Registran las oficinas de Deutsche Bank en Fráncfort por un presunto caso de blanqueo
Agentes de policía, de la Fiscalía y funcionarios del supervisor financiero alemán han participado en la redada
La Policía alemana, acompañada de miembros de la Fiscalía y de funcionarios de la Autoridad de supervisión financiera (BaFin) han registrado este viernes las oficinas de Deutsche Bank, el primer banco comercial privado de Alemania, por sospechas de blanqueo de dinero. El registro se ha producido en la sede de Fráncfort, la capital financiera del país, después de detectarse actividad sospechosa relacionada con el blanqueo de capitales que el propio banco había comunicado previamente.
La Fiscalía de Fráncfort confirmó que el registro fue ordenado por el tribunal de distrito de la ciudad, pero rehusó dar detalles sobre el caso por estar la investigación en curso. En un comunicado, el Deutsche Bank asegura que está “cooperando plenamente con las autoridades” y que la investigación se centra en informes de actividad sospechosa presentados por el propio banco. Según el diario económico Handelsblatt, la entidad presentó esos informes demasiado tarde a la Fiscalía.
El origen del caso está, según este medio, en los flujos de dinero de una transacción en la que el banco actuó como corresponsal, es decir como intermediario gestionando operaciones a nombre de otra entidad que no cuenta con sucursales en el país. El Deutsche Bank alertó de los movimientos sospechosos pero los fiscales tratan de averiguar si violó sus obligaciones legales al no informar de ellas antes.
El Deutsche Bank tiene una larga historia de problemas con la prevención del blanqueo de capitales que le ha supuesto varias multas millonarias a lo largo de los años. En 2017, por ejemplo, los reguladores británico y estadounidense le multaron con 630 millones porque clientes rusos habían blanqueado miles de millones a través de sus oficinas.
En 2018, otra espectacular redada con 170 agentes de la policía federal y trabajadores de la Fiscalía afectó a cinco oficinas a la vez, entre ellas la sede en Fráncfort, que los medios mostraron rodeada de furgones policiales. En aquella ocasión los investigadores sospechaban que varios empleados ayudaron a clientes a establecer empresas en paraísos fiscales con el objetivo de blanquear capitales. La investigación partió de los conocidos como papeles de Panamá. En la primavera de 2016 un consorcio de investigación internacional publicó documentos que revelaban una red de empresas ficticias en Panamá creada por el bufete de abogados panameño Mossack Fonseca que políticos, millonarios, famosos y delincuentes de todo el mundo utilizaron para evadir impuestos en sus países de origen.
El banco pactó con la justicia al año siguiente el pago de una multa de 15 millones para cerrar el caso. La entidad reconoció entonces defectos en sus labores de vigilancia. La multa respondía a la falta de control y a la escasa dotación de personal y medios de su departamento antiblanqueo entre 2015 y 2018, según informó entonces la Fiscalía.
En 2019 la Reserva Federal abrió una investigación sobre el papel del Deutsche Bank en transacciones sospechosas de blanqueo realizadas desde la filial estonia de Danske Bank entre 2007 y 2015. Y en 2020 tuvo que pagar 150 millones de dólares en multas al Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (Estados Unidos) por falta de supervisión de las cuentas de Jeffrey Epstein, el millonario pederasta que se suicidó en prisión en 2019.
La redada de este viernes supone un revés para Christian Sewing, consejero delegado de la entidad, que prometió poner fin a la larga historia de problemas legales del banco tras su llegada al puesto hace más de cuatro años. La entidad ha gastado millones en tratar de reducir sus riesgos legales y mejorar los controles internos. Hace solo unos meses el Financial Times desveló otro escándalo, un pago de 160.000 euros de un cliente a uno de los directivos del banco, que según esta publicación no tiene nada que ver con el registro de este viernes en Fráncfort.
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