España propondrá que toda la UE aplique la excepción ibérica para fijar los precios de la electricidad
Bruselas anuncia una intervención “de emergencia” en el mercado para frenar la escalada de la energía
España quiere extender su ejemplo a toda la Unión Europea en medio de una incipiente crisis energética que amenaza con llevar al continente a una recesión cuando apenas sale del golpe de la pandemia. Ante la presión de cada vez más socios, Bruselas anunció este lunes una intervención “de emergencia” para frenar la formidable escalada de los precios y la especulación en los mercados. Y España pretende protagonizar esas medidas: en la reunión que los ministros de Energía tendrán el próximo 9 de septiembre, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, propondrá que se aplique el mecanismo de fijación de precios eléctricos que se utiliza ahora en la península Ibérica, la llamada excepción ibérica, que ha contribuido en los últimos meses a que en la península sean sensiblemente más bajos que en los demás países miembros. También planteará limitar el precio que se paga por los derechos de emisión de CO2, apuntan fuentes europeas. El objetivo: embridar la cotización de la energía y aliviar, en lo posible, las consecuencias de que Putin decida abrir o cerrar el grifo del combustible que envía al resto del continente para responder a las sanciones por invadir Ucrania. Bruselas estudia ya esas dos medidas, junto con otras opciones, como tratar de frenar la especulación en los mercados financieros, en línea con lo que sucedió durante la crisis del euro con la deuda pública de algunos países.
Bruselas reaccionó el lunes al temor creciente en algunas cancillerías, que ven como la vertiginosa escalada de los precios de la energía puede provocar una crisis económica. Los precios de la electricidad en los mercados de futuros han superado en las últimas horas los del gas: los mercados interpretan que puede que la producción de energía eléctrica sea insuficiente para satisfacer la demanda. Ante el incendio en los mercados, las capitales reclaman medidas de emergencia a la UE. La jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recogió el lunes ese guante con el anuncio de una intervención “de emergencia” de la que de momento se sabe poco. Pero España, según las fuentes consultadas, está decidida a pasar a la ofensiva con un paquete de propuestas que pivotan sobre la excepción ibérica.
En la cita del viernes de la semana que viene, Ribera encontrará oídos mucho más receptivos de los que hubo en la capital comunitaria hace solo unos meses. El primer ministro belga, Alexander de Croo, y el austriaco, Karl Nehammer, han reclamado este fin de semana medidas que frenen la escalada de precios. Italia va en la misma línea. Este lunes se les ha unido el Gobierno checo, que ha celebrado una reunión conjunta con el Ejecutivo austriaco. Dentro de la Comisión Europea, Von der Leyen ha recibido presiones para actuar de inmediato. Y este lunes, en un discurso pronunciado en Eslovenia, la alemana ha anunciado una “intervención de emergencia” en el mercado eléctrico: “El aumento vertiginoso de los precios de la electricidad está poniendo de manifiesto las limitaciones de nuestro actual diseño del mercado”, ha admitido, y ha recordado que Bruselas está preparando una reforma de las reglas actuales.
Ahí es donde España quiere jugar un papel destacado frente a propuestas anteriores que cayeron en saco roto. En noviembre del año pasado, Acer, el consejo de reguladores del mercado energético, rechazó de plano las propuestas españolas, que ya entonces reclamaba que le dejaran buscar fórmulas que desvincularan el precio de la electricidad de la cotización del gas. La posición de Acer —y la de la Comisión Europea, y también de Holanda y Alemania— fue cambiando a medida que el gas continuaba su carrera al alza. Con él, subían los precios eléctricos y la inflación, que roza el 9% en la zona euro. Ya en abril, Acer admitió que el mercado europeo “no está diseñado para situaciones de emergencia”. Un mes después, el Ejecutivo de Von der Leyen se abrió a aplicar mecanismos de emergencia, pero no ha sido hasta este lunes cuando la alemana abrazó finalmente esta vía, forzada por la subida de precios y la creciente presión política de las capitales.
España y Portugal lograron convencer a sus socios hace unos meses de que su situación era excepcional por la falta de interconexiones energéticas de la península Ibérica con el resto del continente y pudieron desvincular los precios de la electricidad de la cotización. El resultado se ve, incluso, en días como este lunes, cuando el precio del kilowatio/hora en España ha rozado los 460 euros, el tercero más alto de su historia, y, en cambio, todavía está más alto en países como Francia, Italia o Austria, con cotizaciones por encima de los 700 euros.
Estos precios, con su impacto directo en la inflación, tienen un protagonismo directo en las agendas de ministros de Energía y también de jefes de Gobierno. Desde luego tendrán hueco en la visita que este martes le hace Pedro Sánchez al alemán Olaf Scholz. En Berlín, los dos líderes socialistas buscarán presionar al liberal Emmanuel Macron para que transija con la construcción de un gaseoducto —capaz de transportar hidrógeno verde en el futuro— que atraviese los Pirineos. Esa infraestructura no llegaría a tiempo para aliviar esta crisis, pero sí para evitarlas en el futuro.
En el orden del día de Berlín, también lo urgente estará presente, como lo está en documentos internos de la Comisión, en los que se subraya por primera vez que los mercados de futuros han situado los precios de la electricidad por encima de los del gas. “La interpretación de ese escenario es que el mercado anticipa que no hay suficiente capacidad de producción eléctrica en Europa por los problemas de las nucleares francesas, la sequía y la caída de las exportaciones procedentes de Noruega, entre otros factores. Y eso obliga a tomar medidas no convencionales”, según fuentes europeas.
Frenar la especulación en los mercados
La directiva europea permite tomar medidas excepcionales por mayoría cualificada en situaciones de emergencia, y Bruselas considera que Europa está en una de esas situaciones: “El mercado ha dejado de funcionar y está en manos de la especulación. Von der Leyen ha tomado directamente las riendas, por encima de la Comisaria de Energía [Kadri Simson]”. Y las fuentes consultadas cuentan que baraja tres opciones. Una: extender la excepción ibérica al conjunto de la UE para desacoplar el precio del gas del precio de la electricidad. Dos: prohibir la especulación en los mercados de futuros, al hilo de lo que se hizo en su día con la deuda pública y los seguros de impago de algunos países. Y tres: congelar los precios de las emisiones de CO2, aunque Bruselas considera que esa opción, que defienden algunos gobiernos del sur, tendría menos impacto. El objetivo último es evitar que se agrave lo que una fuente europea denomina ya “crisis sistémica”, con “los mercados dominados por la especulación”.
Las observaciones que se hacen en Bruselas no distan mucho de las que hacen casas de análisis como Oxford Economics: “La explosiva subida de los precios del gas y la electricidad está condicionando las perspectivas económicas de la eurozona. Los futuros del gas han subido más de un 50% en el último mes, ya que los temores sobre el suministro ruso, combinados con factores meteorológicos adversos, dominan el mercado. Esto provocará una revisión al alza de nuestras previsiones sobre el precio del gas, con implicaciones para el crecimiento y la inflación en Europa durante el invierno y 2023″. Y lo mismo señala Goldman Sachs en una nota de este lunes: “La continuación de la crisis energética ha debilitado nuestras perspectivas de crecimiento para toda Europa; ahora prevemos una recesión en Reino Unido y también en la zona euro”.
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