China se lleva, de nuevo, el gato al agua
Jefes de estado y de gobierno asistentes a la 24ª Cumbre de Unión Africana. AFP
La Unión Africana (UA) pretende conectar las ciudades más importantes del continente a través de autopistas, trenes de alta velocidad y rutas aéreas para poner fin al déficit en el sector del transporte que tantos millones de dólares le hace perder cada año. Con este fin, ha firmado un nuevo contrato con China por el que esta se encargará de construir la mayoría de estas nuevas redes de comunicaciones africanas. Circunstancia que le ofrece al país asiático la oportunidad de afianzarse en nuevos sectores de la economía continental que todavía no terminaba de controlar.
La 24ª cumbre de la UA concluía el sábado 31 de enero, ya entrada la noche, en Adís Abeba, la capital de Etiopía y sede de la institución. Entre las resoluciones adoptadas por los jefes de estado y gobierno africanos está la llamada Agenda 2063, la cual se presenta como una visión y un plan de acción; como una llamada a la acción de todos los segmentos de la sociedad africana para que trabajando juntos logren el objetivo de construir un África próspera y unida basada en los valores compartidos y el destino común.
En muchas ocasiones hemos oído decir que a pesar de que África atesore grandes bolsas de recursos naturales y acoja a gran número de las economías que más rápidamente crecen a nivel mundial, la falta de comunicaciones: puertos, ferrocarriles y carreteras con un mínimo de calidad…, ha retrasado el desarrollo del continente. En los últimos años, la situación ha comenzado a cambiar y en particular China, pero también otros países como India o Brasil, han empezado a invertir en infraestructuras africanas. Es verdad que a estos países, sobre todo al gigante asiático, se les acusa de solo construir aquellas estructuras que faciliten su acceso a los recursos naturales del continente y su exportación.
La preocupación de los líderes africanos con la construcción y mejora de las comunicaciones en el continente, viene de lejos. En 2012, los jefes de estado y gobierno africanos, conscientes de esta carencia, lanzaron el Programa para el Desarrollo de Infraestructuras en África (PIDA, por sus siglas en inglés) con el objetivo de crear un marco estratégico para el desarrollo, regional y continental, de infraestructuras relacionadas con la energía, la información y la comunicación tecnológica, loa transportes, los recursos hidráulicos…
Como tantas otras veces ocurre con los planes e ideas de la Unión Africana, el gran obstáculo al que se enfrentaba el PIDA era la falta de financiación; por eso, un año más tarde, el Banco de Desarrollo Africano y la Africa Foundation lanzaron la iniciativa para recaudar fondos a nivel mundial, conocida como Africa50, con el objetivo de acelerar la construcción de los diversos proyectos atrayendo capital privado al continente.
China ya estaba llevando a cabo, en distintas partes de África, trabajos de infraestructuras en el sector de los transportes, especialmente en la construcción de carreteras y aeropuertos, y también en el de energía hidroeléctrica o telecomunicaciones, y no tardó en responder a aquella llamada y aprovechar a ocasión para aumentar el número de sus intervenciones en el continente.
Un par de ejemplos frutos de aquella respuesta: en la actualidad, empresas chinas están construyendo la línea de ferrocarril que unirá el puerto keniano de Mombasa con Uganda, Ruanda, Burundi y Sudán del Sur. China aporta el 90 % de los 3.8 mil millones de dólares que cuesta el proyecto, mientras que el 10 % restante los financia el gobierno de Kenia. La primera parte en construcción cubrirá los 609 kilómetros que separan a Mombasa de la capital de Kenia, Nairobi. Lo mismo sucede con la línea férrea que unirá la capital de Etiopía con el puerto de Draleh, en Yibuti. Los 656 kilómetros de distancia entre las dos poblaciones estarán terminados para octubre de este año. En ellos China ha invertido 1.6 mil millones de dólares.
Ahora, en esta nueva ocasión, los líderes africanos vuelven a poner el énfasis en la necesidad de grandes obras de infraestructura que faciliten las comunicaciones y el transporte de personas y mercancías a lo largo y ancho del continente. Una vez más, China responde al nuevo reto y da un salto cuantitativo entrando en un sector que todavía no controlaba, el aéreo. Y ello, a pesar de que el país asiático ha construido, o está construyendo, aeropuertos en muchos países, entre ellos Kenia, Malí, Mauricio, Mozambique, Nigeria, Congo, Togo…
Un par de días antes del inicio de la reunión, el 27 de enero, se firmó en Adís Abeba un memorándum de acuerdo entre la UA y China por el que el país asiático se encargaría de desarrollar esta nueva red de transportes aéreos. La presidenta de la Comisión de la UA, la sudafricana Nkosazana Dliamini-Zuma, durante la firma del acuerdo, evidentemente, alabó el papel que está jugando China en el desarrollo de las comunicaciones a través del continente.
Muchos africanos se quejan de que,a veces, resulta difícil moverse dentro del continente y, sobre todo, volar de un país a otro; de hecho, la leyenda dice que la ruta más directa entre dos capitales africanas pasa por Londres, París o Bruselas.
En los últimos años se han hecho grandes progresos en este sector y gracias a compañías como Royal Air Marroc o Kenya Airways los transportes y las conexiones dentro del mismo continente son un poco más fáciles. Además, poco a poco se han sumado otras como Emirates, compañía que en la actualidad tiene más rutas alrededor del continente que las propias compañías africanas. Tanto es así que una cumbre que tendrá lugar en mayo para estudiar el creciente desarrollo del sector aéreo en África que se celebrará el próximo mes de mayo bajo el título de Africa Aviation 2015, tendrá lugar en Dubái, capital de los Emiratos Árabes, y no en una capital africana. Tampoco hay que olvidar la irrupción en los últimos años de las Turkish Airlines en el continente que con la incorporación de cinco nuevas rutas durante el 2015, tomará el relevo de Emirates llegando a las 45 destinaciones en 30 países (además, el billete suele incluir una visita a Estambul).
Con el nuevo contrato entre la UA y China se da un paso más y se priorizarán las rutas regionales, se fomentarán las compañías mixtas de fabricación de aviones que cubran estás rutas, tanto para tráfico de pasajeros como de mercancías, se invertirá en formación de personal técnico y de apoyo y se construirán nuevas estructuras que favorezcan esta prioridad.
Son muchas las expectativas que se levantan con estos nuevos proyectos.
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