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Las exportaciones de bienes rompen más de una década de alzas por la ralentización europea

Pese a los múltiples shocks, el superávit comercial en mercancías y servicios tocará récords gracias al turismo, los servicios empresariales, el automóvil y el abaratamiento de la energía

La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez.
La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez.Santi Burgos
Antonio Maqueda

El sector exterior español ha sido una historia de éxito desde la crisis financiera. Ante el acusado proceso de desendeudamiento vivido en empresas y familias, las exportaciones se han convertido en uno de los motores de la actividad tocando máximos todos los años. Las de bienes han crecido en euros de forma ininterrumpida salvo por el año de la pandemia. En 2020, las restricciones a la actividad hicieron que cayeran momentáneamente. Pero enseguida retomaron el impulso anotándose otra vez récords. Hasta que el año pasado se rompió esa racha: en 2023 las ventas al extranjero de mercancías retrocedieron ligeramente, arrastradas por la ralentización de la economía europea. Apenas bajaron un 1,4% hasta los 383.000 millones de euros. Si bien el Ejecutivo argumenta que esta caída se debe a que se han dejado de exportar vacunas contra la covid por valor de 8.000 millones de euros.

En términos reales, una vez descontado el efecto de los precios, las exportaciones de mercancías que se registran en Aduanas han caído todavía más: un 5%, más de 15.000 millones de euros a precios constantes según se desprende de la base de datos del Ministerio de Economía. El retroceso en volúmenes ha sido, por tanto, bastante más marcado que en euros. España no ha salido indemne de las dificultades que atraviesa la economía europea, víctima de la crisis energética, los problemas de la industria y las subidas de tipos.

A pesar de este revés en las exportaciones de mercancías, el comportamiento del sector exterior siguió siendo bueno el año pasado. Las importaciones de bienes disminuyeron en euros bastante más que las exportaciones, un 7,6% hasta los 424.000 millones, gracias a la moderación de los precios energéticos una vez pasado lo peor de la crisis provocada por la Guerra de Ucrania. Y precisamente eso ha hecho que el déficit en el comercio de mercancías, que en el año 2022 más que se duplicó hasta los 71.000 millones por el encarecimiento de la energía, ahora se haya reducido hasta los 40.000 millones. La mejora es muy sustancial simplemente por la caída de costes energéticos. En volúmenes la reducción de las importaciones ha sido similar a la registrada en euros.

Este déficit computado en el apartado de bienes se ve más que compensado por los superávits registrados en los servicios empresariales, por valor de unos 30.000 millones, y los servicios turísticos, otros 70.000 millones. La combinación de estos tres capítulos ha hecho que, a fecha del tercer trimestre de 2023, España obtenga un superávit comercial récord, del orden de 60.000 millones. A pesar de la ralentización europea y de los múltiples shocks vividos durante el último lustro, como la pandemia, los cuellos de botella, la crisis energética y de precios o las subidas de tipos, el sector exterior sigue contribuyendo con fuerza al empuje de la economía española, gracias a la recuperación del turismo, la fortaleza de los servicios empresariales y la resistencia de sectores como la alimentación o el automóvil. En el último año, el abaratamiento de la energía también ha jugado un papel importante. En estas circunstancias, España ha sido el único de los cuatro grandes países del euro cuyo saldo comercial no se ha deteriorado con la crisis energética.

Según destaca el Gobierno con datos del INE, la demanda externa aportó un tercio del crecimiento del año pasado, 0,8 puntos del 2,4% que avanzó el PIB. Estas cifras del instituto estadístico apuntan que el deterioro de las exportaciones de bienes y servicios se concentró sobre todo en el segundo y en el tercer trimestre. Y mejoró ya en el cuarto.

El departamento de Comercio valora la resistencia exhibida en medio de las dificultades que están sufriendo los socios comunitarios. Estas se han notado con particular intensidad: las exportaciones de bienes a la UE disminuyeron el año pasado un 1,6% en euros. También cayeron a Asia un 7,6% y a África, un 5,9%. Mejoraron las dirigidas a Alemania, Italia, Reino Unido, Polonia, Marruecos o Turquía. También a América Latina, un 8%. Cabe destacar que países con crecimientos planos como Alemania o Reino Unido hayan elevado a cotas récord sus importaciones de productos españoles, lo que supone una señal de competitividad.

Si se compara con 2019, las exportaciones de mercancías españolas engordan un 32% frente al 17% que avanzan las alemanas, el 20% las francesas, el 16% las británicas o el 30% las italianas. La media de la zona euro también se sitúa por debajo con un incremento del 26%. Gracias a estos datos, el peso de las exportaciones españolas en el total de la UE ha aumentado hasta un récord del 5,9%. “Los exportadores españoles son más competitivos en los mercados mundiales que sus socios europeos”, ha declarado la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez.

Llama la atención como la automoción ha estado recuperando terreno a pesar de la transición hacia el coche eléctrico. También han contribuido de forma positiva los bienes de equipo y la alimentación. En el sentido contrario, la química y las semimanufacturas han restado porque están padeciendo los problemas de la industria y todavía acusan las alzas de costes energéticos.

Aunque el número de exportadores ha descendido, la cifra que lo hace regularmente ha subido. Estos son aquellos que lo han hecho de forma consecutiva durante los últimos cuatro años. Esta es la estadística considerada importante porque indica cuál es la base exportadora con la que se cuenta. El número de estas empresas repuntó el año pasado un 1,7% y ha crecido cerca de un tercio hasta el entorno de las 43.000 en la última década. Estas son las compañías que ya tienen una estructura organizada para exportar y simplemente pueden dirigir su oferta a unos países u otros buscando allá donde esté la demanda.

El Gobierno también subraya el aumento de los contratos de empresas españolas en licitaciones internacionales. Alcanzaron los 70.620 millones en 2022. A estas contrataciones se debe, en buena medida, el gran rendimiento que están experimentando las exportaciones de servicios empresariales, que se han disparado en los últimos años y explican una parte de la resistencia mostrada por el sector exterior español.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.
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