porcentuales frente a 2019, mientras que entre los hombres el descenso fue de menos de dos puntos. El grueso de esta diferencia radica en la maternidad: en el último trimestre de 2020, la tasa de empleo de los hombres con hijos recuperó el nivel de 2019, mientras que en el caso de las mujeres cayó 2,4 puntos porcentuales.
Asimismo, el 16% de los hombres con hijos se hallaban en ERTE entre abril y junio de 2020, mientras que las mujeres con hijos, este porcentaje llegaba casi al 20%. A lo largo del año las cifras de los ERTE adelgazaron considerablemente, pero esta desigualdad perduró: en el último trimestre el 2,9% de hombres con hijos seguían en ERTE, frente al 4,7% de las madres trabajadoras.
Otra de las consecuencias de esta pandemia sobre la desigualdad de género, advierte el informe, es que podría “reforzar” el hecho de que las madres dedican más tiempo a mantener el hogar, “una dinámica ya presente a lo largo de varias décadas”. Las investigadoras citan un estudio de Lidia Ferré, de la Universidad de Barcelona, quien calcula que las mujeres tendieron a asumir la responsabilidad principal de la mayoría de la carga doméstica y del cuidado de los hijos durante la pandemia, aun en el caso de que ambos progenitores estuvieran trabajando durante la cuarentena. En concreto, la brecha de trabajo en el hogar aumentó en más de una hora, según Ferré.
Aunque estos datos se encuadran en el contexto de la pandemia, el informe de Esade advierte de que todavía existe una brecha estructural de género en España, principalmente en dos puntos que no han mejorado en los últimos 15 años: el desempleo y la temporalidad.
La tasa de desempleo sigue siendo 2,5 puntos más alta entre las mujeres, quienes además sufren un descenso del desempleo desde la crisis de 2012 mucho más lento que los hombres. El segundo bache es la temporalidad de ese trabajo, ya que en la última década el porcentaje de mujeres con contratos a tiempo parcial se ha triplicado frente a los hombres (el 23% frente al 7%). En 2019, el 27% de las mujeres tenían contratos temporales frente al 25% de los hombres, una brecha se ha venido ampliando desde 2015. Las autoras añaden que más de un tercio de las mujeres con hijos menores de 5 años, y más de la mitad de las mujeres con hijos de 5 a 15 años que trabajan a tiempo parcial, desearían trabajar más horas, por lo que es “muy poco probable que estas diferencias de temporalidad se deban preferencias distintas de hombres y mujeres” a la hora de trabajar.
No obstante, si se echa la vista atrás, las autoras también reconocen ciertos avances que han revertido la brecha, como la “impresionante” convergencia laboral entre géneros de las últimas tres décadas: en 2010, por cada 100 hombres, trabajaban 50 mujeres (frente a 70 de media en la UE); hoy lo hacen 88 (86 de media en la UE).
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