La vuelta al mundo
Hace justo 13 años comencé a viajar, y he podido comprobar de primera mano cómo el turismo impulsa el desarrollo
Carta de la semana: La vuelta al mundo
Mi más sincera enhorabuena por la portada del pasado domingo 19 de abril, dedicada a la industria que mueve el planeta. Hace justo 13 años comencé a viajar y a visitar nuevos continentes y países, y he podido comprobar de primera mano cómo el turismo impulsa el desarrollo económico, social y medioambiental de muchos destinos, actuando de modo transversal en otros sectores y, sobre todo, empleando a muchas mujeres y jóvenes. Por desgracia, como arma de doble filo, ha causado desastres producto de malas gestiones insostenibles.
Daniel Imízcoz. Correo electrónico
Estrellas mediáticas
Santiago Roncagliolo, en su artículo del número del 19 de abril, critica a varios futbolistas de los equipos que están disputando la Liga de Campeones europea, y tiene parte de razón cuando los tacha de prepotentes y maleducados. Hasta aquí su texto me gustaba. Pero le rogaría que no nos pusiera como ejemplo a seguir al Atlético de Madrid, acumulador de tarjetas en la Liga española, a cuyo entrenador terminaron expulsando en uno de los últimos partidos… Y de sus pasadas directivas, mejor no hablemos.
Benigno Martín. Correo electrónico
Fútbol y fama
Todavía no entiendo bien la exagerada generalización que Santiago Roncagliolo hacía en su artículo del 19 de abril a partir del comportamiento de dos estrellas del fútbol. Mientras la leía, al darme cuenta de lo que trataba, busqué en diagonal la palabra “Messi” y respiré aliviado cuando no la encontré. Temo ahora, que entre la Pulga y el Papa, los argentinos perdamos la fama mundial de soberbios e insoportables que supimos ganarnos en el pasado.
Santiago González. Buenos Aires
Pasión epistolar
Cuando he leído el reportaje de Laura Rivas en el número 2.008 de El País Semanal (22-3-2015), he sentido una gran emoción porque yo, que tengo mi casa llena de notas, esquelas y legajos escritos por mis abuelos, padres y amigos, todos viejos, de su “puño y letra”, no he podido evitar dar un paseo por la memoria de todos ellos.
Yo siempre animo a mis hijos y amigos para que escriban “a puño y letra” todo lo que puedan, porque así dejarán parte de ellos mismos en ese tesoro que es la memoria y los recuerdos tangibles. Todavía me resisto a tener correo electrónico, teléfono móvil, impresoras y artefactos varios. Aunque, eso sí, reconozco su valía desde el sentido práctico.
Tengo 58 años y no conozco a nadie con menos de 50 que escriba de su puño y letra nada. Y sin faltas, casi nada. Animo a disfrutar mandando y recibiendo hojas de papel escritas de nuestro puño y letra.
Francisco Berlanga. Tomares (Sevilla)
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