Alfred Kammer (FMI): “La incertidumbre política en España tiene coste para la economía”
El director del departamento para Europa del organismo cree que la región está “muy lejos del fin de la batalla contra la inflación”
El Fondo Monetario Internacional (FMI) augura un débil crecimiento en Europa para los próximos dos años. El organismo prevé que la zona euro sufrirá una estanflación este ejercicio a causa de la persistencia de los precios elevados y la subida de los tipos de interés. El director del departamento de Europa del FMI, Alfred Kammer (Rödles Jetzt Bastheim, Alemania, 1963), insiste en una entrevista realizada durante las reuniones anuales del organismo en Marraquech en que los bancos centrales no pueden bajar la guardia.
Pregunta. A estas alturas, el año pasado temíamos por un invierno muy duro, incluso había miedo a racionamientos de gas. ¿Ese escenario se ha superado?
Respuesta. Me alegra que Europa fuese capaz de evitar un posible derrumbe a raíz del corte de gas ruso. Y fue gracias a las políticas de oferta para obtener gas natural licuado y construir nuevas infraestructuras, pero también reduciendo la demanda. El próximo invierno está por llegar y podría ser climáticamente duro y haber un cierre total de Rusia. Si ambas cosas se producen, para la mayoría de países significaría subidas de precios, pero no tememos que haya escasez salvo en Hungría, Rumania y Bulgaria. En general, el almacenamiento está por encima del 90% y el mercado se ha estabilizado.
P. ¿Cuáles son las perspectivas?
R. Auguramos un crecimiento muy flojo este año, con Alemania y otros tres o cuatro países en recesión técnica. Para 2024, prevemos una recuperación. Esperamos que la inflación baje, que los salarios nominales se incrementen y que los ingresos reales suban. Y eso será un revulsivo para el consumo privado el año que viene.
P. El BCE ha llevado a cabo la mayor subida de tipos de su historia. ¿Cree que han acabado los incrementos?
R. Hemos llegado al nivel adecuado con unos tipos de interés del 4% y ahora es importante que esa tasa se mantenga hasta el cuarto trimestre de 2024. Y esperamos que, si todo va bien, la inflación se reduzca al objetivo del 2% en la segunda mitad de 2025. Es mucho tiempo: puede haber muchos shocks y podríamos malinterpretar las dinámicas de la inflación. Así que el BCE tiene que estar preparado para ajustar su política cuando sea necesario. Nuestro consejo es que, si se ve sorprendido por una subida de la inflación, actúe rápidamente. Y si ve que el proceso de desinflación va rápido, sea paciente.
P. Es decir, que no estamos aún al final del camino en la lucha contra la inflación...
R. Estamos muy lejos del fin de la batalla contra la inflación. Ese es nuestro principal mensaje. El IPC está cayendo, la subyacente también empieza a hacerlo, aunque está muy alta. Pero hemos tenido una alta inflación durante dos años y vamos a tenerla elevada otros dos. Eso es mucho tiempo.
P. España ha crecido en los últimos dos años por encima de la zona euro. ¿Lo seguirá haciendo?
R. España ha estado creciendo más rápido que otros países, pero también tuvo una gran caída del PIB durante la pandemia, así que tenía más terreno por recuperar. Eso no debe minimizar todo lo que España ha logrado con sus políticas durante la pandemia. Pero lo que determina el medio plazo es un aumento de la productividad y seguir trabajando en el empleo, ya que la tasa de paro sigue siendo muy alta en España. Por tanto, debe trabajar en reformas estructurales para aumentar el crecimiento a medio plazo, centrándose en el lado del mercado laboral, pero también en otras reformas estructurales.
P. ¿Qué reformas?
R. Es necesario hacer más para abordar la brecha de empleo. Todavía el paro estructural es demasiado alto; hay que avanzar en formación profesional, aprendizaje permanente, flexibilidad en el mercado laboral… Todo eso es necesario. Y estamos pensando también en la brecha de productividad. España se ha quedado atrás en términos de convergencia en PIB per cápita respecto a los países europeos más ricos.
P. ¿Es el momento de hacer ajustes fiscales?
R. Hemos visto algún ajuste ya en 2023 y 2024 en la zona euro, de alrededor del 0,4% del PIB. La proyección es que se va a reducir el déficit en un punto porcentual en 2024, lo cual se va a lograr dejando expirar medidas de apoyo a la pérdida de poder adquisitivo o concentrándolas más.
P. ¿Hablamos de España o de la zona euro?
R. De ambas. Este ajuste fiscal es útil en términos de ayudar al esfuerzo desinflacionario, pero no es suficiente para restablecer los colchones fiscales a medio plazo y reducir la trayectoria de la deuda. Cuando se usa la capacidad fiscal para responder a un shock, es necesario restablecerla para estar preparado para el próximo. Y para ello, hay que consolidar. Y añado otro aspecto. Hay una necesidad para inversiones verdes, digitales y, en algún país, militares. Eso significa que el presupuesto necesitará crear espacio para esas inversiones.
P. ¿Cree que España va a ser capaz de hacer ese conjunto de reformas y ajustes con un panorama político tan fragmentado?
R. Debemos ser conscientes de que cuando no hay gobierno, en ese momento no se saben cuáles serán las futuras políticas. Eso genera incertidumbre. Y eso tiene coste para la economía. Tan pronto como sepan cuáles son las nuevas políticas gubernamentales, el sector privado tendrá certeza de hacia dónde se va, y eso será útil.
P. ¿Espera un acuerdo bajo la presidencia española de la UE para reformar las reglas fiscales?
R. Sí, porque las autoridades españolas tienen una gran habilidad en el ámbito internacional para coordinar la cooperación y conseguir acuerdos. Y esto es en un momento muy difícil. Por eso soy optimista de que esto pueda suceder bajo la presidencia española.
P. ¿Qué tipo de acuerdo?
R. Respaldamos la propuesta legislativa de la Comisión Europea. Nos alegramos de que haya un diálogo intenso entre países. Eso nos dice que las reglas fiscales se toman en serio. Mencionaría un punto que es especialmente importante para nosotros: la creación de un consejo fiscal europeo independiente que coordine las autoridades nacionales. También propusimos crear una capacidad fiscal contracíclica que ayude a proteger el crecimiento y la inversión.
P. Dicen que es demasiado pronto para evaluar el impacto de la crisis de Israel...
R. Es demasiado pronto para ver los efectos colaterales. La conclusión es que, lamentablemente, estamos experimentando shocks que no esperábamos. Y todo esto, nuevamente, respalda la tesis de que hay que hacer que las economías sean más resilientes.
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