El doble grado de Matemáticas y Física sigue sin rival a su altura en las notas de corte

Antes de la Selectividad, David Álvarez no confiaba en obtener una plaza en el doble grado en Matemáticas y Física de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). “La veía como una posibilidad muy remota, porque la nota de corte es siempre muy alta. Cualquier despiste que tuviera o cualquier corrector más duro que me tocara podía hacer que no entrara”, apunta al salir de un aula de la facultad en la última semana de clases, antes del comienzo de la temporada de exámenes. Afortunadamente, el año pasado aprobó las pruebas de acceso a la universidad con rotundo éxito y pudo matricularse en la carrera que deseaba.

Un año más, el doble grado en Matemáticas y Física de la UCM, vuelve a ser el más exigente para su acceso, con una nota de corte de 13,85 sobre 14. Desde cuando fue implantado —en 2011— lograr entrar siempre ha sido una carrera de obstáculos. Además de contar con un excelente expediente de Bachillerato, los estudiantes que aspiran a ganarse un puesto en la doble titulación deben rozar la perfección en la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU).

Unos requisitos tan altos se deben, en primer lugar, al número limitado de plazas ofertadas (25), según explica el decano de la Facultad de Física, Ángel Gómez Nicola. “La carga de estudio es muy elevada. Si ponemos pocas plazas, nos aseguramos de que los que entran son los mejores y, por tanto, podrán cursas las asignaturas con menos dificultad”, comenta. Además, hace hincapié en que los recursos de la universidad son limitados. “Tenemos un cierto número de laboratorios y de personal. Si admitiéramos más alumnos en el doble grado, tendríamos que reducirlos en los grados para compensar”, agrega.

Un acceso tan endiablado no solo atañe la Complutense, sino la mayoría de las universidades españolas que ofrecen esta doble titulación. Granada, Sevilla, Zaragoza y Valencia también requieren un nivel de preparación muy alto: en el pasado curso, el último alumno que entró tenía una puntuación por encima de 13,6. Aunque una nota de corte tan elevada da lugar a un proceso de autoselección —los estudiantes que no alcanzan un 13 como calificación a menudo ni se lo plantean—, la demanda supera la oferta.

Hace tres años, Carmen Morote García se quedó a un paso de entrar en el doble grado en Física y Matemáticas de la Universidad de Sevilla, que cuenta con 20 puestos. “Estuve en la lista de espera hasta septiembre. Me encapriché bastante con esta doble titulación, por el prestigio que suponía estudiarla y las posibilidades que ofrecía. Además, siempre me han encantado ambas asignaturas”, comenta al otro lado del teléfono. Sin embargo, este golpe inesperado fue una bendición disfrazada. Actualmente, está cursando el grado en Ingeniería Biomédica en la Universidad Carlos III de Madrid y desde septiembre se encuentra en Atlanta (Estados Unidos) de intercambio. “Me siento muy realizada cuando aplico mis conocimientos a problemas de salud. La programación, la Inteligencia artificial y hasta la parte de consultoría me apasionan”, añade entusiasmada.

La exigencia de la doble titulación en Matemáticas y Física hace que algunos estudiantes se pierdan por el camino. En la Complutense, la tasa de abandono se sitúa en un 18%, según los últimos datos actualizados. En la Universidad de Sevilla en un 24% y en la Autónoma de Barcelona (UAB) en un 10%. Albert Rodás, tras cursar durante tres años el doble grado en la UAB, optó por seguir solo con Matemáticas. “Durante la carrera me sentía más atraído hacia todo lo relacionado con las matemáticas, como las demostraciones. Y, además, quería dedicarle más tiempo a la guitarra eléctrica, mi otra afición”, cuenta.

Las empresas se rifan a los matemáticos

Entre los diez grados en España con la nota de corte más alta, ocho tienen matemáticas en su título. Por primera vez, en la Universidad de Málaga, Medicina se vio superada como la titulación con mayor exigencia de ingreso en el curso anterior. El doble grado de Matemáticas e Ingeniería Informática se quedó en la primera adjudicación, con una nota de corte de 13,476.

La creciente demanda de profesionales en la informática, las telecomunicaciones y los bancos fomentan el éxito de esas carreras. Gómez Nicola asegura que los matemáticos y los físicos tienen la cabeza preparada para todo y, al haber pasado por muchas horas de laboratorio, están acostumbrados a resolver problemas, sin asustarse delante de una hoja en blanco. “Encajan en todos los puestos relacionados con el desarrollo de componentes y con el análisis de datos en compañías de cualquier sector. Las empresas son conscientes de la versatilidad que tienen esos perfiles”, concluye. En ello coincide Francisco Murillo, vicerrector de estudiantes de la Universidad de Málaga: “En el mundo tecnológico en el que vivimos necesitamos profesionales que hayan sido entrenados para interpretar el pensamiento abstracto y que tengan mentes analíticas”.

Aumenta la demanda en Enfermería

Junto a las matemáticas, otra carrera que está en el punto de mira es Enfermería. En muchas universidades, como la Complutense, la Autónoma de Madrid y la de Málaga, la nota de corte aumentó de casi medio punto en el curso anterior. Según Murillo, la sociedad ha percibido la implicación de esos profesionales durante la crisis sanitaria. “Al principio de la pandemia, fueron los que estuvieron en primera línea sin ninguna protección para cuidar a los demás. Este buen ejemplo ha despertado muchas vocaciones entre los jóvenes”, señala. No es baladí que en la Universidad de Málaga la nota de corte de Enfermería haya superado la de Fisioterapia, que solía ser la más alta en la Facultad de Ciencias de Salud.

Las ciencias lideran en el ranking de grados con acceso más complicado. No obstante, la tercera carrera que cuenta con la nota de corte más elevada pertenece a la rama de Humanidades: el grado en Lenguas Modernas y Traducción + Reserva de Máster de la Universidad de Alcalá. En este programa académico, que existe desde hace cuatro años, los estudiantes, al finalizar el grado, ya tienen garantizada su plaza en el máster en Comunicación Intercultural, Interpretación y Traducción en los Servicios Públicos. El grado tiene 50 plazas, pero el programa académico entero que incluye la reserva del máster solo ofrece cinco puestos y la alta demanda hace que la nota de corte sea tan elevada.

La coordinadora del grado, Carmen Peña, anota que este título forma a los alumnos para traducir e interpretar en el ámbito social, de ahí que muchos de ellos acaben trabajando en instituciones internacionales. Del mismo modo, las empresas informáticas también les abrirán sus puertas. “Con el boom de la traducción automática, se necesitan lingüistas por detrás de las máquinas que conozcan perfectamente las características peculiares de cada idioma”, advierte Peña. Entre las carreras más demandadas, frente al éxito de las ciencias, las letras no pierden su hueco.