“Europa tiene potencial para consolidar su liderazgo mundial en los bonos verdes”
El director financiero del fondo de rescate europeo, Kalin Anev Janse, considera imparable un mercado que ya ha superado los 1,7 billones y que está dominado por el euro
Kalin Anev Janse (Bulgaria, 1982), director financiero del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), está convencido de que los llamados bonos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (conocidos por el acrónimo ASG o ESG en inglés) han pasado de ser una rareza en los parqués bursátiles a convertirse en “una de las grandes transformaciones que viven en estos momentos los mercados financieros”. Anev Janse, que dirige cada año la colocación de unos 30.000 millones en deuda, defiende durante una entrevista con EL PAÍS por videoconferencia que Europa puede aspirar a consolidar el liderazgo mundial que ha logrado en un mercado de bonos verdes y sociales en imparable crecimiento. Y apunta como prueba el éxito de las recientes emisiones de España o de la Comisión Europea.
Pregunta. ¿El ASG es simplemente una nueva etiqueta que responde a una moda o percibe usted un verdadero cambio en la conducta y las demandas de los inversores?
Respuesta. Creo que hay un auténtico cambio. En los últimos cinco o 10 años este mercado ha pasado de ser poco más que algo emergente a convertirse en una de las grandes transformaciones que viven en estos momentos los mercados financieros. Este mismo mes el mercado de bonos ASG a nivel mundial ha superado por primera vez la barrera de los dos billones de dólares [1,7 billones de euros]. Se trata de uno los activos que crece con mayor rapidez. Es un cambio real, no es mero marketing.
P. Algunas organizaciones no gubernamentales suelen denunciar que en ocasiones los bonos verdes o sociales financian inversiones que no responden para nada a esos criterios.
R. La Asociación internacional de mercados de capital (ICMA) ha creado unos estándares globales para bonos sociales y verdes, que se pueden usar para comprobar el uso del dinero obtenido. Pero es cierto que sigue habiendo dudas sobre ciertas áreas, si son verdes o no. Y en ese terreno necesitamos una auténtica regulación, que a nivel global aún no existe. Europa ha asumido el liderazgo con el desarrollo de su taxonomía, que es el primer intento a nivel mundial de regular este mercado y fijar qué es verde y qué no.
P. Pero, ¿cómo de útil es esa taxonomía dado que no concreta, por ejemplo, si la energía nuclear o la producción de gas natural son verdes o no?
R. Siempre que se desarrolla una norma pionera en el mundo surgen algunas interrogantes y discusiones. Además, no hay otros modelos de los que aprender porque no podemos estudiar lo que se ha regulado en EE UU, en Asia o en África porque en ningún sitio se ha hecho nada. Europa es realmente la primera. Pero a medida que avancemos en este ejercicio se podrá precisar qué fuentes del mix energético son verdes o no. Pero el hecho de que Europa sea la primera demuestra que queremos asumir el liderazgo. Casi el 60% de los dos billones de bonos ASG han sido emitidos en Europa y solo el 17% en Norteamérica. El euro es la moneda dominante en este mercado.
P. ¿Será capaz Europa de mantener ese liderazgo si EE UU o China se vuelcan en este mercado?
R. Pienso que Europa tiene potencial para consolidar su liderazgo. Lo que hace a Europa muy fuerte es que somos quienes fijamos los estándares más elevados en muchas áreas a nivel global. Cuando una empresa quiere comercializar sus productos a nivel global adapta su producción al estándar más elevado y ese suele ser el europeo. Si nos tomamos en serio el liderazgo que tenemos en el mercado ASG y fijamos estándares que se conviertan en referencia global, podremos mantener esa posición en cabeza. La UE es una potencia líder en regulación global.
P. ¿Cree que la escalada actual de los precios de la energía puede poner en peligro el entusiasmo por los bonos verdes?
R. Todo lo contrario. Creo que esto empujará a Europa a concentrarse aún más en crear un nuevo y potente mix energético. Vemos, por ejemplo, que un tercio del fondo europeo de recuperación Next Generation EU se va a financiar con bonos verdes y se va a utilizar para proyectos de energía limpia como parques eólicos o placas solares, lo que puede redundar en mejorar la independencia energética. Estamos ante una oportunidad para que Europa pise el acelerador. El pasado 11 de octubre, la Comisión Europea hizo su primera emisión de bonos verdes y hubo un exceso enorme de demanda, con más de 130.000 millones de euros de órdenes para una emisión final de 12.000 millones de euros. Y el Tesoro español también ha emitido recientemente su primer bono verde..
P. Pero las empresas y los inversores podrían asustarse si la opinión pública empieza a identificar la etiqueta verde con un encarecimiento de precios.
R. Por supuesto, los precios de la energía afectan a los ciudadanos si ven aumentar sus facturas y hemos visto que todos los actores políticos en Europa están debatiendo sobre este asunto. Pero parece que se trata de un bache a corto plazo provocado por escasez de suministro y por una recuperación económica mucho más rápida de lo esperado. Pero con cualquier joven europeo que hablo considera que el clima es el tema más importante que hay que resolver para el futuro. Están convencidos de que hay que actuar ahora y de que no se puede esperar. Pero tampoco en otras zonas del planeta, como Asia, puedo dirigirme a los inversores sin abordar el tema del clima.
P. Durante la crisis de la pandemia, ningún país de la zona euro ha pedido ayuda al MEDE y una vez creado el fondo Next Generation EU no parece que lo vayan a hacer durante mucho tiempo. ¿Qué futuro tiene el fondo de rescate?
R. A finales de 2020 hubo un acuerdo para potenciar el MEDE y concederle un mandato mucho más amplio. Entre otras funciones, debemos monitorizar los 19 países de la zona euro desde un punto de vista macro financiero, y también proporcionamos el respaldo financiero al fondo de resolución bancaria (SRF). En los próximos años nos centraremos en esas tareas. Pero cuando haya una crisis que no sea simétrica, como ha sido la sanitaria, si algunos países son golpeados más que otros, en ese momento le tocará al MEDE dar un paso adelante. Y por desgracia, habrá nuevas crisis.
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