La rehabilitación de vivienda en España repunta un 150% respecto a 2019 por los fondos europeos
Los expertos urgen a acelerar las políticas de reformas de edificios e inmuebles para alcanzar los objetivos comprometidos con la UE
La rehabilitación de viviendas ha tomado un nuevo impulso en 2024. En los primeros seis meses del año, el país ha alcanzado prácticamente el mismo número de visados para este tipo de intervenciones que los registrados durante todo 2023, lo que a su vez supone un incremento del 149% respecto a 2019, según el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). En concreto, entre enero y junio se solicitaron permisos de gran rehabilitación para 30.080 casas, lo que supone el 80% de las 37.783 del año pasado. La cifra considera solo las reformas de gran calado, eliminando pequeñas modificaciones como pueden ser reformas de baños o cambios de ventanas, que no requieren licencia. Los arquitectos consideran que si la tendencia continúa, este sería el primer año en el que el país alcanzase la tasa media de referencia consensuada por los expertos, según la cual se llegase hasta 2026 a unas 355.000 actuaciones a razón de 71.000 por año.
El impulso no es casual. Gran parte de este avance se debe al despliegue de parte de los 4.800 millones de euros de fondos europeos que se consagraron para la rehabilitación de la vivienda y que contemplan una financiación de entre el 40% y el 80% de proyectos enfocados a mejorar el aislamiento de la fachada de los inmuebles, cambiar el sistema de calefacción o reducir el consumo de aire acondicionado. Con las últimas cifras recabadas por los colegios de arquitectos, el volumen de visados ha crecido un 51% respecto a la primera mitad de 2023, cuando ya se observó el primer repunte en el sector a causa de las ayudas europeas. De hecho, en ese entonces los expertos ya señalaban que si el sector de la construcción se mantenía estable era gracias al auge que estaban teniendo las obras de renovación, ―en ese momento el aumento fue de casi el 7%, con casi 20.000 viviendas visadas—.
Aunque el sector de rehabilitación es el que arroja las mejoras cifras, la obra nueva también ha registrado un buen semestre. La tasa de crecimiento ha sido superior al 22%, pasando de 50.771 viviendas autorizadas a 62.180 unidades. La tasa sigue siendo muy positiva, incluso si se compara con el año previo a la pandemia (un 17% más). En términos generales, los datos combinados de rehabilitación residencial y no residencial muestran que entre enero y junio se visaron 4,88 millones de metros cuadrados, lo que representa un crecimiento del 6,74% en comparación con el mismo periodo del año pasado y un aumento del 51,61% respecto a los datos de 2019. Detrás de este desempeño tan favorable está la disminución de los precios de la energía, la moderación de la inflación, el ajuste a la baja de los tipos de interés y una política fiscal que incentiva el consumo interno.
Pese al avance registrado en la rehabilitación, los expertos señalan que este repunte no es suficiente para cumplir con los objetivos de neutralidad climática que la UE se ha fijado para 2050. “El Gobierno estableció un objetivo de rehabilitaciones con cargo al mecanismo europeo Next Generation, pero cuando hablamos de cifras bajas lo hacemos en relación con las previstas por la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESEE). Según nuestros cálculos, para conseguirlo es necesario multiplicar por 12 el ritmo actual”, señalan desde el Consejo.
En su día, el Gobierno calculó que más de la mitad de las casas que funcionan como primera residencia en España se construyeron antes de 1980. Además, preveían que de los 18 millones de inmuebles principales, 7 millones tenían una baja eficiencia energética, es decir, que era necesario intervenir en todas ellas para cumplir con los objetivos climáticos. Con estas cifras, la meta parece lejana si se analiza el ritmo de los últimos años. Cabe recordar que la tasa de rehabilitación del parque residencial en España se sitúa hasta 10 veces por debajo de la media de los principales países del entorno.
Marta Vall-llossera Ferran, presidenta del Consejo, recuerda que quedan dos años y medio para que finalice el plazo de ejecución de los fondos europeos Next Generation, por lo que “urge acelerar la ola de rehabilitación de edificios, fomentando la adaptación de nuestros pueblos y ciudades para que sean más habitables. Es necesario generar cuanto antes una inercia que debe persistir más allá de 2026 para cumplir los objetivos marcados por Europa, pero, sobre todo, para que el conjunto de la ciudadanía se beneficie de un bienestar duradero, disfrutando de hábitats saludables, accesibles, sostenibles y seguros”, añade.
Para que la ola de renovación que promueve la Unión Europea tenga éxito, los analistas creen que se deben superar varios obstáculos, entre los cuales está la falta de concienciación de la población y una mayor visión integral de lo que la rehabilitación de los inmuebles representa. Por todo ello, y vinculado al fondo de recuperación europeo, el Gobierno puso en marcha en 2022 un plan con incentivos fiscales que buscaba mejorar la calidad de los edificios para propiciar una rebaja del consumo y del gasto energético de las familias y, en consecuencia, una disminución de las emisiones.
El plan establecía tres tipos de deducciones y ayudas que siguen estando vigentes: dos pensadas para las viviendas particulares y otra diseñada directamente para las intervenciones en edificios residenciales al completo. Así, por obras en la vivienda habitual que rebajen un 7% la demanda de calefacción y refrigeración, algo que puede lograrse instalando ventanas de altas prestaciones, se opta a una deducción del 20%, con un máximo de 5.000 euros por vivienda al año. A continuación, las intervenciones que reduzcan el consumo de energía no renovable de la vivienda un 30% o mejoren la calificación energética a A o B podrán beneficiarse de una deducción del 40%, con un máximo de 7.500 euros al año. En el último gran supuesto se llega a una deducción del 60% y un máximo de 15.000 euros por actuaciones de rehabilitación energética en edificios residenciales donde el consumo caiga del 30% o se alcance la certificación A o B. Las tres deducciones son incompatibles entre sí respecto de la misma obra, pero sí pueden ir a la par la deducción del 60% por las cantidades invertidas en la rehabilitación de edificios, con las deducciones del 20% o del 40% por actuaciones en la vivienda particular.
Próxima conferencia sectorial
El 3 de octubre se celebrará la conferencia sectorial de Vivienda y Agenda Urbana, una reunión del ministerio con los responsables autonómicos. La ministra, Isabel Rodríguez, ha asegurado que en la reunión se continuará con los trabajos del próximo Plan Estatal de Vivienda y la nueva convocatoria del Bono Alquiler Joven, al cual servirá para marcar los “próximos hitos de futuro”. “Nos vamos a ver con las comunidades autónomas dando respuesta a esa necesaria lealtad que clama la constitución española, donde el Estado participa en el diseño de las políticas públicas de vivienda en nuestro país y de buen modo las está financiando en el conjunto de las comunidades autónomas”, dijo el viernes la ministra.
Fuentes del ministerio han señalado que para dicho encuentro se les exigirá a las comunidades que aporten más fondos propios al bono alquiler joven. Es una ayuda de 250 euros al mes para alquilar, compatible con otras subvenciones. Según los datos del ministerio, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, las comunidades apenas han aportado fondos propios para esta ayuda en los dos años que lleva en vigor.
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