El frenazo de la energía alivia a los hogares en el tramo final del año
Aunque todavía en niveles muy altos, el precio de la luz cae con fuerza para los clientes con tarifa regulada; la gasolina y el diésel encadenan seis y nueve semanas a la baja; y el gas se da un respiro en los mercados mayoristas europeos
Noviembre y diciembre han traído consigo un potente balón de oxígeno para los hogares. Asediadas desde mediados del año pasado por los altos precios energéticos, las familias españolas empiezan a sentir un ligero alivio sobre su bolsillo por una triple vía: baja el gas, bajan los carburantes y, sobre todo, baja la luz. La distensión en los mercados gasista y petrolero, junto con la mejor marcha de las renovables y la caída de la demanda, se han aliado para insuflar algo de vigor en los bolsillos en un momento crítico: justo cuando los ahorros de la pandemia empiezan a estar en el chasis.
A la espera aún del dato de inflación de diciembre, que se publicará este viernes y que apunta a una fuerte bajada en comparación anual, la energía restará algo más de un punto porcentual al Índice de Precios al Consumo (IPC), según los cálculos del Instituto Complutense de Análisis Económico (ICAE). La bajada se la repartirán, a partes iguales, luz y carburantes: la electricidad restará cinco décimas; el diésel tres y la gasolina dos. Con esas cifras en la mano, la inflación cerrará el último mes del año por debajo del 6%. “Diría que en torno al 5,9%, por ser prudentes. Aunque podría acabar incluso por debajo”, sostiene Rafael Salas, uno de sus investigadores.
Este viernes, el precio de la luz en el mercado mayorista será el más bajo desde principios de 2021. Por sí mismo, el dato podría no decir mucho: un día aislado, en plena temporada navideña —en los festivos y cuasifestivos la demanda eléctrica se hunde—, no es reflejo de una tendencia de fondo. Es, sin embargo, mucho más que eso: en la segunda mitad de diciembre se han batido varios mínimos desde antes de la crisis energética. En pocos meses, en fin, el mercado eléctrico español ha pasado de copar los titulares por picos de precio a hacerlo por haber regresado a los niveles anteriores al momento en el que el estallido del gas puso patas arriba los mercados eléctricos europeos.
Los cerca de diez millones de hogares (el 40% del total) que están acogidos a la tarifa regulada de la luz, también conocida como PVPC, terminarán diciembre pagando menos de 20 céntimos por kilovatio hora (KWh) por segundo mes consecutivo, tras unos últimos días de precios especialmente bajos. Aunque todavía muy alta en comparación histórica —es más del doble de lo que solía ser habitual antes de la crisis energética—, es casi la mitad de lo que las familias pagaron en marzo y en agosto de este año, los dos meses más caros de toda la serie.
Una cifra sintetiza a la perfección la importancia del mercado eléctrico sobre el IPC: la bajada de este viernes, cuando el precio medio diario de la luz en el mercado mayorista caerá hasta los 6 euros por megavatio hora (MWh), su nivel más bajo en casi dos años, restará una décima a la inflación anual de diciembre. Dado que el Instituto Nacional de Estadística (INE) únicamente tiene en cuenta el mercado regulado para el cálculo del IPC, “todo lo que hace unos meses era negativo en España, ahora es positivo”, afirma Salas. La oficina estadística española trabaja para incluir también en el índice a los contratos del mercado libre, pero aún se desconoce cuando entrará en vigor el nuevo método de cálculo.
Gasolina y gas
Los carburantes también están dando un respiro al bolsillo, a pesar de que los automovilistas se preparan ya para la subida que supondrá la eliminación de la subvención de 20 céntimos por litro. Tras seis semanas a la baja, el precio medio de la gasolina en las estaciones de servicio españolas ronda esta semana los 1,56 euros —antes de la ayuda pública—, un 11% menos que hace un año si se incorpora ese descuento. El diésel, en cambio, sube casi un 10% desde finales de diciembre del año pasado, pese a anotarse una caída de más del 16% desde principios de noviembre. Para dar con un valor más bajo hay que remontarse, respectivamente, a febrero y a abril de este año.
En el caso del gas, aunque el impacto sobre el IPC es mínimo —la tarifa del mercado regulado (TUR) no ha sufrido cambios desde el pasado 1 de octubre—, su abaratamiento en el mercado mayorista europeo, donde cotiza muy cerca de niveles preguerra tras pasar de 350 a 80 euros en cuatro meses, tiene importantes efectos sobre el resto de productos energéticos. El más evidente es sobre la electricidad: cuando entran en liza las centrales de ciclo combinado, lo hacen a un precio notablemente menor. Y se reduce, también, la compensación por la llamada excepción ibérica.
“Estamos ante un cambio de tendencia importante. Diciembre empezó mal, sobre todo en el mercado eléctrico, pero la dirección ha girado por completo en las tres últimas semanas: los pantanos se han ido llenando [más hidráulica], ha habido más viento [más eólica] y la demanda ha bajado mucho por las fiestas y por las altas temperaturas”, valora Salas, también profesor del departamento de Análisis Económico y Economía Cuantitativa de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Pese al buen cierre de año, los primeros meses de 2023 arrojan señales mixtas. La buena noticia es que, a diferencia de hace 12 meses, el año eléctrico empieza con un mucho mejor tono, gracias a la demanda contenida, la mejora de la hidroeléctrica —tras las lluvias de las últimas semanas— y a la operatividad plena de las nucleares —que no tienen ninguna parada programada hasta la primavera—. La regular es que la retirada de los 20 céntimos por litro añadirá automáticamente seis décimas al IPC de enero, según los cálculos de Salas, aunque se verá parcialmente compensada por el efecto comparación con el mismo mes del año pasado, que restará algo de presión sobre el índice. La negativa es que, aunque el peso del gas sobre la inflación es mínimo, la subida de la TUR recién anunciada añadirá una dosis adicional de picante sobre el IPC.
“Hay una bajada de precios desde niveles estratosféricos hasta niveles altos”, sentencia Javier Revuelta, analista sénior de la consultora especializada Afry. “Es un balón de oxígeno temporal: el problema del gas sigue sin estar resuelto del todo, y me cuesta creer que, salvo que venga una recesión larga en Europa y Estados Unidos, el petróleo vaya a seguir en 80 dólares durante mucho tiempo más. No hay que relajarse”.
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