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Ryanair exige a Lufthansa que baje los precios en lugar de denunciar falsos ‘vuelos fantasmas’

La aerolínea irlandesa pide a la Comisión Europea que desoiga las quejas de la compañía alemana y le solicite reducir las tarifas para evitar que sus vuelos vayan vacíos

Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair durante una conferencia en Lisboa, en agosto de 2021.
Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair durante una conferencia en Lisboa, en agosto de 2021.Horacio Villalobos (Corbis via Getty Images)
Ramón Muñoz

Ryanair ha tardado apenas unos días en responder con dureza a la petición de Lufthansa a la Comisión Europea de que relaje las normas para impedir la realización de vuelos fantasma, viajes que van semivacíos sólo para poder conservar los slots (derechos de despegue y aterrizaje) en los principales aeropuertos. La aerolínea irlandesa ha señalado que lo que debería hacer su competidor alemán es bajar los precios para aumentar la ocupación de sus aviones, en lugar de denunciar “falsos vuelos fantasma”.

Además, la compañía de bajo coste recuerda que la antigua compañía de bandera alemana y sus filiales Bélgica, Austria y Suiza (Brussels Airlines, Swiss y Austrian) han recibido 12.000 millones de euros en ayudas estatales durante los dos últimos años de la crisis por la covid-19. “La estrategia para evitar vuelos vacíos es sencilla, Lufthansa debería vender las plazas de estos vuelos a precios más económicos, y recompensar a los consumidores de la UE, muchos de los cuales han financiado los 12.000 millones de euros de ayudas estatales”·, señaló este miércoles en un comunicado.

Ryanair también desmonta el argumento de Lufthansa de que lamenta operar esos vuelos fantasma por motivos medioambientales. “No es la preocupación por el medio ambiente, sino su intención de seguir manteniendo su programa de slots, el cual desaprovecha, a la vez que evita la competencia y limita la oferta para el consumidor”, asegura la aerolínea.

Lufthansa señaló en una entrevista la pasada semana que la Comisión Europea debería relajar las normas advirtiendo de que tendrá que cancelar 33.000 vuelos entre enero y marzo, pero que se verá obligada a operar 18.000 vuelos “innecesarios”, con aviones con bajísima ocupación que emiten los mismos gases de efecto invernadero que los que van llenos para no perder los slots.

Normativa europea

La normativa europea conocida como “úselo o piérdalo” para los slots en los aeropuertos obliga a las aerolíneas a utilizar al menos el 80% de las franjas horarias de despegue y aterrizaje asignadas en los aeropuertos en los que operan para conservar los derechos históricos de sus rutas.

A comienzos de la pandemia en 2020, con la mayoría de los países en confinamiento domiciliario, Bruselas otorgó una exención excepcional y por tiempo limitado de esa regla. Posteriormente, relajó la norma, exigiendo el cumplimiento solo del 50% de los slots. Ese es el ratio vigente en la temporada de invierno 2021/2022 (desde el 31 de octubre de 2021 hasta el 27 de marzo de 2022). Es decir, basta con que las aerolíneas operen el 50% de sus asignaciones de franjas horarias en los aeropuertos para poder optar nuevamente a ellas en la temporada similar siguiente. Para la temporada de verano que arranca el 28 de marzo, Bruselas ha ampliado ese ratio hasta el 64%, pero algunas aerolíneas como Lufthansa o gobiernos como el belga creen que debe reducirse ese límite debido a la nueva oleada por la variante ómicron que ha motivado un descenso de las reservas. Por contra, otras como Ryanair consideran que es solo una maniobra para mantener los slots y esconder su mala gestión.

“La solución al problema de los vuelos fantasma de Lufthansa es sencilla: se trata de vender estos asientos a los consumidores. Si Lufthansa realmente necesita operar estos vuelos (únicamente para evitar la liberación de slots a sus competidores), entonces se les debería exigir que vendan estos asientos al público a precios más bajos. Los ciudadanos alemanes y europeos ya han rescatado a Lufthansa y sus filiales con millones en ayuda estatal. Por ello, la aerolínea tendría que poner a la venta las plazas de estos vuelos a precios económicos para recompensar a los contribuyentes alemanes y europeos que la han subvencionado con miles de millones de euros durante la crisis de la covid, en lugar de operar vuelos vacíos para bloquear los slots”, ha insistido Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair.

La compañía irlandesa denuncias que, con la excusa medioambiental, lo único que pretende Lufthansa es proteger sus slots, para bloquear a la competencia y limitar las posibilidades de elección en los grandes aeropuertos centrales como Frankfurt, Bruselas Zaventem y Viena, entre otros. “Si Lufthansa no quiere operar “vuelos fantasmas” como protección de sus franjas horarias, entonces simplemente debería ofrecer estos asientos a precios más bajos, y ayudar a acelerar la recuperación de los vuelos de corta y larga distancia hacia y desde Europa”, señala Ryanair.

La irlandesa, líder europea de los “cazafantasmas”

La compañía irlandesa aprovecha para solicitar nuevamente a la Comisión Europea que obligue a Lufthansa y a otras aerolíneas subvencionadas por el Estado a liberar los slots que no desean utilizar para que los “cazafantasmas” que apuestan por tarifas bajas como Ryanair, entre otros, puedan ofrecer opciones y tarifas más económicas en estos aeropuertos centrales. Ryanair se ha destacado por denunciar ante la Comisión Europea las “ayudas ilegales” que han recibido las compañías como Lufthansa, Air France-KLM, TAP, Air Europa o Alitalia.

Ryanair es, con diferencia, la primera aerolínea europea por número de pasajeros. En España, revalidó su liderazgo en 2021 al transportar 19,4 millones de viajeros, un 69,6% más que el año anterior (aunque un 55,6% menos que en 2019), y amplía su brecha hasta los 5,7 millones de clientes sobre Vueling y el grupo Iberia, sus más inmediatos perseguidores.

Pese a que sus aviones ya están a punto de alcanzar el 90% de la ocupación, Ryanair anunció a finales del año pasado que duplicaba su previsión de pérdidas para su año fiscal 2021-22 (termina el 30 de marzo) hasta una horquilla de entre 250 y 450 millones de euros, cuando esta previamente se encontraba entre los 100 y los 200 millones. El motivo para este cambio se debe a la incidencia de la variante Ómicron, que ha llevado a la compañía a reducir en un 33% su estimación de vuelos para enero por las restricciones impuestas en Francia, Alemania y Marruecos.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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