Se lo montan de cine
Lagarde está imputada por un caso de corrupción en Francia, y Juncker formó parte en Luxemburgo de una trama que facilitaba la evasión fiscal a las empresas multinacionales
Lamento mucho no haber estado, como ciudadano, a la altura de las resoluciones adoptadas por el último G20, el de Australia, al que acudió nuestro Mariano Rajoy y en el que se pactaron más de ochocientas medidas económicas de las que apenas sería capaz de enumerar tres o cuatro que encima no me creo. El esfuerzo de nuestros líderes exigiría una mayor atención por nuestra parte. Hablamos de viajes agotadores, de reuniones maratonianas, de ruedas de prensa fatigosas… Todo para qué. Para que nosotros, beneficiarios directos de sus desvelos, solo seamos capaces de recordar una foto simpática, como la de Christine Lagarde y Jean-Claude Juncker jugando con un koala. Bueno, para decirlo todo, recordamos también que Lagarde, presidenta del Fondo Monetario Internacional, está imputada por un caso de corrupción en Francia, cuando era ministra de Sarkozy, y que Juncker, actual presidente de la Comisión Europea, formó parte, siendo primer ministro de Luxemburgo, de una trama que facilitaba la evasión fiscal a las empresas multinacionales. El koala sigue, de momento, fuera de sospecha, igual que la azafata que lo mantiene en brazos y el señor del segundo plano, a la derecha, cuya identidad ignoramos. Entre los acuerdos del G20 que no nos creemos figura el de que las empresas vayan a cotizar en el mismo lugar donde obtienen beneficios, ya que han colocado a Juncker para garantizarlo. Pensándolo bien, no es que nosotros, usted y yo, no estemos a la altura de estas señoras y señores a los que tanto gusta el blablablá. Son ellos los que no nos llegan, pero se lo montan de cine.
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