La compra de una familia de cuatro ya es 567 euros más cara al año
Veinte categorías de alimentos de consumo habitual se han encarecido muy por encima del IPC, que está en máximos. La inflación se ceba con frutas, legumbres, cereales o aceites
Como en la canción ochentera de Alaska y los Pegamoides Horror en el hipermercado, los sustos en los supermercados se han convertido en el día a día de muchos consumidores. Nunca tantos alimentos habían subido tanto a la vez, ni durante tanto tiempo. La situación, con aumentos de precios desde hace un año que se aceleraron a partir de marzo, no tiene precedentes, según los expertos. De 24 categorías de productos habituales elegidos para este reportaje, con base en la guía para la cesta de la compra saludable del Ministerio de Consumo, todos han subido, según el INE. Veinte de ellos lo han hecho más que la inflación general, del 10,5% en agosto, porque la alimentación, explicó el instituto estadístico en la última presentación de datos, es de las categorías que más tiran al alza de los precios. El encarecimiento del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, que en agosto alcanzó su máximo desde 1994 con una media del 13,8%, erosiona mes a mes el poder adquisitivo de las familias.
El gasto medio en alimentos por persona fue de 1.610,30 euros en 2021, según el último Informe de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura. Solo aplicarle a eso un incremento del 13,8% supondría elevar el gasto para este año en 222,2 euros. Para un hogar de tres personas, el sobrecoste supondría 55 euros al mes. Pero en esa cantidad se contempla todo lo que se compra. El análisis de EL PAÍS se ha centrado solo en 24 artículos básicos, que sumaron el año pasado un desembolso per cápita de 873,61 euros. Al aplicarles la inflación de agosto, el gasto anual se elevaría en 142 euros, o lo que es lo mismo: 40 céntimos más al día. Para una familia de tres supone un sobrecoste de más de 425 euros al año. Una pareja con dos hijos superaría los 567 euros de desembolso extra. Y esto sin tener en cuenta que, al eliminar los productos que no se consideran esenciales, seguramente habría que comprar más de los que sí lo son.
El incremento en la cuenta del supermercado preocupa a los hogares. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha pedido a empresas del sector de la distribución como Mercadona, Carrefour, Lidl y Dia que ofrezcan a sus clientes una cesta económica. Estas se han desmarcado de momento de la propuesta porque aseguran que sus precios ya están muy ajustados, con márgenes que cifran entre el 1% y el 2%.
La cadena alimentaria, desde la producción hasta la venta en los lineales, soporta grandes costes por la energía y las materias primas. El mantenimiento de la cadena de frío, el transporte, el envasado, los piensos… la factura no para de crecer. Los supermercados reivindican unos esfuerzos “ingentes” para contener los precios y que la distribución es un sector “extraordinariamente eficiente”, como ha repetido esta semana Javier Millán-Astray, vicepresidente ejecutivo de Anged, que engloba a compañías como El Corte Inglés o Carrefour. En el campo, Álvaro Areta, responsable técnico de COAG, coincide en la energía y las materias primas como principales causas, pero hace hincapié en algunas ineficiencias de la cadena que agravan los problemas, como que las alzas de precios se trasladen muy rápido, pero no las bajadas. Sobre los márgenes de la distribución, afirma que “un 2%, con una facturación muy elevada, es una cantidad considerable”.
La organización de consumidores OCU realiza desde 1988 un estudio de precios anual de la cesta de la compra. En julio publicaron el último y arrojaba un incremento medio del 15%, un récord. “Nunca habíamos visto esto: el 95% de los productos suben, incluidos básicos como pollo y arroz. Y los incrementos son homogéneos entre cadenas”, afirma Enrique García, portavoz de la asociación. Noelia Arenas, experta de la consultora Nielsen IQ, que elabora estudios similares, apunta otro problema de la inflación generalizada: “Los consumidores suelen cambiar a productos alternativos más baratos y ahora sube todo, hasta las marcas blancas. Así que buscan más promociones y mejores ofertas. ¿Dejan de comprar? No, porque no puedes dejar de comprar productos básicos”.
Pero el bolsillo sufre y la cantidad de la cesta, también. Se adopta el llamado consumo de crisis: mayor frecuencia de compra con el carro más ligero. O, como ha detectado la consultora Kantar, se intensifica la tendencia de comer un plato único (el 52,4% de las comidas, el mayor nivel desde 2020), mientras el desperdicio alimentario ha caído un 12,3% en un año. El futuro inmediato no puede ser más incierto: “Las previsiones son complicadas ahora, porque no sabemos cómo va a evolucionar la inflación”, admite Arenas.
La mejor opción, según Consumo, es buscar ofertas y que los alimentos sean saludables, como los que agrupa en su guía. La recomendación de la nutricionista Azahara Nieto es casi calcada. La base de una buena dieta, señala, debe ser “fruta, verdura, legumbres, proteínas de alto valor biológico animales o vegetales, y el aceite de oliva”. Nieto asegura que la situación económica se cuela inevitablemente en la consulta: “Te comentan que la fruta está muy cara y al final se compra menos variedad. Ya no es tanto antojo como comparar precios”.
Comer bien (o mal) se ha puesto muy caro. Estos son los principales grupos de alimentos considerados básicos en toda dieta saludable y cómo han subido sus precios.
Frutas y frutos secos
Las frutas suponen el mayor gasto per cápita en la cesta de la compra de los españoles de 2021: 156 euros que tras una subida del 24% hasta el octavo mes del año se transformarían en cerca de 200 euros. Pero su consumo es fundamental en todas las comidas del día y tienen difícil sustitución. Según los expertos, nutricionalmente da lo mismo tomarlas frescas, congeladas o en conservas (naturales, no con almíbares o similares). Los frutos secos, por el contrario, son recomendables pero atendiendo a las necesidades calóricas de cada persona. Y por suerte son el artículo de la cesta saludable que menos ha subido el último año: solo un 4,6%, lo que permitiría mantener un patrón de consumo similar sin provocar una gran merma en la economía familiar.
Legumbres y hortalizas
Estamos ante la otra categoría fundamental. Frutas y verduras deben suponer al menos la mitad de la ingesta diaria de alimentos y la guía de Consumo recuerda que las legumbres son una fuente de proteínas saludables que resulta “asequible”. Este año, un poco menos. En conjunto las legumbres y hortalizas (el INE no discrimina ambas categorías) han subido un 11,3%. Como suponen, tras la fruta, el mayor pastel de gasto en alimentación de los hogares españoles (casi 120 euros por persona y año), el episodio de carestía supondría ahora mismo tener que pagar unos 13 euros más al año por la misma cantidad.
Cereales
En este cajón entran diferentes categorías de productos. El pan es el más habitual en las mesas españolas y el que mayor desembolso supone: 71 euros per cápita en 2021. La subida media del 15,2% supone pagar casi 11 euros más en 12 meses. Más se han encarecido otras elaboraciones como la pasta o las harinas, con más de un 30% y casi un 40% de inflación interanual, respectivamente. La nutricionista recuerda que estos alimentos deben adecuarse a circunstancias como la edad o la actividad física que se hace. La subida lleva el sello inconfundible del conflicto en el este de Europa. Ucrania se consideraba uno de los graneros mundiales de trigo y maíz. El bloqueo a la salida de productos por barco ha hecho temer una hambruna en África. En contraste, el arroz es de los productos que menos se han encarecido.
Aceites
Entre los mayores incrementos, destaca el que han padecido los aceites distintos del de oliva, que supera el 71%. El desorbitado porcentaje también se explica por la incidencia directa de la guerra. España importaba de Ucrania una cuarta parte del aceite de girasol y, al comienzo del conflicto, algunos supermercados incluso limitaron su venta. El precio llegó a duplicarse en abril y desde entonces se ha relajado, pero es con diferencia el alimento que más se ha encarecido. Nieto, que es experta en alimentación vegetariana y vegana, señala que desde el punto de vista de la salud se recomienda más el aceite de oliva.
Este tampoco se libra de la escalada. En agosto era un 13,2% más caro que un año antes. Y teniendo en cuenta que se trata de un producto mucho más consumido por los españoles (con casi 8 litros per cápita), su encarecimiento supondrá pagar 3,33 euros más por persona este año. Tomar la misma cantidad que en 2021, este año se pagaría el equivalente a una botella más.
Leche y yogures
Muchos españoles no conciben un desayuno sin leche. El consumo de semidesnatadas o desnatadas llega hasta 50 litros por persona al año. Y la mala noticia es que su inflación es tan elevada como su consumo. Apenas hay diferencias entre las enteras (26,3% de subida hasta agosto) y las descremadas (26%). Sí han subido un poco menos (un 17%) los yogures. El sobrecoste anual, si se mantiene el patrón de comportamiento de 2021, superaría en conjunto los 18 euros por persona. La nutricionista recuerda que los lácteos “no son imprescindibles” y recomienda tener también en cuenta las bebidas vegetales.
Carnes
Son más habituales en la dieta de lo que muchos expertos aconsejan y suponen un gasto importante en los hogares españoles. Cada persona gasta al año más de 162 euros entre carne de vacuno, de cerdo y de ave, las tres más habituales. La última, junto con el conejo, es la que recomienda Consumo. Y también la que más se ha encarecido: un 17,6%. La de cerdo se encuentra en la posición contraria porque ha subido un 9,8%. Un caso curioso es el de la carne de cordero, el único de los 24 productos analizados que se ha abaratado en lo que va de año (no respecto al año pasado). Aunque seguramente influye que su consumo es muy estacional, con un pico en diciembre.
Huevos
Son fuente de proteínas y la base de la tortilla de patatas, el plato español por antonomasia. Pero las elaboraciones en las que se usan abarcan mucho más: el consumo por cabeza en España se acerca a nueve kilos al año. Eso supuso en 2021 un gasto de más de 21 euros. Con la misma cantidad este año se gastarían casi 5 euros más, ya que figuran en la parte alta de la tabla de incrementos (22,4%).
Pescado
Con la carne, es la proteína por antonomasia de las mesas españolas. Aunque en el inicio de la crisis bélica los pescadores protagonizaron protestas por la subida del gasóleo (que encarece la actividad de pesca), los precios en los mercados han mostrado un recorrido más discreto. El pescado fresco es un 9,7% más caro que hace un año, un porcentaje no despreciable porque suele ser un producto más costoso que otros, aunque por debajo de la inflación general. Aunque nutricionalmente dé lo mismo tomarlo congelado, este se ha encarecido más, un 10,8%, por lo que las diferencias de precio entre ambos tipos se han reducido.
Sal, café y azúcar
No se trata de productos que aparezcan en las guías nutricionales más que para recomendar un consumo muy moderado, pero aún así son omnipresentes en el día a día de casi todas las casas. Sus subidas son discretas, por debajo de lo que ha subido el índice general de alimentos. Como el precio del azúcar y la sal es bajo, no supone un gran agujero en las cuentas domésticas. El café sí implicó un gasto medio por persona en 2021 de más de 30 euros, lo que se elevará en unos 4,19 euros anuales al aplicarle una subida del 13,7%, la más abultada entre los tres artículos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.